jueves, 29 de septiembre de 2005

China para siempre

Las tensiones entre China y Europa no se extinguirán jamás. La exportación masiva, al margen de las cuotas establecidas, de productos textiles ha desembocado en un acuerdo problemático que no es más que la punta del iceberg de las tensiones comerciales que seguirán produciéndose. La solución momentánea transaccional revela un acercamiento de las partes pero también la magnitud del problema y las actitudes que confluyen.

A destacar que aquí, en Bruselas, y en todas las capitales comunitarias, es muy fuerte el «lobby» de los distribuidores que no parecen temer por su sustitución por las propias empresas chinas, como dice el eurodiputado Joan Calabuig. Otro comportamiento a tener en cuenta es el de la prensa internacional de mayor tirada y prestigio editorial («Finantial Times», «Le Figaro», «El País»...), que ha optado por el libre comercio y por enfrentarse de una u otra manera al proteccionismo textil. La interlocución de los consumidores, que sigue muy débilmente vertebrada, apenas parece valorar el número de puestos de trabajo que se van a perder con la suspensión de los proveedores tradicionales, ni se fija en las desventajas competitivas de la falta de seguridad social o de la energía claramente subvencionada por el Gobierno pekinés.

Hace unos días visitó el Parlamento europeo el máximo responsable para las relaciones exteriores del Partido Comunista de la República Popular de China, el señor Wang Jiarui. En principio se trataba de un contacto meramente protocolario, pero dejó un mensaje simple y amargo que lo significa todo: «Los chinos tenemos una mano de obra ilimitada, disciplinada, no sindicalizada, dispuesta a aprender... capaz de trabajar por un simple dólar diario».

Se ha firmado un acuerdo, pero, aquí, en Bruselas, hay problema chino para siempre.

domingo, 18 de septiembre de 2005

Balsas y escombreras


El Parlamento europeo se ha decidido a legislar sobre la gestión de residuos de industrias extractivas. Los accidentes de Aznalcóllar (Sevilla) en 1998 o Bala Mare y Baia Borsa (Rumanía) en 2000 pusieron de manifiesto la necesidad de una directiva específica para evitar semejantes catástrofes. La nueva norma persigue una gestión más exigente de los residuos mineros, propugnando una vigilancia continuada de balsas y escombreras e introduciendo renovadas obligaciones de transparencia y garantías financieras que superen incluso las nefastas consecuencias de declaraciones de insolvencia. Se impone también la creación de un inventario de emplazamientos, la elaboración de planes de seguridad, la eliminación de residuos y la prohibición expresa de vertido directo en aguas continentales, costeras o marinas.
En Asturias se ha producido un importante esfuerzo en el tratamiento de escombreras mineras, pero hay balsas que ofrecen preocupación social. Una es la de cadmio en San Juan de Nieva, que ya denuncié en mi libro «De Oviedo a Salinas por el Eo».
Más grave es todavía lo que puede suceder en la zona belmontina con las llamadas «minas de oro», que tratan con cianuro materiales inexplicablemente traídos de fuera y cuya utilización no se autoriza en sus países de origen. Lo que pasó en Doñana podría ser una minucia al lado de una pérdida accidental en el alto Nalón. Las cautelas de la nueva directiva tienen un plazo de dieciocho meses para entrar en vigor; sin embargo, en determinados supuestos de riesgo habría que tomar medidas antes del límite legal.

lunes, 12 de septiembre de 2005

India

Mucho se habla del conflicto de los textiles con China o de la difícil etapa que atravesamos con los Estados Unidos. No debemos olvidar, sin embargo, a los otros grandes actores de la escena internacional, Japón, Rusia e India, si realmente queremos un mundo multipolar donde impere el diálogo frente al conflicto y donde no se excluya a grandes poblaciones.

India reúne hoy a más de mil millones de habitantes. Es un país de contrastes: líder en tecnología pero con 600 millones de agricultores infradesarrollados. Es la mayor democracia del mundo y tiene una riqueza cultural, lingüística y religiosa difícil de imaginar y marginar.

Ya lo afirmó Tony Blair en la presentación de la presidencia británica del Consejo de la UE: «Los EE UU son la única superpotencia, pero, dentro de unas décadas, China e India serán las economías más grandes... La idea de Europa es esencial hoy para que nuestras naciones puedan ser lo suficientemente fuertes como para mantener su posición en el mundo».

La Unión Europa firmó el 7 de septiembre un plan de acción con la India. Emilio Menéndez del Valle, que tan larga y clarividente experiencia ha tenido en Oriente Medio y que ahora se centra en las relaciones con el subcontinente indio, ha sido el encargado del informe del Parlamento europeo.

