martes, 25 de noviembre de 2008
Visita a la fábrica de armas de Oviedo
El diputado Antonio Masip visitó el 24 de Noviembre la Fábrica de Armas de la Vega, en Oviedo, donde departió con el Comité de empresa y con la sección sindical de UGT sobre el documento “Realidad y futuro” elaborado por la representación de los trabajadores. A juicio de Antonio Masip la extraordinaria calidad del estudio y del planteamiento han de tenerse muy en cuenta en la política de innovación europea en la que la Fábrica de Armas de Oviedo es puntera y ejemplar. Copias de ese minucioso y atractivo documento, el diputado las trasladará al Ministerio de Ciencia e Innovación y a la Comisión de Industria del Parlamento Europeo, no en vano se producen en la Vega piezas de altísima calidad con intervención en el proceso de varios países de la Unión Europea.
lunes, 24 de noviembre de 2008
Audaz
Es bien conocida la leyenda del holandés errante de Wagner. Desde la Cumbre ampliada del G-20 de Washington empiezan a correr habladurías, aquí en Bruselas, en los pasillos de las cancillerías, sobre Jan Kees De Jager. Se trata de un joven secretario de Estado que se encontró con que el Presidente Balkenende, que había logrado, con un esfuerzo diplomático encomiable, tener asiento en la reunión, recibió horas antes en la base aérea de Andrews la noticia de la muerte de su padre. El líder holandés decidió volver a La Haya y encargó a su colaborador que hiciese lo que pudiera, dándole como única credencial un alfiler de solapa, indicativo de que era Jefe de Delegación. El Sr. Jager tomó el coche que Bush había enviado y se presentó en la Casa Blanca. Allí se identificó como pudo y se encontró con los Jefes de Estado y de Gobierno con los que conversó no solo en inglés y alemán sino chapurreando francés y español. Durante la cena, describió en tono monocorde, a Holanda como “país pequeño pero de un extraordinario dinamismo económico, especialmente notable en el capítulo de inversiones en el extranjero”. A la mañana siguiente, en el Museo de Geografía, para las sesiones de la Cumbre, el audaz funcionario madrugó, se percató de que no contaban con él en la mesa del cuadrilátero y con desparpajo, sin que nadie de seguridad ni protocolo rechistase, colocó con sus propias manos un sillón de la segunda fila entre los de primer término, junto al Presidente de la Comisión Europea, y lo ocupó antes de la entrada en tropel de los altos mandatarios. Naturalmente carecía de letrero con su nombre lo que dificultaba que Bush le diera turno. El holandés no se arredró: cuando Durao Barroso hubo terminado, largó un parlamento de siete minutos, uno menos del previsto, sin pausa para tomar aire. Desechó el simbolismo de hablar en neerlandés al darse cuenta que el Presidente saliente no se colocaba el pinganillo de la interpretación y solo entendería inglés o español. Con la foto de familia no se atrevió a dar empujones y nadie aparece en representación de Holanda aunque en muchos medios dieron por presente a Balkenende, desconocido para casi todos los periodistas americanos. Al término de la Cumbre, Jager no tuvo avión. No le importó demasiado; la policía, mirando para la cabeza del alfiler, se le seguía cuadrando en la zona VIP del aeropuerto y tomó un enloquecido itinerario con escalas en Nueva York y Londres.
