viernes, 30 de noviembre de 2007
ZP en Bru-Bru
El Presidente Zapatero compareció ante el Parlamento. A diferencia de la reciente sesión solemne del Presidente Sarkozy, no se buscó la coincidencia con votación plenaria que obligara a los diputados a estar presentes. Asistió el que quiso y tuvo la oportunidad distendida y libremente de plantear cualquier cuestión, lo que no pudo ser en el formato del Presidente francés, reducido a lección de trámite. ZP vino a Bru-bru, como la llamaba festivo Cabrera Infante, a contrastar.
En el seno del Partido Popular hubo diferentes actitudes. Daul, portavoz, cuya bonhomía conozco de la Comisión de Agricultura, se vio relegado por la exigencia de Mayor Oreja a convertir el debate en "hispano-español", como se suele decir cuando se conduce la discusión a las frustraciones nacionales. Zapatero, sin embargo, mantuvo su semblante, sin responder con moneda descortés: no sólo contestó al portavoz suplantador sino que luego, como el presidente que es de todos los españoles, fue hasta el escaño del ex-ministro a saludarle. Es el mismo concepto, de profunda raíz, que le llevó a defender a Aznar en la Cumbre Latinoamericana. También estuvo el Presidente condescendiente con dos diputados adscritos a la extrema derecha que no ven con buenos ojos el tratado a punto de firmarse.
Hubo apoyo de liberales y ecologistas, que ocupan el centro de la cámara, a la política europeísta y de igualdades del gobierno español. Resulta aleccionador cómo se levantaron a aplaudir Watson, británico, que pasa por una de las autoridades morales del hemiciclo, y Cavada, Presidente de la Comisión Libe, así como el General Morillon, Presidente de Pesca. Se podría decir con propiedad que Zapatero, como parece ocurre en muchos países de la UE, goza de simpatías mayoritarias, incluso fueron notables las ovaciones de algún diputado alemán conservador que recoge la prensa europea. Todo lo contrario los populares españoles que se quedaron malévolamente en los pasillos. Ya he resaltado, en reciente artículo, la elegancia de Rocard y otros socialistas franceses en acoger a su Presidente.
Muy a tener en cuenta la posición de los ecologistas, representados por Mónica Frassoni, que apoyando explícitamente a la ministra Narbona, se quejó por la lejanía española de Kioto y por la construcción excesiva en la costa. En cuanto a lo primero, el Presidente puso de manifiesto el esfuerzo realizado desde 2004 y en cuanto a la costa y sus corruptelas es, a mi juicio, deseable que algunas autonomías hicieran los deberes para no sacar los colores a España, aquí en Bruselas.
martes, 27 de noviembre de 2007
La memoria próxima
“Hay que subir para ver desde lo alto la Antártida, Nueva York y Mieres”
Tom Fernández, “La torre de Suso”
He sido emplazado ya varias veces en la resucitada polémica sobre el nomenclator ovetense, incluso con alguna vesania se ha sacado a colación el nombre de mi padre como si determinada interpretación, más que rigorista, de la Ley de Memoria Histórica en tramitación afectase al que fue tan buen ciudadano y Alcalde. En lo que a mi familia concierne no nos daremos por aludidos sea cuál sea la pretensión municipal, siempre legítima. Las disposiciones, en el Estado de Derecho, están para cumplirlas y también las de nuestro Ayuntamiento sobre “honores y distinciones”. Sentada esta obviedad, algún “historiador”-de cuya amistad personal y de la pasada colaboración historiográfica me honro- me tacha de una supuesta pasividad en mi tiempo de Alcalde, lo que me obliga a aclarar lo ocurrido, pues mi memoria, hasta la más próxima, se ha salvado de los dos pitonazos cardiovasculares que ha sufrido, indemnidad recordatoria que se convierte ahora en testimonio ineludible. Digo, pues, de pasividad nada de nada: lo que hice, por acción u omisión, fue plenamente meditado, debatido y consensuado en cuanto a los actos corporativos siendo de mi exclusiva responsabilidad los decretos que correspondieron al ámbito estricto de la Alcaldía. En el desarrollo de esa función ordené retirar de inmediato los bustos del Coronel Aranda y del Comandante Caballero que, junto al del Conde de Toreno, adornaban la escalera principal del Consistorio, razonando sin ninguna publicidad que no quería ser recibido como Alcalde constitucional con semejante e inadecuada compañía. Resultó curioso constatar que la oposición no lo apreció hasta que Don Gabino Díaz Merchán lo notase en la llamada recepción “de las fresas”. Luego, lo que exigía obra de albañilería, mandé retirar las placas que, a la entrada del Salón de Plenos, aludían a las columnas “liberadoras”, contra cuyo decreto se manifestó una oposición apenas audible ni convencida. De aquel primer momento se libró alguna otra inscripción por estar más desplazada y no ser, entonces, legible. A la hora de encarar el callejero resultaba que, además de no ser tema de actualidad política en la segunda corporación democrática, la primera había procedido a