Emilio destaca que la Unión Europea (ya el mayor socio comercial de la India) conseguirá a cambio del acuerdo mayores posibilidades de inversión. Las instituciones europeas apoyarán además las reformas en el campo de los derechos humanos para reducir las injusticias que aún perviven del sistema de castas o para mejorar el anticuado sistema judicial, que hace que mucha gente se tome en la India la justicia por su mano.

Hay quien critica que un país tan pobre, con necesidades básicas perentorias, distraiga cifras presupuestarias astronómicas en la partida de ciencia y tecnología. Sin entrar en esa decisión política y económica, la cuestión es para Emilio y otros comisionados el fomento de un ambiente colaborador, que está empezando a alcanzar grandes objetivos de progreso mutuo, y, de la misma manera, una distensión internacional que trasciende a las propias India y Europa.

martes, 6 de septiembre de 2005

Servicios para todos

La propuesta de directiva de servicios, conocida como directiva Bolkestein, en honor del comisario liberal que la propuso ya por el año 2004, sigue siendo objeto de encendidos debates y causa de divisiones en el Parlamento Europeo.

Esta directiva ha sido, para algunos, el paradigma de la Europa ultraliberal (en Francia les bastaría con calificarla de liberal, tan degradado está el término) que ha sido rechazada en los referendos galo y holandés. No es pura coincidencia que el comisario hiciera su propuesta al final de su mandato dejando un avispero como legado de su paso por aquí, Bruselas. Tampoco es casualidad que coincida con la ampliación de la Unión a 25 estados miembros. Para algunos, se quería aprovechar la ocasión para que las grandes empresas se establecieran en países que han sufrido una profunda transformación tras la caída de las dictaduras comunistas y que, en la mayoría de los casos, han optado por hacer tabla rasa y construir una economía de mercado desde cero. Las legislaciones laborales de estos países apenas alcanzan los estándares mínimos internacionales. Por eso se teme tanto "el principio del país de origen", que uniría la dificultad de conocer la legislación de los 25 estados miembros con la escasa atención que se ha ofrecido a la protección social en unos países que han querido crecer a marchar forzadas y a expensas de una gran desigualdad social.

Por otro lado, la economía europea necesita un revulsivo que la saque de su actual estancamiento y, dado que los servicios suponen más de la mitad de producción de las economías desarrolladas, es de lógica atacar esta parte del pastel. Hay que evitar posturas maniqueas. Después de la brecha producida por los noes francés y holandés a la Constitución Europeas hay que impedir la separación entre los antiguos miembros y los nuevos, entre los que se encuentran dentro del sistema y los que quieren entrar en él.

El entendimiento es difícil pero no imposible.

lunes, 5 de septiembre de 2005

Solidaridad

La reanudación de las actividades parlamentarias, aquí en Bruselas, el 30 de Agosto, ha estado marcada por una exposición homenaje al 25 aniversario de "Solidaridad", primer sindicato libre reconocido en el antiguo mundo comunista.

El aldabonazo que supuso ese movimiento cívico y de oposición política en la precipitación del régimen dictatorial, los papeles jugados por Lech Walesa, luego Premio Nóbel de la Paz, los trabajadores y huelguistas de los astilleros de Gdansk y hasta el de Su Santidad Juan Pablo II, están siendo ensalzados estos días, dentro y fuera de Polonia. Lo significativo es que los actos conmemorativos comiencen en sede parlamentaria con un acto presidido por el Presidente José Borrell. Polonia lleva solamente un año en las instituciones europeas y en el seno de su delegación parlamentaria abundan los llamados euroescépticos. En esas circunstancias es significativo- y, a mi juicio, positivo- que se haya elegido Bruselas para iniciar esta conmemoración. Espero que esto suponga un clima de confianza imprescindible para sacar las instituciones europeas del impasse constitucional tras los noes de Francia y Holanda y a los que las encuestas sumaban un no polaco aún más contundente.

Hay temas inexplicables en ese euroescepticismo pues Polonia, por ejemplo, ha sido privilegiada en el trato comunitario. Así ha obtenido una cuota láctea que es casi el doble de la española con el mismo número de población y muy inferior capacidad de transformación del producto por su industria.

En este 25 aniversario de "Solidaridad" no puedo menos de recordar la manifestación de algunos de sus partidarios en la explanada de Covadonga en Agosto de 1989 con motivo de la visita de Juan Pablo II. Y a nivel más íntimo cabe evocar las intervenciones de Tadeus Malinowski, culto, muy buena persona y de una larga trayectoria vital muy agitada, viudo de la escritora Sara Suárez Solís, que desde una perspectiva laica llamó la atención de Polonia y de otras muchas cuestiones en los círculos culturales asturianos durante varios años.