Dicen que sigue con el recuerdo del alfiler en la solapa. No es desde luego el holandés errante pero sí un tipo muy viajado.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
García Montero
A García Montero, poeta y catedrático de Literatura, al que secundo en el albaceazgo de Ángel González, le han puesto en el disparadero de renunciar a su cátedra granadina. Me vino a la cabeza enseguida aquel "Nulla estética sine Etica, ergo apaga y vámonos!" con el que J.M. Valverde dejó la Universidad de Barcelona, solidario con Aranguren. Que el ambiente universitario fuera irrespirable en 1964 se explica con solo mentar la época, que ahora en Granada se haya llegado a semejante tufo apenas se entiende ni sabiendo que un profesor, que no merece ese título honorable, pretenda explicar en su clase que Ayala, Lorca y Luis son unos "fachas" y otras lindezas de un constante insulto afrentoso. Luis García Montero y Almudena Grandes, su mujer, son mis amigos y no soy imparcial defendiéndoles y proclamando que pertenecen a lo mejor de la literatura y la sociedad contemporáneas. No obstante, contra la primera opinión, al menos de Luis, yo sería partidario de recurrir la sentencia que le condena por haber llamado "perturbado" al que ataca a tanta gloria granadina. Estoy seguro que el Tribunal Supremo unificaría doctrina y absolvería. A mí también me pasó que unos tipejos que aún andan por ahí con el veneno en la boca se querellaron por haberme defendido. En la primera instancia el juez tuvo sus vacilaciones porque tenía yo, según una teoría abracadabrante, que haberme querellado ante infamias, que soporté estoicamente. El Alto Tribunal les puso en su sitio en una magnífica resolución. No se pueden quejar de la respuesta los que ofenden grave y pendencieramente. Llamar "perturbado" a quien pone de chupa de dómine a Lorca y al bueno de Paco Ayala me parece poco. Como eran unos perturbados los que boicotearon en el Paraninfo ovetense una conferencia del Decano de los escritores españoles, que ha llegado a sus felices y clarividentes 102 abriles. En Oviedo, mientras arrancaban las alfombras, le llamaban "centraliego" y cosas así, supongo que tambien "facha" para no ser menos imaginativos que el extremista granadino.
Hace poco estuve en Granada con mis amigos Paca Pleguezuelo, diputada europea, e Ian Gibson. Me hicieron sentir a Lorca, en la calle de la Elvira
"donde viven las manolas", porfié una vez más por las inencontrables y míticas rosas negras del rosedal de Paco Ayala, y me topé con un poema de Luis en la pared del "San Remo".Los tres (Federico, Paco, Luis) forman parte del paisaje de la ciudad! Qué pena tanta insensatez contra autores tan representativos, tan de todos, tan buena gente.
martes, 18 de noviembre de 2008
Carta a la Abogacía Española
AL PRESIDENTE DEL CONSEJO DE LA ABOGACÍA ESPAÑOLA
A LOS DECANOS DE LOS COLEGIOS DE ABOGADOS DE OVIEDO Y GIJÓN
QUERIDOS COMPAÑEROS
En la última Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Europa y en la Cumbre del G-20 ampliada se ha empezado a tratar como una medida terapéutica muy importante en la actual crisis económica la adecuación de las retribuciones de los directivos de las empresas financieras y otras a los resultados consolidados de las mismas. Apenas ejerzo ya la abogacía, dadas mis funciones parlamentarias, pero me gustaría, como antiguo abogado, que la abogacía española abordase de forma inmediata la adecuación de los honorarios profesionales de los abogados en los procedimientos concursales. Esos honorarios son en muchas ocasiones excesivos, están calculados sobre bases improcedentes y son un verdadero obstáculo para el quebrado, sus acreedores y los intereses de los trabajadores sometidos a regulación de empleo o al paro. Es éste el momento de realizar, desde la misma abogacía, una intervención ejemplar en consonancia con el espíritu de las medidas que en el mundo se están empezando a adoptar con otros profesionales. Como diputado europeo me tenéis como siempre a vuestra completa disposición.
Antonio Masip
A LOS DECANOS DE LOS COLEGIOS DE ABOGADOS DE OVIEDO Y GIJÓN
QUERIDOS COMPAÑEROS
En la última Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Europa y en la Cumbre del G-20 ampliada se ha empezado a tratar como una medida terapéutica muy importante en la actual crisis económica la adecuación de las retribuciones de los directivos de las empresas financieras y otras a los resultados consolidados de las mismas. Apenas ejerzo ya la abogacía, dadas mis funciones parlamentarias, pero me gustaría, como antiguo abogado, que la abogacía española abordase de forma inmediata la adecuación de los honorarios profesionales de los abogados en los procedimientos concursales. Esos honorarios son en muchas ocasiones excesivos, están calculados sobre bases improcedentes y son un verdadero obstáculo para el quebrado, sus acreedores y los intereses de los trabajadores sometidos a regulación de empleo o al paro. Es éste el momento de realizar, desde la misma abogacía, una intervención ejemplar en consonancia con el espíritu de las medidas que en el mundo se están empezando a adoptar con otros profesionales. Como diputado europeo me tenéis como siempre a vuestra completa disposición.
