La preocupación por la independencia de las auditoras no ha disminuido tres años después de conocidos escándalos.
La prestigiosa revista liberal The Economist exigía el pasado noviembre mucho más "¿Por qué quedarse a medio camino? (…) (la situación) debería implicar la rotación de firmas, y no sólo del socio y la prohibición de la prestación de servicios distintos de los de auditoría".
En este ambiente de preocupación e hipercrítica, estamos estudiando en la Comisión Jurídica del Parlamento Europeo la propuesta de nueva directiva que forma parte de las medidas del Plan de acción para los servicios financieros. Particularmente importante a este respecto son, de manera semejante, la Comunicación de la Comisión de 21 de mayo de 2003 sobre la "Modernización del derecho de sociedades y mejora de la gobernanza empresarial en la UE", el paso a las Normas Internacionales de Contabilidad a partir de 2005 y las Directivas sobre el abuso del mercado.
Entre los puntos más polémicos de la propuesta de la Comisión Europea cabe destacarse la rotación de auditoras y de socios con el fin de reducir las posibilidades de convergencia de intereses entre auditores y auditados. La mera enunciación de esta posibilidad que viene estudiándose desde largo tiempo ya en el seno del Consejo ha supuesto una fuerte oposición a esa medida por las grandes auditoras del sector que aseguran se resentirá la calidad de los informes de auditoría. Hay una inercia laboral y clientelar que muchos quieren mantener y otros superar. Para algunos, no obstante, la rotación de socios es un mero maquillaje pues los socios de una misma firma se ponen de acuerdo en las grandes pautas a seguir.
En general son legión los que prefieren fiarlo todo a la capacidad ética y profesional de los equipos, lo que vaciaría por completo lo que se pretende. Todo con el sacrosanto argumento de la libertad de las empresas, sin tener en cuenta el interés del pequeño accionista, la transparencia de las cuentas de las empresas auditadas para cualquier futuro inversor, el necesario conocimiento de la autoridad fiscal y la misma estabilidad del sistema.
Así las cosas, algunos parlamentarios estamos en este momento procesal optando por que, reconociendo e impulsando el valor incuestionable de la rotación, se permita su adaptación a la situación de cada estado miembro. Es desgraciadamente el reconocimiento de que nos vamos a quedar en la mitad del camino como se nos acusaba.
En segundo lugar habría que pararse en la radical necesidad de independencia de los auditores. Implicaría que no puedan realizar las auditoras otros servicios complementarios como los de consultoría o los de contabilidad en todas las empresas llamadas de interés general (por cotizar en Bolsa, por su tamaño…). Hay quien considera esta norma demasiado severa, sin embargo, la independencia es un elemento esencial de la reforma y limitarla sería desnaturalizarla.
En último lugar, deberíamos destacar que esta legislación europea en ciernes pretende ser un marco de mínimos dejando, hoy por hoy, la competencia a los Estados en aquello en lo que dispongan de mayor capacidad y experiencia. Por eso, hay que ser escéptico sobre la aplicación de medidas de la ética profesional por la Comisión Europea y sobre la pretensión de aplicar sistemas comunes de control de calidad que a la larga serían menos rígidos que lo que algunos países miembros están ya realizando o proyectando. Si no se pueden dar pasos para todos, no cabe forzar regresos al pasado. En España, el comité de auditoría, que establece el art. 47 de la ley financiera 44/2002, es un buen ejemplo.
Estamos, pues, en la encrucijada. La directiva no pudo salir adelante durante el pasado semestre de la Presidencia holandesa del Consejo, es de esperar, no obstante, que como otros criterios de dinamización europeísta, salga en el actual periodo luxemburgués, tal y como figura en el calendario que manejamos en la Comisión Jurídica del Parlamento Europeo.
lunes, 28 de febrero de 2005
sábado, 26 de febrero de 2005
Fidel sin la U.E.
“Castro asegura que Cuba no necesita a la Unión Europea”, “Nos van a perdonar la vida unos mesecitos más, declara el líder comunista”. Son dos titulares de un periódico nada sospechoso de ultraderechista. No hay trampa ni cartón, Fidel ya no sabe qué decir para provocar a quiénes le han echado una mano saltándose incluso la opinión mayoritaria del Parlamento Europeo que se había pronunciado porque no se restableciera la normalidad de las relaciones mientras hubiese presos políticos. La verdad es que la postura maximalista, además de no haber conducido a nada, es un poco cínica teniendo en la misma Isla, en Guantánamo, a otros prisioneros, torturados, sin ningún mínimo derecho humanitario.