suprimir las principales nominaciones de Franco y José Antonio con un criterio que si bien dejaba a salvo al Coronel Yagüe, aluda mi querido Ernesto Conde a lo que quiera, y otros beligerantes manchados de sangre, no era cuestión de reabrir por cuestión ya debatida poco antes. De todas aquellas cavilaciones fueron partícipes los portavoces Luis Riera y Aurora Puente, cuyos colaboradores de entonces no me desdecirán, junto a Avelino Martínez y los demás concejales. No había, como hoy, Junta de Portavoces pero sí se concluyó consenso en un momento político delicado pues siempre fui consciente de la exigua mayoría política y social del socialismo ovetense. Esa segunda corporación tenía la circunstancia de que en la minoría popular eran mayoría los miembros procedentes de familias que habían estado en el bando republicano, mientras que en el PSOE nos ocurría al revés, la mayoría de nuestros progenitores había, casual o voluntariamente, estado en el bien o mal llamado bando nacional. Optamos por dejar las cosas como ya estaban en la Corporación democrática que presidió Luis Riera. Es cierto, sin embargo, que el callejero seguía, y sigue, clara e injustamente desequilibrado. Se adoptó también el criterio de que las nuevas calles bautizadas no tuviesen denominación anterior. Simultáneamente agradecí, en esas calendas, a la derecha municipal el gesto abierto de admitir de inmediato las iniciativas de nombres políticos históricos como José Maldonado, que inauguró él mismo su propia calle con apoyo unánime, Indalecio Prieto, Manuel Llaneza, Alcalde López Mulero, Purificación Tomás, Teodomiro Menéndez, Salvador Allende, Veneranda Manzano, el comunista Isidoro Acevedo, el anarquista Winter Blanco y otros, así como los claramente progresistas Grande Covián, Orlando Pelayo, Emilio Rodríguez Vigil, Pedro Caravia, Dolores Medio, Amalio Telenti, Luis Fernández…Nadie se dirigió a mí instando otro cambio, salvo un exabrupto de quien solicitaba, como dice la juventud, “by the face” que la calle Indalecio Prieto no fuera de nueva creación sino la que llevaba el nombre de mi padre desde 1963. En algún acta de la Comisión Permanente- ya sé que es inútil referirse a actas o a hemerotecas para quien quiere ver las cosas solo desde su óptica acomplejada o sectaria- constará mi intervención acerca de que el heroísmo reconocido por un Ayuntamiento anterior de Aranda, Rodríguez Cabeza o Caballero no deberían mantenerse sino se hace a Liarte Lausín o al Comandante Ros. Digamos a las claras que pocos entendieron entonces, y no sé si ahora, que me refería al Gobernador Civil, que gritó “¡Viva la República!” en el momento de ser detenido en la tarde noche del 19 de Julio y al Jefe de Asalto que resistió, en Santa Clara, leal al régimen constitucional, hasta la mañana del 20 Ros y Liarte eran nuevos en la plaza, sin apenas arraigo profesional o familiar, lo que ha contribuido a su olvido casi total. Estoy haciendo ver que si hay quien se cuelga medallas de historiador, no olvidará mis trabajos de campo sobre ese periodo convulso, algunos editados, cuando eran novedosos, por profesores de tanto prestigio como Tuñón de Lara o Gustavo Bueno. Tenía yo 25 años, lo que simplemente prueba que me interesaron siempre extraordinariamente estos temas y que actué con conocimiento de causa.
Si hay cambio de criterio consensuado, respondiendo al paso y a la luz del tiempo o de la ley, me alegraría pues alguna cuestión medular sí quedó pendiente. Así, y como también he escrito de forma incontrovertible, debo recordar que Juan de Avalos hizo el monumento a Franco como alegoría a la Paz para que con la democracia pudiera simplemente retirarse el medallón sin afectar al conjunto escultórico. Aunque yo lo tuviese muy claro, su retirada me fue únicamente pedida por el portavoz del CDS en la Junta General del Principado sin que su grupo municipal insistiera luego en el acuerdo por el que se me permitió acceder a la Alcaldía por segunda vez al frente de una Corporación en que CDS y PP sumaban mayoría cualificada y la exhibían frecuentemente.
Estoy dispuesto a cualquier aclaración o contribución que no aporten las actas o las hemerotecas, o no sepan personalidades de tanta erudición ovetensista como Carmen Ruiz, Emilio Campos, Fernández Conde, Josefina Alarcos o cualquier otra, pero no vale la ignorancia atrevida referida a, por ejemplo, Dionisio Ridruejo, tan comprometido hasta la cárcel, la deportación y el contubernio de Munich, con la transición democrática.
En cualquier caso estamos ante tema menor dentro de la memoria histórica, donde hay muchos símbolos y signos visibles o referencias a un solo bando en guerra. Sin nada que ver con la guerra incivil, en el callejero de la ciudad hay un atropello que se planea en la Monxina con la destrucción del “Parque Enrique Quirós Montes de Oca”. Enrique fue un joven generoso, Jefe del servicio de jardinería, cuyo parque debería recordarle sin perder ni un metro de zona verde.
