sábado, 28 de febrero de 2009
El Císter Europeo
Coincidiendo con la gran rehabilitación empeñada por el Gobierno asturiano del conjunto de Valdediós, la Iglesia, en tiempos del inolvidable don Gabino Díaz Merchán, tuvo el acierto y el coraje de recuperar la tradición monacal del Císter. Luego se formó el Círculo de Valdediós, que hoy preside mi amigo Martín Caicoya, en el que me cabe el honor de ser el socio número 17. Fue mucha la actividad cultural de esa asociación desde que la fundaran Juan Benito, Loli Lucio y Marilde García, junto a Lorenzo Herrero, Juan Álvarez, Emilia Areces, Camilo López, los Sanchís Perales, Douce, Gerardo Bustillo, Paloma del Casillo, Prado, los Uría Berros, Calahorra, Gastaca, Neira, Carlos Iglesias y otros entusiastas de la historia y de la cultura, entre los que estaban Marcelino Arbesú, que redactó los estatutos, y los prestigiosos doctores humanistas Barthe y Cortina, que asumieron en algún período la presidencia. No soy socio muy activo, pero sí me prestó asistir a muchos actos y también acompañar a la comunidad de religiosos en algunas celebraciones infrecuentes, ya en el rito mozárabe, ya en la noche del Sábado Santo. Valdediós tiene por algo ese nombre. Javier Fernández Conde y otros eruditos han recordado los hitos del monasterio. Don Luciano G. Jove, ya centenario, me hablaba de forma recurrente de su tiempo de seminarista cuando vio por primera vez el cometa Halley. «Cubera», no en vano premiada simbólicamente con el primer «Príncipe de Asturias» al pueblo ejemplar, ha expresado su voz clara y vigorosa, con la legitimidad de los lugareños cultos. Tampoco ha de olvidarse que fue allí donde se produjo uno de los crímenes colectivos más execrables de la convulsa historia asturiana contemporánea.
Ahora despiden al abad, el padre Gibert, una fuerte personalidad, de saberes múltiples y autoridad en Sagradas Escrituras, y a los monjes, inglés e italiano, que quedaban. Sin ánimo de interferir en las decisiones eclesiales, con sumo respeto y no menor sorpresa, solidario con la pena de muchos, pedí, en mi calidad de diputado, a nuestro embajador ante la Santa Sede, noticia sobre esa insólita expulsión, que parece está recurrida en vía canónica. Francisco Vázquez me responde con una amistosa carta de la que reproduzco dos párrafos que vienen al caso tan tratado en LA NUEVA ESPAÑA: «Ya me he movido varias veces por el asunto de la abadía de Valdediós, pero es un problema difícil de resolver, ya que los informes y las opiniones que hasta aquí han llegado desde el Arzobispado de Oviedo siempre fueron favorables a cambiar la comunidad de monjes que administre esa joya que es el Císter de Valdediós. (...) Hoy por hoy es un tema cerrado, pero te reitero que la opinión del Vaticano se ha forjado en base a los criterios y a las opiniones diocesanas».
jueves, 19 de febrero de 2009
Ciencia e innovación
A Rosa de la Viesca
Es difícil hacer sonar Asturias, aquí en Bruselas. Sin embargo el pasado lunes sentí el pequeño orgullo de oír, bien alto, el nombre de mi tierra. Fue en el Palais des Beaux Arts. Asistía yo a una ceremonia para la que había recibido una invitación de la Comisaria de Política Regional, Danuta Hübner. Las dificultades de acceso, con el ascensor averiado, casi me hacen desistir, pero pensé que para mí tiene prioridad absoluta todo lo que provenga de esa Comisaría mientras se resuelve el problema de El Musel, cuyos sobrecostes deberán ser acogidos en el Plan Europeo de Recuperación Económica. El acto lo abría el Alcalde de Ámsterdam, Job Cohen, que empezó señalando que "su ciudad es la más bonita de Europa, con perdón de París". De repente se proyectaron en pantalla nombres de iniciativas de innovación pioneras y ejemplares. El buen munícipe dejaba su ensimismamiento para pronunciar de forma entendible algo que casi me levanta de la butaca y me hace andar de contento: "Principado de Asturias". Era el reconocimiento europeo a una iniciativa del IDEPA para el fomento de la innovación y de la sociedad de la información. El nombre es enigmático, ESTIIC, pero me quedó claro de que desde Asturias se compite con la vanguardia europea de las nuevas tecnologías. Siempre me he referido con elogio a esos escasos lugares regionales donde la ciencia y la tecnología son prueba de que estamos acercándonos a una nueva mentalidad. No puedo comprender, por ejemplo, que los progresos de calidad de la Fábrica de Armas haya quien quiera cargárselos, o que se pongan zancadillas al nuevo Musel. Hay científicos de primera como López Otín y Barluenga, cuyos nombres ya son afortunada y merecidamente populares. También hemos de prestar sumo interés social por lo que hacen José A. Salas, Javier Sebastián y Ramón Torrecilla, éste desde el Instituto del Carbón. De aquel nefasto "¡Que inventen ellos!" debemos pasar al de que sin innovación y ciencia no hay nada que hacer en parte alguna. ¡Cuánto llevan advirtiéndolo nuestros paisanos Antonio Fernández Rañada y Margarita Salas! Ya digo, me estoy enterando ahora de qué es eso de ESTIIC. Constato, en todo caso, su pequeño gran éxito y felicito a sus creadores pues a fe mía que aquí, en Bruselas, no logra entrar cualquiera.