No obstante esto de Cuba hace perder la cabeza sino a todos, a muchos. Un diputado conservador británico, de los escasos representantes del Reino Unido que hablan bien el español, llegó a decirnos en sede parlamentaria, rayando el paroxismo, que Tony Blair y Zapatero estaban preparando un cambio de Cuba por Gibraltar.
No sé a quién se le ocurrió esa política por la que se invita alternativamente a las autoridades o a unos representantes de la disidencia a las fiestas y conmemoraciones de las embajadas en La Habana. En Oviedo mismo se llegó a practicar esa política del canapé hasta en una fecha tradicional de ayuno y abstinencia como el Viernes Santo. Vaclav Havel, ex-presidente de la República Checa y entrañable Premio Príncipe de Asturias, dramaturgo siempre, ha descrito la vergonzosa disyuntiva de "comercio o disidentes". En cualquier caso, no cabe la menor duda de que el victimismo le ha dado eternos réditos al dictador que no se ha movido del poder en cuarenta y seis largos -y no precisamente democráticos- años.
Ya veremos, aquí, en Bruselas, si la Unión Europea hace una política caribeña que dure más de unos mesecitos.
No obstante esto de Cuba hace perder la cabeza sino a todos, a muchos. Un diputado conservador británico, de los escasos representantes del Reino Unido que hablan bien el español, llegó a decirnos en sede parlamentaria, rayando el paroxismo, que Tony Blair y Zapatero estaban preparando un cambio de Cuba por Gibraltar.
No sé a quién se le ocurrió esa política por la que se invita alternativamente a las autoridades o a unos representantes de la disidencia a las fiestas y conmemoraciones de las embajadas en La Habana. En Oviedo mismo se llegó a practicar esa política del canapé hasta en una fecha tradicional de ayuno y abstinencia como el Viernes Santo. Vaclav Havel, ex-presidente de la República Checa y entrañable Premio Príncipe de Asturias, dramaturgo siempre, ha descrito la vergonzosa disyuntiva de "comercio o disidentes". En cualquier caso, no cabe la menor duda de que el victimismo le ha dado eternos réditos al dictador que no se ha movido del poder en cuarenta y seis largos -y no precisamente democráticos- años.
Ya veremos, aquí, en Bruselas, si la Unión Europea hace una política caribeña que dure más de unos mesecitos.
viernes, 18 de febrero de 2005
Urnas sin luz
Sucedió en un colegio del centro de Hebrón casi al término de la jornada electoral del 9 de Enero de 2005 en la que se debatía la sucesión de Yasser Arafat. Era noche cerrada. Se produjo un apagón de luz por fallo accidental de unos generadores. En ese instante dos jóvenes policías uniformados palestinos tomaron de inmediato posiciones para evitar que, en la penumbra, se pudiera producir algún intento de fraude. Parecidas reacciones espontáneas hubo en las mesas electorales cercanas con inimaginable madurez de todos los ciudadanos presentes. Los observadores europeos, Sra. Lucas, del partido verde del Reino Unido y yo mismo, fuimos testigos cualificados.
Por encima de los graves problemas de Hebrón (asentamiento judío fundamentalista en la ciudad vieja, junto a la tumba de Abraham; fuerte apoyo de la población a los extremistas de Hamás; expulsión de los comercios palestinos a raíz de la Intimada; presencia policial israelí; calles cortadas por sacos terreros,...) un pueblo que por sí mismo protege sus urnas y su prestigio electoral es un pueblo maravilloso, que cree en la vía democrática.
El restablecimiento a los pocos minutos de la luz ayudaba a imaginar que estábamos contagiándonos del sueño de paz que ronda al Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Javier Solana, como le ocurría a Martin Luther King, ... que ronda también al músico judío Daniel Bareinboim..., que rondaba al intelectual palestino Edward Said, Premio Príncipe de Asturias que compartió con el gran pianista argentino...