Tom Fernández, “La torre de Suso”
He sido emplazado ya varias veces en la resucitada polémica sobre el nomenclator ovetense, incluso con alguna vesania se ha sacado a colación el nombre de mi padre como si determinada interpretación, más que rigorista, de la Ley de Memoria Histórica en tramitación afectase al que fue tan buen ciudadano y Alcalde. En lo que a mi familia concierne no nos daremos por aludidos sea cuál sea la pretensión municipal, siempre legítima. Las disposiciones, en el Estado de Derecho, están para cumplirlas y también las de nuestro Ayuntamiento sobre “honores y distinciones”. Sentada esta obviedad, algún “historiador”-de cuya amistad personal y de la pasada colaboración historiográfica me honro- me tacha de una supuesta pasividad en mi tiempo de Alcalde, lo que me obliga a aclarar lo ocurrido, pues mi memoria, hasta la más próxima, se ha salvado de los dos pitonazos cardiovasculares que ha sufrido, indemnidad recordatoria que se convierte ahora en testimonio ineludible. Digo, pues, de pasividad nada de nada: lo que hice, por acción u omisión, fue plenamente meditado, debatido y consensuado en cuanto a los actos corporativos siendo de mi exclusiva responsabilidad los decretos que correspondieron al ámbito estricto de la Alcaldía. En el desarrollo de esa función ordené retirar de inmediato los bustos del Coronel Aranda y del Comandante Caballero que, junto al del Conde de Toreno, adornaban la escalera principal del Consistorio, razonando sin ninguna publicidad que no quería ser recibido como Alcalde constitucional con semejante e inadecuada compañía. Resultó curioso constatar que la oposición no lo apreció hasta que Don Gabino Díaz Merchán lo notase en la llamada recepción “de las fresas”. Luego, lo que exigía obra de albañilería, mandé retirar las placas que, a la entrada del Salón de Plenos, aludían a las columnas “liberadoras”, contra cuyo decreto se manifestó una oposición apenas audible ni convencida. De aquel primer momento se libró alguna otra inscripción por estar más desplazada y no ser, entonces, legible. A la hora de encarar el callejero resultaba que, además de no ser tema de actualidad política en la segunda corporación democrática, la primera había procedido a suprimir las principales nominaciones de Franco y José Antonio con un criterio que si bien dejaba a salvo al Coronel Yagüe, aluda mi querido Ernesto Conde a lo que quiera, y otros beligerantes manchados de sangre, no era cuestión de reabrir por cuestión ya debatida poco antes. De todas aquellas cavilaciones fueron partícipes los portavoces Luis Riera y Aurora Puente, cuyos colaboradores de entonces no me desdecirán, junto a Avelino Martínez y los demás concejales. No había, como hoy, Junta de Portavoces pero sí se concluyó consenso en un momento político delicado pues siempre fui consciente de la exigua mayoría política y social del socialismo ovetense. Esa segunda corporación tenía la circunstancia de que en la minoría popular eran mayoría los miembros procedentes de familias que habían estado en el bando republicano, mientras que en el PSOE nos ocurría al revés, la mayoría de nuestros progenitores había, casual o voluntariamente, estado en el bien o mal llamado bando nacional. Optamos por dejar las cosas como ya estaban en la Corporación democrática que presidió Luis Riera. Es cierto, sin embargo, que el callejero seguía, y sigue, clara e injustamente desequilibrado. Se adoptó también el criterio de que las nuevas calles bautizadas no tuviesen denominación anterior. Simultáneamente agradecí, en esas calendas, a la derecha municipal el gesto abierto de admitir de inmediato las iniciativas de nombres políticos históricos como José Maldonado, que inauguró él mismo su propia calle con apoyo unánime, Indalecio Prieto, Manuel Llaneza, Alcalde López Mulero, Purificación Tomás, Teodomiro Menéndez, Salvador Allende, Veneranda Manzano, el comunista Isidoro Acevedo, el anarquista Winter Blanco y otros, así como los claramente progresistas Grande Covián, Orlando Pelayo, Emilio Rodríguez Vigil, Pedro Caravia, Dolores Medio, Amalio Telenti, Luis Fernández…Nadie se dirigió a mí instando otro cambio, salvo un exabrupto de quien solicitaba, como dice la juventud, “by the face” que la calle Indalecio Prieto no fuera de nueva creación sino la que llevaba el nombre de mi padre desde 1963. En algún acta de la Comisión Permanente- ya sé que es inútil referirse a actas o a hemerotecas para quien quiere ver las cosas solo desde su óptica acomplejada o sectaria- constará mi intervención acerca de que el heroísmo reconocido por un Ayuntamiento anterior de Aranda, Rodríguez Cabeza o Caballero no deberían mantenerse sino se hace a Liarte Lausín o al Comandante Ros. Digamos a las claras que pocos entendieron entonces, y no sé si ahora, que me refería al Gobernador Civil, que gritó “¡Viva la República!” en el momento de ser detenido en la tarde noche del 19 de Julio y al Jefe de Asalto que resistió, en Santa Clara, leal al régimen constitucional, hasta la mañana del 20 Ros y Liarte eran nuevos en la plaza, sin apenas arraigo profesional o familiar, lo que ha contribuido a su olvido casi total. Estoy haciendo ver que si hay quien se cuelga medallas de historiador, no olvidará mis trabajos de campo sobre ese periodo convulso, algunos editados, cuando eran novedosos, por profesores de tanto prestigio como Tuñón de Lara o Gustavo Bueno. Tenía yo 25 años, lo que simplemente prueba que me interesaron siempre extraordinariamente estos temas y que actué con conocimiento de causa.