Antonio Masip
sábado, 15 de noviembre de 2008
Cumbre a la vista
Se inicia en Washington un proceso ante la inevitable respuesta global contra una crisis contaminada por el aceite sucio del conflicto iraquí y las «subprimes». No hubo diques de contención, quizás únicamente la prudencia de los que no se metieron en guerras ilegales, los que optaron por un sistema bancario ortodoxo y por políticos, en todos los niveles del poder, que resistieron la tentación del endeudamiento público, fácil y desorbitado, y de la construcción enloquecida. A partir de ahora, los países han de adoptar medidas conjuntas e imponer reglas a unos ejecutivos demasiado comprometidos por sus millonarias comisiones y sus paraísos fiscales. Es una lástima la inasistencia de Obama, cuyo efecto y legitimación democrática impregnarán el giro económico. Ha llegado la hora de la seriedad, el rigor, la austeridad, la ruptura con el convencionalismo y la frivolidad. Era certero el diagnóstico popular de «estamos refalfiaos» de una candidata asturiana que no tuvo fortuna electoral ni esquema ni masa crítica para desarrollarlo. El Nobel Krugman sostiene que no hay que tener miedo al miedo para practicar un cambio radical.
Con la intención de estar a tono, me he comprado un libro sobre «Las cumbres». Empieza con aquella famosa claudicación muniquesa, cuando Chamberlain y Daladier entregaron los Sudetes a un insaciable Reich. La obra de Reynolds revela una anécdota divertida: en medio de la parafernalia nazi, Hitler habría hundido la pluma en un gran tintero en el que ¡no había tinta!
De la actual cumbre conoceremos detalles pronto. En cualquier caso, es un éxito diplomático la presencia española. En mi blog tengo colgada la carta que escribí al presidente Sarkozy el 23 de octubre. Los jefes de Gobierno reunidos en Bruselas, en sesión preparatoria, aseguran largas negociaciones para la redefinición del sistema financiero, la regulación «proporcionada» de todos los productos financieros (hedge funds y paraísos fiscales incluidos), la supervisión de las agencias de rating y de las remuneraciones adecuadas de los ejecutivos. España aporta su experiencia bancaria y su acento social y socialdemócrata, interventor en momentos imprescindibles. Nos faltan, sin embargo, competitividad y equilibrio comercial.
Por otra parte, ¿habrá tinta cargada por las vetustas estilográficas europeas? ¿Y los tinteros se llenarán por primera vez de tinta china? ¿Cómo actuarán, dentro del conjunto, las tinturas de Brasil, la desnortada Argentina e India? En fin, ¿estarán los dirigentes del mundo a la altura del problema?
lunes, 10 de noviembre de 2008
Felguera poética
Sin olvidar nunca mi estirpe samense me encontré requetebién en la Casa de la Cultura de La Felguera con motivo de la conferencia de Susana Rivera sobre Ángel González, el posterior recital y el análisis de Ricardo Labra.
De La Felguera no se olvida tampoco la fuerte personalidad colectiva que hizo surgir una voz definida, anarcosindicalista, extraña en medio de la mayoría marxista del histórico movimiento obrero de la cuenca. Ahí tuve amigos veteranos que mantenían sus disidencias y fidelidades ideológicas con dignidad encomiable: Aquilino Moral, del POUM, los comunistas ortodoxos Sionín y Palacios, el cenetista Eladio Fanjul, Avelino Fernández Cabricano…No me sorprendió que a la misma hora que se llenaba la Casa de Cultura, hubiera también teatro y algunos vecinos preclaros se acercaran incluso a un acto de la Fundación Emilio Barbón.
Mientras Quico, Ricardo y Susana leían, recordaba el apego que Emilio Alarcos y Ángel González tenían por el Concurso felguerino de relatos cortos. No en vano, antes de que lo hiciéramos en el Tigre Juan, descubrieron allí a Luis Sepúlveda. La presencia de Paula, viuda del escritor y editor Alberto Vega rememoraba la aventura maravillosa de Luna de Abajo, el vuelo langreano de unos jóvenes que tomaron la fuerza de un poema de Ángel.
Pero no fueron solo nostalgias muy mías. Tras el parlamento de Susana, que aparecerá en el primer aniversario del poeta, al frente de la nueva antología que preparan Visor y ALSA, destinada a miles de lectores, escuché aportaciones que eran seguidas de un público incondicional. Así creo que son más que razonables las puntualizaciones de Susana a la publicación de “Nada Grave” el libro póstumo de su marido. Es verdad que coincidiendo con una intervención de Ángel en los cursos de Santander, el poeta habló de que no volvería a escribir o, al menos, a publicar. Lo dijeron antes muchos otros creadores geniales en su madurez. Por fortuna, con Ángel González no fue nunca cierto. Se lo reprochamos ya entonces y hemos tenido la suerte de contar con Susana (“Ya sin mí, este amor, te amará siempre”) que, capaz de sobreponerse, ha dado a la estampa un texto, bien terminado, que está en línea recta -o que cierra el círculo, como también se dijo-, de “Áspero mundo”.