Desde aquella tarde de Hebrón, los sueños pueden no ser ya solo sueños, al menos eso se siente, aquí… en Bruselas...
Por encima de los graves problemas de Hebrón (asentamiento judío fundamentalista en la ciudad vieja, junto a la tumba de Abraham; fuerte apoyo de la población a los extremistas de Hamás; expulsión de los comercios palestinos a raíz de la Intimada; presencia policial israelí; calles cortadas por sacos terreros,...) un pueblo que por sí mismo protege sus urnas y su prestigio electoral es un pueblo maravilloso, que cree en la vía democrática.
El restablecimiento a los pocos minutos de la luz ayudaba a imaginar que estábamos contagiándonos del sueño de paz que ronda al Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Javier Solana, como le ocurría a Martin Luther King, ... que ronda también al músico judío Daniel Bareinboim..., que rondaba al intelectual palestino Edward Said, Premio Príncipe de Asturias que compartió con el gran pianista argentino...
Desde aquella tarde de Hebrón, los sueños pueden no ser ya solo sueños, al menos eso se siente, aquí… en Bruselas...
viernes, 11 de febrero de 2005
Tartamudos
Un buen amigo me ha hablado del discriminatorio suspenso en las oposiciones de judicatura cosechado por una persona que simplemente es tartamuda. El examinando, sin embargo, parece que es un gran jurista, muy preparado, pero con dificultades de expresión rápida. El tiempo inexorable de la exposición de temas ha acabado con él por segunda vez en el mismo año.
Es desde luego una clara discriminación hacia quien sufre una discapacidad que, antes o después, trataremos en el correspondiente intergrupo al que pertenezco del Parlamento Europeo, presidido por el británico Richard Howitt.
Hasta ahora no se había examinado suficientemente esta marginación. El Tribunal Constitucional se ha pronunciado en al menos una ocasión, pero sin atender la demanda de los tartamudos. Son pocos los casos de quienes impugnan las convocatorias ante tan flagrante injusticia. Probablemente la mayoría de los que se encuentran en esta situación desisten desde un primer momento de todo tipo de oposiciones que entienden imposibles de conseguir. En realidad, pensándolo bien, ¿por qué un notario, un registrador o un juez no pueden tener el defecto de repetir alguna sílaba o alguna palabra con pronunciación entrecortada? La fe pública se levanta por escrito. Sé perfectamente que en algún tipo de juicio resultará chocante que quien dirige las comparecencias sufra tartamudez, pero la sociedad del siglo XXI ha de acostumbrarse a no discriminar a nadie.
El Parlamento Europeo ya tiene superado dentro de sus actividades ese tipo de problema de forma práctica, hasta haberlo reducido al completo. Personalmente he asistido a reuniones presididas por Andrew Nicholas Duff, un conservador inglés que tiene, en cuanto dura un poco su discurso, tropiezos indudables para terminar sus frases. Es un tipo de calidad este Andrew que dirige su parlamento indistintamente en francés o en inglés y cuya peculiaridad está admitida por todos los demás. Los que le siguen en otras lenguas a través de intérprete ni tan siquiera perciben nada ¿Por qué iba a ser suspendido por tartamudo si se presentase a las oposiciones españolas a Juez?
Es desde luego una clara discriminación hacia quien sufre una discapacidad que, antes o después, trataremos en el correspondiente intergrupo al que pertenezco del Parlamento Europeo, presidido por el británico Richard Howitt.
Hasta ahora no se había examinado suficientemente esta marginación. El Tribunal Constitucional se ha pronunciado en al menos una ocasión, pero sin atender la demanda de los tartamudos. Son pocos los casos de quienes impugnan las convocatorias ante tan flagrante injusticia. Probablemente la mayoría de los que se encuentran en esta situación desisten desde un primer momento de todo tipo de oposiciones que entienden imposibles de conseguir. En realidad, pensándolo bien, ¿por qué un notario, un registrador o un juez no pueden tener el defecto de repetir alguna sílaba o alguna palabra con pronunciación entrecortada? La fe pública se levanta por escrito. Sé perfectamente que en algún tipo de juicio resultará chocante que quien dirige las comparecencias sufra tartamudez, pero la sociedad del siglo XXI ha de acostumbrarse a no discriminar a nadie.