Si hay cambio de criterio consensuado, respondiendo al paso y a la luz del tiempo o de la ley, me alegraría pues alguna cuestión medular sí quedó pendiente. Así, y como también he escrito de forma incontrovertible, debo recordar que Juan de Avalos hizo el monumento a Franco como alegoría a la Paz para que con la democracia pudiera simplemente retirarse el medallón sin afectar al conjunto escultórico. Aunque yo lo tuviese muy claro, su retirada me fue únicamente pedida por el portavoz del CDS en la Junta General del Principado sin que su grupo municipal insistiera luego en el acuerdo por el que se me permitió acceder a la Alcaldía por segunda vez al frente de una Corporación en que CDS y PP sumaban mayoría cualificada y la exhibían frecuentemente.
Estoy dispuesto a cualquier aclaración o contribución que no aporten las actas o las hemerotecas, o no sepan personalidades de tanta erudición ovetensista como Carmen Ruiz, Emilio Campos, Fernández Conde, Josefina Alarcos o cualquier otra, pero no vale la ignorancia atrevida referida a, por ejemplo, Dionisio Ridruejo, tan comprometido hasta la cárcel, la deportación y el contubernio de Munich, con la transición democrática.
En cualquier caso estamos ante tema menor dentro de la memoria histórica, donde hay muchos símbolos y signos visibles o referencias a un solo bando en guerra. Sin nada que ver con la guerra incivil, en el callejero de la ciudad hay un atropello que se planea en la Monxina con la destrucción del “Parque Enrique Quirós Montes de Oca”. Enrique fue un joven generoso, Jefe del servicio de jardinería, cuyo parque debería recordarle sin perder ni un metro de zona verde.
lunes, 26 de noviembre de 2007
El Musel/Mucho ser
La Autoridad Portuaria de Gijón ha tenido el acierto de desarrollar un seminario sobre "Los Puertos y el Transporte Marítimo" que ha reunido en Gijón el pasado lunes a lo más granado de los especialistas europeos en la materia, incluso alguno de la orilla Sur del Mediterráneo.
Además de la calidad de los ponentes y participantes, la cita ha sido especialmente oportuna. Fernando Rexach, el Presidente portuario, ha estado muy fino consiguiendo la presencia estelar del comisario europeo M. Jacques Barrot -tanto por el que también cabe felicitar a Buendía, Díaz Faes, Humberto Moyano y Javier Moreno- que ha podido apreciar in situ las ventajas de Gijón para la próxima adjudicación de ayudas a las autopistas del mar. La disputa con los demás puertos es encarnizada. No obstante, Gijón ha logrado mostrarse también ante los componentes del Arco Atlántico, con el Presidente Areces de anfitrión, como el punto neurálgico y geográfico mejor situado. Las infraestructuras que van a converger en Asturias son bien atractivas para alimentar esa autopista marítima, de la que hace tantos años ya hablaba Jesús Fernández Valdés, el fallecido consejero de Pedro Silva. Además de las autovías terrestres y el tren de alta velocidad ya en desarrollo, estoy seguro de que se encontrará un buen trazado para el ave cantábrico, pues tiempo aún hay para ello, y antes se acometerá la Espina-Ponferrada, que nos aproximará también a Portugal, un objetivo de primer orden, asumido en su parte por el Estado, que compensa a Asturias como razono en mi trabajo, recientemente publicado en libro colectivo, aquí, en Bruselas: "Una sombra en el camino de la solidaridad".
Vigo, igualmente bien posicionado, carece de la idoneidad de Gijón para servir a toda España y apenas valdría para favorecer más allá del transporte de la fábrica Citroen, mientras que El Musel estaría en condiciones de coadyuvar a lo que el vicepresidente de la Loire, Yann Hélary, dijo en el seminario: "Desde Saint-Nazaire a España hay que dar una alternativa a 1.200 camiones por carretera”. En palabras de mi amigo Monreal, consignatario gijonés: "No hay comparación entre el aparcamiento de Gijón y el de Vigo."
En fin: en un mes se resolverá el asunto. En cualquier caso, adopto un juego fonético muy simple que le dije a Barrot: "El Musel es mu…cho ser".No es una etimología pero va camino de ser una descripción.
Nota.-Tal como adelanté en el blog, se alcanzó un acuerdo con el Fiscal de Riga (Letonia) para evitar el ingreso en prisión de los jóvenes españoles acusados de ultraje a la bandera letona. Fue decisiva y encomiable la intervención del nuevo embajador de España en Letonia, el ovetense Paulino F. González-Corugedo.
miércoles, 21 de noviembre de 2007
LNE. "Un pasito p´alante"
Ricky Martin y Antonio Masip, extraña pareja, pero no imposible. La enfermedad del eurodiputado y este periódico son la conexión entre ambos, político y cantante latino. Cuando el cantante supo, por LA NUEVA ESPAÑA, que su música había ayudado a recuperarse de su dolencia al eurodiputado, decidió contactar con él. A continuación sigue un breve resumen cronológico que reconstruye la historia.
