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En esta fiesta de las letras hispánicas que está siendo el triple aniversario (80 de vida de García Márquez, 40 de “Cien años de soledad” y 25 del nóbel) me viene a la memoria uno de esos mercados imaginarios de la gran obra de Gabo en el que alguien grita:"La paloma no se vende". Aunque se ha archirrepetido que el arte literario precede a la realidad, sería demasiado exagerado relacionar a Paloma Sáinz, la paloma con mayúscula, con una de las novelas del mejor escritor contemporáneo. Pero, no obstante, es y será cierto que nuestra Paloma no se vende y que es todo un contraste, ¿cuántas veces se ha vendido su contrincante, el actual inquilino de la Alcaldía de Oviedo? Quizá esté ahí una de las claves a despejar estos días. A Paloma, según la trabajada encuesta de Oviedo Diario, le falta algo, quizá bastante todavía, para ganar los comicios, que no sería tanto, pienso, si sobre el tapete de campaña se ponen todas las cartas boca arriba. De ahí que Gabino de Lorenzo no se atreva a que jueguen dos naipes transparentes: el debate público y la publicidad de su inmenso patrimonio, amasado en estos años de ejercicio del poder municipal directo. Y es que, veterano, habilidoso y buen conocedor de sí mismo no se atreve con ninguno de los dos envites, despreciando el derecho a saber y contrastar de los ciudadanos. Tiene Gabino lejos aún a Paloma con esta encuesta pero lo suficientemente próxima como para temerla. Ya lo dije hace un mes, referido a los pateos por la zona rural del concejo:"Tacones cercanos".