
Antes de vacaciones, celebramos la primera reunión ordinaria de la Comisión de Libertades. Su nuevo Presidente, Juan López Aguilar, inició la sesión con un “Good day” de vetustas connotaciones léxicas pues así dicho, conservada expresión en los confines del idioma inglés, apenas se usa ya más que en la lejana Australia. Todo el mundo conoce, sin embargo, su significado universal. Juan- Juan Fernando, le dicen también- habla perfectamente inglés, francés e italiano en los que va introduciendo a los diputados intervinientes. La Comisión LIBE cuenta con una mitad de caras nuevas, entre ellas, Carmen Romero y Ramón Jáuregui, y otra mitad que repetimos. Esta Comisión se ha consolidado durante la legislatura pasada, con los sucesivos Presidentes Bourlange, Cavada y Deprez, como el faro que ilumina al resto del Parlamento y a toda la Unión, me atrevería a decir, en la defensa de las libertades públicas. Aquí se hundió Buttiglione, con su desprecio, entre otros, al colectivo de las que llamaba “malas madres solteras”. Fue el acto de rebeldía y consecuencia más firme que ha tenido el Parlamento.
Acaba ahora de comenzar una nueva presidencia semestral del Consejo de la UE que precede a la decisiva española. Los suecos se encargan de un proyecto fundamental, la adopción del programa quinquenal de libertades civiles, redactado ya por la Comisión Europea, y que será firmado en Estocolmo en diciembre próximo.
El todavía Vicepresidente, Jacques Barrot, lo presentó al Parlamento.
Me gustó su intervención. Desde su óptica democristiana, estuvo claro y pertinente en apoyo a una Europa del asilo con dos propuestas sensatas: una solicitud común para toda la Unión Europea y un reparto de los solicitantes entre los Estados miembros, especialmente necesario en casos de desbordamiento como los que suelen darse en Malta y pueden repetirse en nuestro país. Lo más inmediato y necesario es aplicar íntegramente la legislación ya existente.
En esa materia de asilo, en cuya ponencia la Comisión LIBE me confirmó, urge mejorar algunas condiciones de reclusión infrahumanas, que ya denuncié en el preámbulo de mi informe, aprobado en la anterior legislatura, y que debe pasar el trámite del Consejo, colegislador con el Parlamento.
También se habló de políticas nacionales. Berlusconi ha sacado una ley que criminaliza la entrada irregular y niega el registro de los hijos de los irregulares. La nueva diputada siciliana Borsellino, hermana de un juez asesinado por la mafia, lo denunció y Barrot ha pedido explicaciones al gobierno italiano. Los socialistas lituanos, a su vez, criticaron una nueva ley lituana homófona a lo que respondió el Comisario-Vicepresidente comprometiéndose contra cualquier tipo de discriminación y asegurando que tomará cartas en el asunto.
En septiembre retomaremos la agenda que López Aguilar se ha encargado de dinamizar. No sé si desde la presidencia mantendrá como característico su “good day” pero espero, en cualquier caso, que si se erradicamos la tortura, la patera y la hambruna, en los peldaños de la Libertad, habría realmente “good days”.