El Parlamento Europeo ya tiene superado dentro de sus actividades ese tipo de problema de forma práctica, hasta haberlo reducido al completo. Personalmente he asistido a reuniones presididas por Andrew Nicholas Duff, un conservador inglés que tiene, en cuanto dura un poco su discurso, tropiezos indudables para terminar sus frases. Es un tipo de calidad este Andrew que dirige su parlamento indistintamente en francés o en inglés y cuya peculiaridad está admitida por todos los demás. Los que le siguen en otras lenguas a través de intérprete ni tan siquiera perciben nada ¿Por qué iba a ser suspendido por tartamudo si se presentase a las oposiciones españolas a Juez?
viernes, 4 de febrero de 2005
Efecto estadístico
Asturias está preocupada por el llamado «efecto estadístico». Así se denomina al aumento virtual per cápita del PIB de algunas regiones de la UE como consecuencia de la entrada de otras menos desarrolladas de los diez estados incorporados.
La influencia negativa para las ayudas compensatorias de la cohesión europea puede ser determinante. Las regiones afectadas son 17 de España, Portugal, Reino Unido, Italia, Alemania, Grecia y Bélgica.
En su día, Álvarez Areces promovió, con éxito de convocatoria, la llamada «Declaración de Oviedo», documento de reivindicación y trabajo que sigue circulando apasionadamente entre las delegaciones de Bruselas.
Este semestre de presidencia luxemburguesa del Consejo será clave para las perspectivas financieras de la UE dentro de las que se deben valorar los desajustes de los fondos a recibir. Si hay muchas dificultades para que el problema tenga una posible y positiva solución, no es menos a tener en cuenta que el país que más ha de pagar al fondo comunitario, Alemania, debe clarificar, en este mes de marzo que se inicia, su situación con respecto al pacto de estabilidad, quebrantado por París y Berlín. La pregunta es obvia, ¿si Alemania arregla su contencioso con la Unión y si ésta por influencia de países como España no es demasiado dura con los incumplimientos, se puede obtener alguna generosidad con la aportación de los contribuyentes netos?
La cuestión es incierta, pero me temo que no se va a aceptar por los más ricos una metodología dialéctica semejante, aunque sea una cifra baja respecto a la magnitud de algunos presupuestos nacionales. Además la respuesta puede no ser única y la réplica tampoco.
Precisamente sobre estas cuestiones está prevista, a finales de abril, una reunión de todos los parlamentarios de regiones del «efecto estadístico».
En cualquier caso, contamos, aquí en Bruselas, entre bambalinas, con un excelente abogado, el comisario Joaquín Almunia.
La influencia negativa para las ayudas compensatorias de la cohesión europea puede ser determinante. Las regiones afectadas son 17 de España, Portugal, Reino Unido, Italia, Alemania, Grecia y Bélgica.
En su día, Álvarez Areces promovió, con éxito de convocatoria, la llamada «Declaración de Oviedo», documento de reivindicación y trabajo que sigue circulando apasionadamente entre las delegaciones de Bruselas.
Este semestre de presidencia luxemburguesa del Consejo será clave para las perspectivas financieras de la UE dentro de las que se deben valorar los desajustes de los fondos a recibir. Si hay muchas dificultades para que el problema tenga una posible y positiva solución, no es menos a tener en cuenta que el país que más ha de pagar al fondo comunitario, Alemania, debe clarificar, en este mes de marzo que se inicia, su situación con respecto al pacto de estabilidad, quebrantado por París y Berlín. La pregunta es obvia, ¿si Alemania arregla su contencioso con la Unión y si ésta por influencia de países como España no es demasiado dura con los incumplimientos, se puede obtener alguna generosidad con la aportación de los contribuyentes netos?
La cuestión es incierta, pero me temo que no se va a aceptar por los más ricos una metodología dialéctica semejante, aunque sea una cifra baja respecto a la magnitud de algunos presupuestos nacionales. Además la respuesta puede no ser única y la réplica tampoco.
Precisamente sobre estas cuestiones está prevista, a finales de abril, una reunión de todos los parlamentarios de regiones del «efecto estadístico».
En cualquier caso, contamos, aquí en Bruselas, entre bambalinas, con un excelente abogado, el comisario Joaquín Almunia.
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