miércoles, 18 de febrero de 2009
Alberto Arce en el Parlamento Europeo
martes, 17 de febrero de 2009
Cañón para el marqués de la Ría de Ribadeo
A la memoria me vienen también inolvidables amigos ribereños: Gamallo, Del Pino, Cándido Riesgo, Luis Estrada…
Conocí a Don Leopoldo Calvo Sotelo y Bustelo una tarde del verano de 1982. En Vegadeo celebraban una regata de traineras. Al Presidente del Gobierno le acompañaba su cuñado, Rafael del Pino, viejo amigo de mi familia materna ya desde el Ribadeo de 1936. Conmigo, Consejero de Cultura entonces del primer gobierno autónomo asturiano, venían de un viaje por el Occidente, Emilio Martínez Mata y Avelino Martínez, con cuyos asesoramientos intentaba yo montar los servicios regionales de Deporte y Educación respectivamente. Recuerdo también al Alcalde Álvarez Linera y al Presidente del Club de Remo, Vicente Loriente. Emilio, hoy ilustre cervantista, comentó que la imagen que teníamos de Leopoldo de persona seria, en absoluto dado ni siquiera a la sonrisa, se evaporó enseguida hablándonos de cosas del río y de la ría.
A estas alturas, fallecido Don Leopoldo, pasados más de cinco lustros desde su jubilación política, tras haber ocupado con ejemplar honradez los puestos más relevantes del Estado, nadie puede poner tampoco en cuestión su bonhomía, su cultura y su inigualable sentido del humor.
Le recuerdo en una de las últimas comidas de Anleo. Allí, Francisco Rodríguez, propietario de Reny Picot, nos reúne todos los años a un amplio grupo de amigos, por lo general de veraneo en el Occidente Astur. Con esa inveterada costumbre española de hablar a los postres, -muy a diferencia de Centroeuropa donde los discursos son siempre en los inicios-, a las palabras del anfitrión sucedían las de Leopoldo, como invitado de mayor rango histórico en el que de forma tácita todos delegábamos. Aquella tarde agosteña, el ex presidente se erigió en representante de la Xunta, comisionado para indagar si, como sostiene Dámaso Alonso, desde el Eo hasta al río Frejulfe se habla un dialecto gallego. No solamente era cómica su representación del Gobierno de coalición de la Xunta, que me parece se acababa de estrenar, sino que los reunidos a la vera de la fábrica y del Castillo de Anleo no teníamos precisamente mucha representatividad para semejante prueba fonética. Pero Leopoldo lo decía todo con tal serenidad que su humor nos desbordaba: “Comprendan lo que les digo, he de informar y concluir si las hablas de esta franja están dentro del sistema lingüístico galaico, desde una perspectiva sincrónico-diacrónica”. Pienso incluso que pudo haber quien creyese que ciertamente estaba cumpliendo mandato de Emilio Pérez Touriño para un estudio de campo filológico.