El que fuera alcalde de Oviedo, el socialista Antonio Masip, padeció un ictus cerebral leve en 2002 y otro más fuerte hace un año, en octubre de 2006, por el que se le paralizó la parte izquierda del cuerpo y, como consecuencia, perdió la facultad de caminar. La convalecencia fue muy dura para el eurodiputado, quien, afortunadamente, logró recuperarse con mucho esfuerzo y un empujoncito. El empujón se lo dio Ricky Martin. Antonio Masip consiguió volver a andar con la ayuda del cantante puertorriqueño. Durante los meses de rehabilitación Masip escuchaba la canción «María» del cantante puertorriqueño, la que contiene el pegadizo estribillo que reza: «Un pasito p'alante, un pasito p'atrás...». Y la cosa funcionó.
De esta anécdota se hizo eco este periódico el pasado 26 de octubre, tras una charla de Antonio Masip el «Día nacional del ictus» en la que contó su experiencia, en el marco de unas jornadas que organizó la Asociación de Ictus del Principado de Asturias (ADIPA), a la que el eurodiputado pertenece. El artículo de LA NUEVA ESPAÑA cruzó el charco, y llegó a oídos del cantante puertorriqueño, que reside en Miami.
Esta misma semana la oficina de Martin se ha puesto en contacto con la de Masip en Bruselas. Han agradecido al eurodiputado la cita y le han trasladado la satisfacción del cantante por haber contribuido con su música a la rehabilitación de un paciente. Por su parte, Masip, también ha agradecido el gesto del cantante, un acto que ha calificado de «muy humano». Los asesores del cantente se han interesado, además, por la asociación de enfermos de ictus de la que forma parte Masip en Asturias. Ambas oficinas, la de Ricky Martin y la de Antonio Masip, se han emplazado para mantener nuevas comunicaciones en próximas fechas.
La canción de Ricky Martin, un éxito veraniego de hace unos años, llegó a Antonio Masip de la mano de su prima, que también reside en Miami, Lucía Urquiola. «Me trajo el disco en uno de sus viajes, porque contenía la canción que invita a dar un pasito para adelante. Me pasé la rehabilitación escuchando el tema y me vino muy bien», relata Antonio Masip.
La recuperación del eurodiputado con la ayuda de la canción «María» no sólo ha llegado a oídos de Ricky Martin, sino también los de sus fans. Decenas de foros de seguidores del cantante puertorriqueño en internet se hacen eco de la historia de Masip. En estos espacios cibernéticos se pueden leer mensajes como los que siguen: «Qué interesante, y qué bien por el señor Masip. Definitivamente, Ricky tiene magia», comenta una fan del cantante en México. Otro internauta apunta, a propósito de la historia de Antonio Masip, «es que Ricky mueve montañas». Otro de los seguidores del cantante conviene: «Ricky es tan buena persona y un ángel enorme... Siempre ayudando a los demas...». Así, una cadena interminable de mensajes.
¿Qué tal un concierto de Ricky Martin en Oviedo a favor de los enfermos de ictus con Antonio Masip como invitado de honor? Sería un estupendo pasito p'alante más.
Artículo publicado en La Nueva España el 19 de noviembre de 2007.
martes, 20 de noviembre de 2007
Hacia un teatro de la ópera
Oviedo ha acuñado en sesenta años una vinculación a la ópera mayor -mucho mayor- que la de cualquier otra ciudad europea de doscientos mil habitantes, Italia aparte. Es un hecho cultural, histórico, turístico y económico indiscutible. Es imagen de marca.
Desde la cuna he sentido próximas las penurias financieras que afectaban a nuestra temporada, en medio, siempre, de bulliciosas polémicas en la inolvidable «Los puritanos». Hubo ocasiones en que subir el telón fue un auténtico prodigio. Eran, sin embargo, muchas las raíces de la afición, que ya están descritas en «Su único hijo» de nuestro Clarín. Hacen bien la Asociación Asturiana de Amigos de la Ópera y el Ayuntamiento, una vez conseguida la estabilidad a que puede conducir el espíritu y la sustancia de la enmienda presupuestaria del diputado Álvaro Cuesta, en dar un giro a los afanes para centrarse en un nuevo teatro, propio para los montajes que se pueden llevar a efecto en ciudades menos, digamos sin ofender a nadie, operísticas. No en vano tenemos en Emilio Sagi a uno de los mejores directores de escena del mundo, que ya inspiró a finales de los ochenta el benéfico y radical cambio de formas y prioridades que se inició con aquel sorprendente «elixir», ubicado en Llanes.
Estamos en un momento delicado y decisivo en el que se pueden cometer errores irreparables. La necesidad está confundiéndose con la precipitación de pretender un crecimiento costosísimo y complejísimo del Campoamor que destrozaría un coliseo que ha sido nuestro orgullo, sede de las entregas de los premios «Príncipe de Asturias», y que resultaría una verruga en la piel de la ciudad. No hay más que ver el plano dibujado por el arquitecto Rivas, reproducido por LA NUEVA ESPAÑA (17-10-07). Sería como colocar, en la trasera, multiplicado por mil, el culo que ya está de forma impropia en la fachada. Se rompería también la armonía de lo que queda de Santa Clara y supondría otros desajustes estéticos y urbanos.