En fin, La Felguera poética…
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Obama: ¡ podremos!
Miguel de Unamuno hablaba con sorna y desprecio de los turistas chicagüenses. De ese Chicago que había irrumpido en el Siglo XX, surgió cien años después un personaje fabuloso, que ya es Presidente de los Estados Unidos. Lo vi - y más o menos, entendí- en su primera intervención nominándose. Sería Enero de 2007.Yo salía con un primer permiso de una Clínica catalana. Todavía no andaba pero tenía muchas ganas de libertad en una ciudad de prodigios culturales, sintiendo el cariño de mi extraordinaria mujer, que me empujaba la silla de ruedas. El personaje de Obama me acaparó por televisión y nos retuvo algún tiempo zapeando en el hotel y en la red. Era un brillante ciudadano que se dirigía al mundo mientras le caía lenta nieve sobre su abrigo claro. La última vez que Eloína y yo estuvimos en Chicago, fue en un memorable concierto de Boulez sin batuta y ni siquiera un negro en la orquesta o el público. La imagen de Obama me pareció simbólica. Su labor como asistente social me retrotraía a 1966, cuando visité esos mismos barrios, recién finiquitada una protesta que había sido violenta e incendiaria. Por aquellas calendas de los sesenta había un millón de negros en el ghetto de una urbe de cinco millones de habitantes. Al final del verano, las familias, hacinadas, no resistían en las casas compartidas y se levantaban barricadas desesperadas. Los chicagüenses predecesores de Obama eran pesimistas sobre una remota integración cuyos pasos balbuceaba la Ley de Derechos Civiles del Presidente Johnson. Inimaginable que uno de aquellos muchachos afables, religiosos y luchadores diera el perfil de Presidente. La misma tarde coincidí con Robert Kennedy de campaña por un senador que saldría derrotado. Conocí también a un lugarteniente de Martin Lutero King. Los asesinatos de Bobby y de King echaron agua fría a los sueños. Pero Obama ha abierto una página de la Historia, ya veremos con qué intensidad de trazo. De momento, es como si la pusiera del revés."Yes, we can" ("podemos"), su lema frente al escepticismo crónico y conservador. Arrastraba. Gané todas las porras y acerté con las premoniciones en prensa y radio desde los primeros caucus de Iowa. Increíble, pero cierto:¡Casa Blanca con inquilino negro!. En Chicago no salen las lágrimas negras del bolero ni tampoco todavía los blancos copos con los que asocio su primer discurso. Unamuno miraría con afecto a este chicagüense, mestizo de todos los mestizajes posibles, esperanza de un mundo enloquecido. A no olvidar, sin embargo, que ha recibido críticas razonables desde ambientes progresistas, como el reciente Nóbel Paul Krugman. En cualquier caso, cabe gritar esta madrugada: ¡Podremos!
lunes, 3 de noviembre de 2008
Punto y coma
En todas las ciudades me gusta merodear por sus librerías.
Aquí conocí enseguida algunas de lance. Ahora, que atempero mi pasión bibliófila, he vuelto a las convencionales. En esta capital hay un espacio maravilloso de la lengua española, situado a la vera del Berlaymont, el edificio de la Comisión, donde se velan los Tratados. Es la librería “Punto y coma”. Su nombre no sé si proviene -o apadrina- el boletín “Punto y coma” de la Asociación de traductores españoles de la Unión Europea.
En la francofonía hay polémicas sobre el futuro de la ortografía, a las que no ha sido ajeno el reciente Nóbel, Le Clézio; por cierto, conocido de Susana Rivera y Ángel González del claustro de Alburquerque. Mi amigo Juan Cueto cuenta en su estilo magistral cómo polemizó en As Figueiras de Castropol con Álvaro Cunqueiro sobre los signos de puntuación que imaginaban plasmados en la geografía del Eo: Nuestro Castropol, visto desde el Este, es un maravilloso punto seguido, acaso ese complejo punto y coma de la literatura francesa, que no sólo no es la radical divisoria costera y metafísica entre las aguas atlánticas y las cántabras sino una puntuación que fusiona y contamina paisajes, lenguas, paisanajes…
En efecto, el punto y coma francés se presta, con dos puntos de la talla de Juan y Don Álvaro, a todo lo imaginable. Aquí se hacen campeonatos internacionales de dictado por televisión ¿Por qué “combattant” es con “T” doble y “combatif” no? Los concursantes del África subsahariana superan el acertijo pero ante punto y coma surgen dudas. Alguno pide su supresión por inútil.