La afición a las jerigonzas locales le venía a Calvo Sotelo de familia. Su padre fija bien giros vernáculos en la novela “Ribanova” y su tío, Joaquín, académico de la española, se detuvo ampliamente en detalles antropológicos. De ese Calvo Sotelo, de tanto éxito como autor de “La Muralla”, recuerdo, en la época de la televisión en blanco y negro, cómo refería la tristeza de una mujer a cuyo nieto se le había, “en la ría del Eo”, estrellado el cometa con el que jugaba:”esparapapillousele o papaventos”.Si en alguna parte el seguimiento de la lengua apasiona ha de ser ahí, en uno de los puntos más notables no ya del “Paraíso natural” sino del Paraíso terrenal mismo. Uno de los mejores poetas de todos los tiempos, Luis Cernuda, da cuenta de cómo escuchaba, en su hotel de Santiniebla (Castropol) a las mujeres ribadenses que iban al mercado, en madreñas, a la vez que oía también de un gramófono la Sonata a Kreuzer a lo lejos. A Leopoldo Calvo Sotelo y Bustelo le habrán ocurrido situaciones de ese mismo tenor, viviendo como vivía junto a su pueblo y, a la vez, bien enraizado en los clásicos musicales.
Otra tarde, un amigo guasón me dijo que había encontrado en un anticuario a miembros de la familia Calvo Sotelo- Ibáñez Martín tanteando la compra de un cañón. El chamarilero, del que conozco sus dotes comerciales y sus ocurrencias, sostenía muy crédulamente que se podía preparar para que funcionase. Como quiera que la notable casona del ex-presidente se levanta enfrente mismo de mi ventana, por medio la ría, que Don Leopoldo, con su título nobiliario, llamaba de Ribadeo, y que hace tiempo en ese mismo lado, en el Forte de San Damián, había un cañón orientado contra Asturias o, según épocas, contra los piratas ingleses, escribí en mis notas íntimas que debía estar ojo avizor por si montaban una cureña. Sin guasa y por si acaso…
Escrito ya lo anterior en mi diario, me decidí a disipar dudas hablando con Leopoldo que me confirmó la posesión de un cañón que pudiera funcionar malamente:
-Lo dejaron los nacionales abandonado al principio de la guerra, después de hacer dos o tres disparos contra el Castillo de San Román.
-“No se llamaba de San Román sino de Arroxo”, precisó al quite José Luis Pérez de Castro, que mostró, una vez más, su autoridad como el mejor coleccionista de todo lo asturiano:
-“Sí hubo tales impactos en la vecina Ermita de San Román, junto a la casa de Antonio. Tengo las fotografías de los agujeros”.
Total: tanto historicismo me mosqueó y me presenté en el anticuario para comprar el cañoncito que, disparase o no, debía apuntar al revés.
Ni Leopoldo ni yo, que tantas protestas de paz hicimos en política, probamos nunca nuestros artilugios como aburridos señores de vetustas hazañas bélicas. Sin embargo, hubo un día, hace poco, ya fallecido Leopoldo, que tomé cierto respeto a mi propia arma. Y es que la fusilería dialéctica sobre cuestiones lingüísticas fue creciendo hasta límites preocupantes. Y no tanto entre socarrones ribereños como entre políticos invisibles a la búsqueda de imposiciones académicas de laboratorio. La edición occidental del periódico venía esa mañana con violenta polémica entre dos corresponsales sobre la diferencia de “las isoglosas”, “la ausencia de geada” y no sé qué lío con una “intervocálica”. Un tercer comentarista aseguraba que la batalla podía llegar a las manos y que era mayor “que la gota fría que había descargado recientemente”.Me acordé enseguida de la intervención de Leopoldo inspeccionando las riberas del Frejulfe y del Anleo. ¿Y si alguien lo tomaba en serio, entraba en mi finca, demasiado abierta, y le daba por intentar un disparo contra la otra orilla? ¿Cómo inutilizar definitivamente, pues, mi cañón, en la prudencia de que “las armas las carga el diablo”? Además el mindoniense genial, Don Álvaro Cunqueiro, previene varias veces en sus obras sobre gentes que deambulan por esos mismos pagos guardando en su magín deudas antiguas de generación en generación.
Hice un viaje hasta Figueras con el exclusivo propósito de pulverizar el cañoncito de marras.
Resultó, sin embargo, que me lo encontré destrozado, con restos fuera de su soporte. Al parecer, versión que aceptó la Compañía de Seguros sin rechistar, un rayo había atravesado el percutor.
El perito se extendió en su informe sobre los aditamentos y postizos de una pieza genuina que jamás hubiera sido concebida para montar sin su toma de tierra.
El experto asegurador escribió lo que supo, que debía ser bastante, sobre las provocaciones al aparato eléctrico de las tormentas. Muchos no la contaron; otros, tal Benjamín Franklyn o la viejecita expresiva de Joaquín Calvo Sotelo, sí nos legaron sus experiencias de cometas.