La ópera de Oviedo tiene que mantener la centralidad del Campoamor. La oportunidad está en la parcela del Vasco, que, como recordó aquí Wenceslao López, ha de mantener la vocación de uso público. ¿No se había pensado sucesivamente para Escuela de Arquitectura, Facultad de Bellas Artes y oficinas y salones consistoriales? No ignoro tampoco que ha sido objeto reciente de especulación en maniobra aún no finiquitada, pero, en cualquier caso, tendríamos fijado justiprecio para una recompra si fuese imprescindible.
No ignoro -y me duele- que la ciudad podría tener otros objetivos sociales más apremiantes en sus barrios o incluso en su educación escolar: a mí me encantaría que, como en alguna otra ciudad del Norte, el Ayuntamiento se implicara en que todos los escolares tuviesen opción a un profesor de apoyo para la lengua inglesa, que los haría más iguales, pero estoy partiendo de que se da prioridad al teatro de la ópera como equipamiento en el capítulo inversor. Si queremos de verdad ese teatro, el Ayuntamiento tiene que mojarse con el suelo y con un proyecto que haga honor a ese nombre.
Desde la cuna he sentido próximas las penurias financieras que afectaban a nuestra temporada, en medio, siempre, de bulliciosas polémicas en la inolvidable «Los puritanos». Hubo ocasiones en que subir el telón fue un auténtico prodigio. Eran, sin embargo, muchas las raíces de la afición, que ya están descritas en «Su único hijo» de nuestro Clarín. Hacen bien la Asociación Asturiana de Amigos de la Ópera y el Ayuntamiento, una vez conseguida la estabilidad a que puede conducir el espíritu y la sustancia de la enmienda presupuestaria del diputado Álvaro Cuesta, en dar un giro a los afanes para centrarse en un nuevo teatro, propio para los montajes que se pueden llevar a efecto en ciudades menos, digamos sin ofender a nadie, operísticas. No en vano tenemos en Emilio Sagi a uno de los mejores directores de escena del mundo, que ya inspiró a finales de los ochenta el benéfico y radical cambio de formas y prioridades que se inició con aquel sorprendente «elixir», ubicado en Llanes.
Estamos en un momento delicado y decisivo en el que se pueden cometer errores irreparables. La necesidad está confundiéndose con la precipitación de pretender un crecimiento costosísimo y complejísimo del Campoamor que destrozaría un coliseo que ha sido nuestro orgullo, sede de las entregas de los premios «Príncipe de Asturias», y que resultaría una verruga en la piel de la ciudad. No hay más que ver el plano dibujado por el arquitecto Rivas, reproducido por LA NUEVA ESPAÑA (17-10-07). Sería como colocar, en la trasera, multiplicado por mil, el culo que ya está de forma impropia en la fachada. Se rompería también la armonía de lo que queda de Santa Clara y supondría otros desajustes estéticos y urbanos.
La ópera de Oviedo tiene que mantener la centralidad del Campoamor. La oportunidad está en la parcela del Vasco, que, como recordó aquí Wenceslao López, ha de mantener la vocación de uso público. ¿No se había pensado sucesivamente para Escuela de Arquitectura, Facultad de Bellas Artes y oficinas y salones consistoriales? No ignoro tampoco que ha sido objeto reciente de especulación en maniobra aún no finiquitada, pero, en cualquier caso, tendríamos fijado justiprecio para una recompra si fuese imprescindible.
No ignoro -y me duele- que la ciudad podría tener otros objetivos sociales más apremiantes en sus barrios o incluso en su educación escolar: a mí me encantaría que, como en alguna otra ciudad del Norte, el Ayuntamiento se implicara en que todos los escolares tuviesen opción a un profesor de apoyo para la lengua inglesa, que los haría más iguales, pero estoy partiendo de que se da prioridad al teatro de la ópera como equipamiento en el capítulo inversor. Si queremos de verdad ese teatro, el Ayuntamiento tiene que mojarse con el suelo y con un proyecto que haga honor a ese nombre.
lunes, 19 de noviembre de 2007
Sarko en Estrasburgo
Esta semana en sesión solemne del Parlamento Europeo, en Estrasburgo, hemos recibido al hiperactivo presidente francés, Nicolas Sarkozy. Sus propuestas, variadas e interesantes en apariencia, recibieron, sin embargo, una tibia acogida en el hemiciclo. Nada que ver con la reciente y calurosa recepción en el Senado norteamericano. Seguramente mis colegas conocen ya lo suficiente al personaje como para no dejarse arrastrar fácilmente en su "velocipolítica", política de la velocidad, salto dialéctico de un asunto al otro que impide, a veces, la reflexión y la crítica. Eso sí, recibió un exquisito trato de todas las minorías parlamentarias que cortésmente se levantaron a aplaudir, incluido el exprimer ministro Michel Rocard y los partidos socialista y comunista franceses, demostrando que los modos y formas de la leal oposición nada tienen que ver con lo que se destila últimamente, por ejemplo, en la madrileña Carrera de San Jerónimo.