El signo siempre me pareció una divertida contradicción: precisa un brinco mayor que la simple coma, pero, paradójicamente, el salto es menor que con el minúsculo tropiezo del punto.
En la mili, un compañero de soldadesca recibía cartas de su novia de la Castilla profunda que, tras la firma, colocaba puntos, comas y punto y comas para que él los situara luego en su misiva con vocación de ser leída muchas veces hasta la del siguiente día. Mi colega había comprendido que su amada, sin ser filóloga, llegaba a la entraña de las pausas que no quería violentar con su impericia. El carácter solemne de coma coronada hace que se salga del ámbito zodiacal de la gramática para introducir su cabecita en otros campos. En Oviedo es un Restaurante con uno de los mejores servicios. De nombre académico fue antes “Logos”, bautizado por Alarcos invocando la cercanía universitaria.
En el mismo día estoy en los “Punto y coma” de Bruselas y Oviedo, dispuestos ambos a tentar a un moderado de antiguas gulas, más lectoras que gastronómicas. Punto y coma es intraducible e icono, pues, de traductores. Es tal una acotación de Valle Inclán, maravillosa pero evaporada al oído del espectador.
Aquí conocí enseguida algunas de lance. Ahora, que atempero mi pasión bibliófila, he vuelto a las convencionales. En esta capital hay un espacio maravilloso de la lengua española, situado a la vera del Berlaymont, el edificio de la Comisión, donde se velan los Tratados. Es la librería “Punto y coma”. Su nombre no sé si proviene -o apadrina- el boletín “Punto y coma” de la Asociación de traductores españoles de la Unión Europea.
En la francofonía hay polémicas sobre el futuro de la ortografía, a las que no ha sido ajeno el reciente Nóbel, Le Clézio; por cierto, conocido de Susana Rivera y Ángel González del claustro de Alburquerque. Mi amigo Juan Cueto cuenta en su estilo magistral cómo polemizó en As Figueiras de Castropol con Álvaro Cunqueiro sobre los signos de puntuación que imaginaban plasmados en la geografía del Eo: Nuestro Castropol, visto desde el Este, es un maravilloso punto seguido, acaso ese complejo punto y coma de la literatura francesa, que no sólo no es la radical divisoria costera y metafísica entre las aguas atlánticas y las cántabras sino una puntuación que fusiona y contamina paisajes, lenguas, paisanajes…
En efecto, el punto y coma francés se presta, con dos puntos de la talla de Juan y Don Álvaro, a todo lo imaginable. Aquí se hacen campeonatos internacionales de dictado por televisión ¿Por qué “combattant” es con “T” doble y “combatif” no? Los concursantes del África subsahariana superan el acertijo pero ante punto y coma surgen dudas. Alguno pide su supresión por inútil.
El signo siempre me pareció una divertida contradicción: precisa un brinco mayor que la simple coma, pero, paradójicamente, el salto es menor que con el minúsculo tropiezo del punto.
En la mili, un compañero de soldadesca recibía cartas de su novia de la Castilla profunda que, tras la firma, colocaba puntos, comas y punto y comas para que él los situara luego en su misiva con vocación de ser leída muchas veces hasta la del siguiente día. Mi colega había comprendido que su amada, sin ser filóloga, llegaba a la entraña de las pausas que no quería violentar con su impericia. El carácter solemne de coma coronada hace que se salga del ámbito zodiacal de la gramática para introducir su cabecita en otros campos. En Oviedo es un Restaurante con uno de los mejores servicios. De nombre académico fue antes “Logos”, bautizado por Alarcos invocando la cercanía universitaria.
En el mismo día estoy en los “Punto y coma” de Bruselas y Oviedo, dispuestos ambos a tentar a un moderado de antiguas gulas, más lectoras que gastronómicas. Punto y coma es intraducible e icono, pues, de traductores. Es tal una acotación de Valle Inclán, maravillosa pero evaporada al oído del espectador.
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