Nadie, sin embargo, puede asegurarme si desde el cielo alguno de sus habitantes recién llegados, no en vano ingeniero para más señas, orientó el rayo fatídico con intenciones y resultados pacifistas, adelantándose cautelarmente a mis buenos propósitos.
La ría sonríe; Leopoldo también, con gesto celestial, pero muy próximo por lo que se ve.
viernes, 13 de febrero de 2009
De Albania a la "inauguration"
En el balance del año que terminó, un magazine hizo montaje fotográfico de los cien, a su juicio, personajes hispanoamericanos más destacados en 2008. Entre ellos estaban mi prima Patricia y un vecino de despacho bruselense.
La fama de mi pariente es, de un tiempo a esta parte, proverbial e imparable, desde Milán al MOMA neoyorquino, desde Shangai a la Laboral gijonesa, pero el muy estimable esfuerzo de mi compañero eurodiputado no había tenido hasta ahora tanto eco y ajetreo. Martí Grau, mi amigo, es arqueólogo y, en la misma semana, le requirieron para visitar Albania, lo más recóndito y tenebroso de Europa-que no de la UE-, y para asistir a la toma de posesión de Obama.
Albania es país atrasado. Aspira, sin embargo, a entrar un día, supongo lejano, en la Comunidad. Me dicen da pasos bien intencionados. Martí cuenta, no obstante, cosas espeluznantes. Así la pervivencia de las leyes consuetudinarias de la llamada Kanun: se heredan venganzas familiares y algunos no pueden salir de sus casas, señalados con crímenes de su estirpe. Me quedé con ganas de acompañarle en ese viaje a territorios residuales de religiones paganas, que harían las delicias de mi admirado Cunqueiro. Pero aún más me atrajo el salto que hizo de Tirana a Washington a la inauguration. Barak Hussein Obama y el Presidente del Supremo se trabaron en el orden de las palabras y, como en Estados Unidos cualquier cosa vale para montar pleito, el nuevo presidente hubo de repetir a la mañana siguiente, en la intimidad de la Casa Blanca, las solemnes palabras mágicas. Me recordó a Johnson, en la escalerilla del avión, con la jueza de Dallas y Kennedy de cuerpo presente. Tal como lo cuenta William Manchester, mientras cumplía el rito, Lyndon B. colocaba su mano en una edición católica de la Biblia, propiedad de la Kennedy. Hubo quien cuestionó ese compromiso con la Historia como inválido, pues contendría solo el Nuevo Testamento. El libro desapareció por si acaso para siempre.
Por muy esotéricos que sean los americanos con sus juramentos, nada comparable al de odio cartaginés de generación en generación albanesa. Martí fue observador cualificado de costumbres ancestrales de resultado errático, separadas por siglos luz de distancia. Un arqueólogo es el idóneo para contarlo. Yo también le hubiera elegido entre los mejores. ¡Y a la arquitecta Patri Urquiola Hidalgo!, aunque tampoco con ella tengo, evidentemente, neutralidad.
Conferencia en Siero
miércoles, 11 de febrero de 2009
En el 25 Aniversario del asesinato de Enrique Casas
El pasado domingo,8 de Febrero estuve en el Kursal de San Sebstián en un acto conmemorativo del 25 aniversario del asesinato por ETA de mi amigo y compañero el senador Enrique Casas.Con este motivo se presentó una biografía de Enrique, editada por la Fundación Pablo Iglesias, escrita por Txiqui Benegas. El acto fue emocionantísimo. Alfonso Guerra leyó un discurso central que era magnífica literatura y sentimiento. Las intervenciones también de Enrique Barón, Pachi López y Bárbara Durkohp llegaron al corazón. La impresión alcanzó cotas sublimes con el desarrollo al piano de Ricardo Casas, hijo mayor de Enrique y testigo del crimen, de dos composiciones suyas, acompañado por una evocadora flauta.
sábado, 7 de febrero de 2009
Darwin y Anís del Mono
Se conmemora el bicentenario de uno de los científicos más revolucionarios, de vida y obra apasionantes, Charles Darwin. Mientras hoy son casi todo alabanzas a su «Teoría de la evolución de las especies», en su día la polémica social y religiosa fue terrible. Entre los que intentaron denigrar a Darwin estuvo el propietario de Anís del Mono, que a modo de befa sacó al científico en sus etiquetas como el mono del que pretendería descender. La ridiculización y la feroz enemiga la sufrieron antes otros muchos científicos, tal Galileo, entre las afamadas víctimas de la cerrazón retrógrada. A Servet le fue la vida. El Anís del Mono es icono de una época y de unas costumbres, sus botellas están en el atrezzo de la exitosa serie televisiva «Amar en tiempos revueltos» y las recuerdo en la literatura vanguardista de «Tiempo de silencio» de Luis Martín Santos. El escritor guipuzcoano vino a Oviedo a leer el original de su famosa novela a Juan Benet, en su casa del número 29 de la ovetense calle de Uría.