Sarko realizó, al comienzo de su alocución, un análisis del "no" francés a la malograda Constitución Europea. Éste no supuso, para él que votó sí, el mero rechazo de un texto sino un signo de una profunda crisis de negación. Negación al miedo a la globalización o a los ataques a las identidades y culturas nacionales. Negación en tiempos de la más profunda crisis que ha sufrido el proyecto europeo en sus cincuenta años de existencia. Sería un error, fueron sus palabras, considerar que el nuevo tratado, cuya aprobación por aquellos que apoyaron la Constitución agradeció, acaba esta crisis. El nuevo tratado cierra, para el presidente francés, la crisis institucional, en efecto, pero no la crisis política y moral que sólo se solucionará mediante el debate, la democracia y la política. La vía política “es la única capaz de determinar cuál es la Europa de mañana”. Una Europa que no entiende como una máquina de hacer reglas sino como una esperanza compartida por todos los ciudadanos europeos.
Dio, a continuación, unas pinceladas sobre cuáles serán las prioridades de la presidencia francesa de la Unión durante el segundo semestre de 2008: refundación de la política agrícola (PAC), impulso común de la inmigración, desarrollo de una política europea de defensa, relanzamiento de la política mediterránea, enmarcada en su Unión Mediterránea, etc.
Entre lo más destacable de su discurso señalaría su defensa de la regla de la mayoría frente a la tiranía de la unanimidad. Pero, Monsieur Sarkozy, ¿aceptaría Francia la regla de la mayoría para cortar el despilfarro que supone la existencia de la sede de Estrasburgo llevando todas las sesiones a Bruselas? En todo caso, España, y por el interés de regiones tales como Asturias, se deberá emplear a fondo en esa negociación de la PAC, donde los franceses han disfrutado de una preeminencia histórica.
Nota.-A raíz de mi intervención con motivo del Día Internacional del ictus (LNE ,26 de Octubre) se ha puesto en contacto con mi oficina bruselense el cantante portorriqueño Ricky Martin, cuyo ritmo (Un pasito p´alante María) utilicé para volver a andar. Las actividades filantrópicas del Sr. Martin se pueden seguir en www.rickymartinfoundation.org
Juan Ramón y su soledad española
El periódico El País destaca en la primera plana del domingo 18 de noviembre una interesante información histórica-literaria que titula “Juan Ramón (Jiménez) o el Nóbel de la soledad. Las actas de la Academia Sueca revelan que ningún español le apoyó”. Sin embargo, corría el año 1957 y recuerdo perfectamente que las clases ovetenses del dominico Padre Jesús Álvarez se referían casi diariamente al poeta de Moguer en el que nos enseñaba a leer con ritmo. De aquella, con once años, me aprendí de memoria capítulos enteros de “Platero y yo” y poemas de “El poeta recién casado” que he podido transmitir oralmente a mis hijos y, espero, pronto a mis nietos. Festejamos aquella mañana de noviembre, en clase, el premio y luego rezamos por el alma del poeta cuando murió. Conmigo estaban de compañeros mis siempre queridos Juan Luis Rodríguez Vigil, luego Presidente del Principado, y el escritor Ignacio Gracia Noriega. A la vista de la información de El País es de agradecer a los dominicos ovetenses aquella fijación y aquel entusiasmo juanramonianos en medio del páramo cultural.
martes, 13 de noviembre de 2007
Juicio del caso de las banderas letonas
El próximo lunes 19 de noviembre está señalado en Riga, Letonia, el juicio contra los dos españoles acusados de los delitos de "ultraje a la bandera" y "robo en grupo" de la bandera nacional letona. Lejos de considerarse la atenuante o eximente incompleta de estar bajos los efectos del alcohol, la acusación fiscal lo entiende como agravante. No obstante, se ha llegado a un acuerdo por el que, reconociéndose culpables, la pena de cárcel que solicita el fiscal quedaría suspendida y habría de abonarse una fuerte multa.
lunes, 12 de noviembre de 2007
Los eurodiputados socialistas visitan Madrid
El Grupo Socialista del Parlamento europeo, integrado por doscientos diputados, realiza un encuentro anual en alguno de los países comunitarios. Es un congreso fuera de la sede bruselense para mejor concentrarse en las líneas generales del nuevo curso. Esta vez fue el turno de España, por lo que celebramos nuestras reuniones en Madrid durante la semana que ahora termina. Nuestro portavoz, el alemán Martin Schulz, tuvo el gesto que le honra de comenzar las sesiones con un homenaje en Atocha a las víctimas del 11-M estando la ejemplar sentencia todavía bien calentita. En el Parlamento europeo se ha sentido la vergüenza de contar con miembros que han mentido descaradamente ante el Tribunal y que alimentaron la teoría de la conspiración y la creación de grupos de «peones negros», «piojos negros» o como quiera que se llamasen, que, confío, hayan finiquitado en sus pretensiones de intoxicación corrosiva.
La semana se aprovechó también escuchando ampliamente los planeamientos de los ministros Solbes, Narbona y Caldera.
Solbes, bien conocido del Europarlamento, en su etapa de comisario europeo, desgranó el éxito de la política económica, para lo que comenzó sentenciando que ya sabía lo mucho que algunos discrepan de la obtención de superávit presupuestario. Casualmente tengo, por mi parte, colgado en el blog un breve comentario recordando las críticas, algunas también desde lugares políticos muy próximos, que se hicieron a mi equipo en el Ayuntamiento ovetense por eso de los superávit sucesivos y de no gastar gansamente «con pólvora del Rey», que se decía antaño.
Cristina Narbona describió lo mucho que cuesta imponer una disciplina medioambiental que todos los progresistas deberían asumir como propia y que no es todavía así.
En las Cortes, en uno de los actos, se presentó el libro «Por una Europa social y ciudadana», coordinado por Antolín Sánchez Presedo y prologado por el presidente Rodríguez Zapatero. En esa publicación aparece un artículo mío sobre la «compensación del efecto estadístico», un precedente discriminatorio regional lamentable que no debería repetirse en la Unión Europea.
En otro orden de cosas, el viaje a la capital me sirvió para lamentar cómo dos grandes cadenas hoteleras, muy encomiables en otros aspectos, Meliá y NH, no tienen los acondicionamientos precisos en un mínimo de habitaciones para minusválidos. Lo malo es que ofrecen lo que no sirve. Esta deficiencia española debería subsanarse en un país que con la ley de dependencia o autonomía personal se está poniendo a la vanguardia, junto a los países nórdicos, en la prestación social y en el que el ministro Clos acaba de anunciar atenciones extraordinarias en el campo de la comunicación para discapacitados
lunes, 5 de noviembre de 2007
Superavit
El insólito superávit en las cuentas del Estado, propio de toda la legislatura, es reconocido con elogios por todos. También la ejecución contable, ingresos y gastos, de la Seguridad Social, que da un sosiego frente a sobresaltos económicos y financieros. Me hace gracia la cantidad de críticas de que fue objeto mi equipo por dejar superávit y cuentas sanas en el Ayuntamiento de Oviedo. Las críticas no nos vinieron solo de la oposición sino de todas partes, incluso de muy cerca. Debería ser motivo de reflexión que un país tan rico como Francia se debata en el horror de su déficit del sector público. Hay que tener mucho temple político y moral para no endeudar la Administración en cualquiera de sus niveles. La tentación de gastar “con pólvora del Rey”, como se decía antes, es muy común a los políticos sin verdadero carácter. La madurez de la ciudadanía ha de corresponder con la más dura crítica a la demagogia gastiza que hipoteca el futuro
400 años de Universidad de Oviedo
La Universidad celebra su cuarto centenario. Lástima que pese a la visita de SSMM los Reyes de España el primer acto conmemorativo, con la apertura de curso, haya sido deslucido por la amenaza de lluvia, no pudiendo llevar a cabo la manifestación académica en el patio como ocurrió hace cien años en el III centenario. Conservo el libro conmemorativo de entonces en el que figura mi abuelo Rogelio Masip Puedo, que fue Director del Instituto y profesor de Matemáticas de la Facultad de Ciencias, aportando 25 pesetas a los fastos.
Durante este curso del cuarto centenario habrá elecciones a Rector que, por primera vez y precisamente en facha tan señalada como cuatro siglos, pudiera resultar no Rector sino Rectora, la catedrática de Derecho Internacional Paz Andrés Sáenz de Santamaría
domingo, 4 de noviembre de 2007
Pena de muerte
El Parlamento europeo está desarrollando una frenética actividad en su campaña contra la pena de muerte en el mundo. Recientemente fueron recibidas en la sede de Bruselas las seis enfermeras búlgaras que estuvieron presas ocho años en los pasillos de la muerte libios, acusadas de haber contaminado de SIDA a unos enfermos. La crisis se resolvió el pasado verano gracias a la diplomacia francesa pero puso de relieve la inhumanidad y arbitrariedad de regímenes como el de Gadafi en relaciones de acercamiento creciente con la UE.
La pena de muerte se encuentra abolida a fecha de hoy en noventa países. El último en hacerlo fue Ruanda, demostrando que incluso los países que han sufrido los crímenes más horrendos pueden disponer de la valentía política y las garantías jurídicas para prescindir de una medida que es, en sí, irreversible, cruel e inútil.
En 2006 el 90% de las ejecuciones realizadas tuvieron lugar, por orden decreciente, en seis países: China, Irán, Irak, Pakistán, Sudán y EE.UU. En China las 1010 ejecuciones oficiales corresponden a estimaciones en torno a 8000 personas. Debería denunciarse especialmente en el tiempo que resta de aquí a las olimpiadas de verano de Pekín 2008. El extraordinario desarrollo económico que ha experimentado China en los últimos años no debe ocultarnos la triste realidad de torturas y violaciones al derecho de defensa. En Irán todavía se producen ejecuciones por lapidación para casos de adulterio. Y en EE.UU. muchos estados han suspendido las ejecuciones por inyección letal, supuestamente rápida y poco dolorosa, antes casos en los que ésta se ha prolongado durante más de media hora.
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