He escrito casi deliberadamente pues en algunos sitios de los Estados Unidos e, incluso, de la UE, se enseñorean los llamados creacionistas, declarados negadores de Darwin. Los hermanos Bush estaban muy cerca de sostener semejante estupidez. La pintoresca Sarah Paulin, gobernadora de Alaska y reciente candidata a la Vicepresidencia, es partidaria a pies juntillas de esas elucubraciones y sofismas. Nos hemos librado de una buena, más si, como parece, Obama va a secundar la utilización investigadora de «células madre», contra cuyas prácticas y protocolos científicos se manifiestan algunos parlamentarios bruselenses, incluida una colega española. Ahora, el 12 de febrero son doscientos años del nacimiento del gran Darwin. Los creacionistas españoles, pese a su exótica mentalidad gritona, están muy calladitos. Bienvenido es su silencio, aunque sólo fuera por no confundir con otros «creacionistas», el grupo poético del algo olvidado Vicente Huidobro, fabuloso chileno predecesor de Neruda. En cualquier caso, más que para Anís del Mono, tengo grata memoria para aquella cuña radiofónica, «Anís de la Asturiana, su presencia siempre agrada». Y en el acervo asturiano hay también Praviana y Tico-Tico, de otras ramas de la familia Serrano. Con ese nombre de emprendedores, acaba de ser homenajeado en Ribadesella otra personalidad de la industria licorera astur. Darwin es, en fin, uno de los mejores personajes de la humanidad; que su caricatura siga en las botellas no es síntoma ya de desprecio, sino de popularidad.
miércoles, 4 de febrero de 2009
Visita oficial de Mahmud Abbas al Parlamento Europeo
Antonio Masip se reunió hoy con Mahmud Abbas, Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, con motivo de su visita oficial al Parlamento Europeo. El Presidente Palestino, en sesión solemne ante el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo, describió las escenas de sufrimiento que vivió la población palestina de Gaza durante la última invasión israelí y pidió la colaboración de la Unión Europea para retomar las negociaciones con Israel con el fin de acabar con la ocupación militar. En la foto el diputado asturiano con Mahmud Abbas en presencia de Hans-Gert Poettering, presidente del Parlamento Europeo.
martes, 3 de febrero de 2009
Visita del Parlamento Europeo al Sáhara
Los españoles Carlos Carnero, PSOE, y Carlos Iturgaiz, del PP, han formado parte de la Misión del Parlamento Europeo a El Aaiún la semana pasada. La presidencia se ejerció por el chipriota Kassoulidis. La Misión afrontó muchas dificultades pero está en condiciones de hacer un informe que se espera en el Parlamento para el mes de abril. Diversas informaciones de prensa y una entrevista al responsable de la Minurso en el territorio ocupado pueden verse en el blog de Carnero al que se accede desde éste en la columna de la derecha.
lunes, 2 de febrero de 2009
Alejandro Cercas: "Cada generación debe ganarse sus propios derechos"
El rechazo de la directiva que permitía la jornada laboral de 65 horas en el Parlamento Europeo fue «una gran victoria» inmersa en una «enorme batalla» que aún no ha terminado. El eurodiputado socialista Alejandro Cercas instó ayer a los asturianos a involucrarse en el diseño de la Unión Europa en las próximas elecciones, convocadas para el próximo mes de junio, y poder defender así unos derechos, como los laborales, puestos hoy en cuestión.
Para Cercas, el rechazo de la medida laboral es una muestra de que «cada generación tiene que ganarse sus propios derechos» y nadie puede «permitirse bajar la guardia». Cercas ofreció una charla en la Casa del Pueblo de Gijón en la que estuvo acompañado por el secretario general del PSOE de Gijón, Jose Manuel Sariego, y el también eurodiputado Antonio Masip. Cercas aseguró que Europa se encuentra inmersa «en un proceso de derechización total desde hace años» que «ya ha destruído la economía y lo hará también con la sociedad» si los ciudadanos no se implican en las estructuras comunitarias.
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