La Delegación Socialista española ha mantenido un debate interno sobre la posición a expresar esta tarde en el orden del día plenario y en la negociación con el PP de una resolución común en el Parlamento europeo así como el sentido del voto del próximo viernes sobre este asunto que tanto preocupa. A mi turno hice la siguiente intervención:
Veo preocupación por el lenguaje empleado por algunos de los representantes oficiales de nuestro país, lamento por la medida argentina e insistencia en evitar la denominación de confiscación en lugar de medida expropiatoria.
En efecto ha de evitarse un lenguaje hiriente y provocador hacia el gobierno argentino y su indudable provocación, pues contribuiría aun más a la espiral de su enrocamiento. Todo el mundo sabe los orígenes peronistas/populistas del poder argentino y la tensión provincias vs. gobierno federal, para lo que esta medida internacional jugará no poco en el tablero interno.
El Ministro de Industria no parece la persona idónea por su puesto cuando viaja a Argentina y regresa poco después asegurando que todo está resuelto. Su perfil no es el que debería tener un alto responsable del gobierno español. ¿Qué hubiera pasado si su yerro lo hubiera cometido un ministro del Gobierno de Rodríguez Zapatero hace unos meses? ¿Qué estarían bramando los conspicuos portavoces del PP?. Teresa ha recordado lo sucedido con Argelia entonces y López Aguilar bien conoce al Ministro Soria. Ya lo conocemos también tristemente en Asturias por su ignorancia acerca del carbón autóctono español.
Vigilancia semántica, fundamental, sin duda. Eso me lleva a la calificación o no de confiscación, que como tal una confiscación sería intolerable para Europa. Bajo concepto alguno se puede tolerar el precedente confiscatorio. Cuidado, no obstante, pues la medida se presenta como una expropiación sujeta a derecho. Creo muy importante conocer la estrategia jurídica de Repsol. Hace unos años sustituí a Antolín en un asunto, ante la Comisaria N. Kroes, que afectaba a Repsol y que enfrente tuve a los ahora ministros García Margallo y Montoro .En aquella ocasión, una minucia al lado de esta, REPSOL tenía como director jurídico o secretario del Consejo de Administración a un excelente y experimentado abogado, Luis Suárez de Lezo, cuyo criterio, si siguiese al frente de esa asesoría jurídica, me gustaría que indagáramos y conociéramos de primera mano. La expropiación ha de contar con el claro sometimiento al justiprecio y con una justificación de la medida. Ignoro si se ha producido esa justificación ponderada pero me permito dudar cuando hay un vicio de arbitrariedad pues no se expropia a fin de lograr el cincuenta y uno por ciento, es decir el control estatal argentino, para lo que no sé si se valoraron antes otras vías menos gravosas. El vicio arbitrario, de desviación de poder, o de lo que sea, viene dado porque el 51% que se quiere tomar es precisamente de Repsol y nada de los demás socios de referencia. La Presidenta habla de que Repsol cuenta con el 56 ó 57, imprecisión que puede ser debida a que no sean acciones nominativas y que se trata de un valor que hace unas horas todavía cotizaba en la Bolsa de Nueva York. Otra medida viciosa de una expropiación correcta es lo que alega el Presidente de la Compañía Sr. Brufau, al que al parecer no reciben en Buenos Aires, en su rueda de prensa, de que ha habido maniobras para la caída del valor que justifique en su momento un precio mucho menor. No sé si el precio debe o no ser de 8.000 millones de dólares ni si el Gobierno argentino puede consignar ese precio u otro que resulte para que se evitase llamar confiscación o casi a la medida. Como me fío, ya dije, de que los servicios jurídicos, al menos hace unos años que me conste, eran de gran calidad, he de suponer que el arbitraje del que también he oido que se habla esté encomendado a la Corte Internacional de Arbitraje de París u organismo imparcial semejante.
Por último creo prudente, limando el lenguaje, repito, mantenernos cerca de nuestro Gobierno, como ya algunos compañeros se han pronunciado en Madrid, bien a sabiendas de que el PP no lo hizo jamás con nosotros en el Gobierno. Los españoles se darán cuenta en último término de cuál es la diferencia. Sagacidad, serenidad y seriedad en cualquier caso.
Veo preocupación por el lenguaje empleado por algunos de los representantes oficiales de nuestro país, lamento por la medida argentina e insistencia en evitar la denominación de confiscación en lugar de medida expropiatoria.
En efecto ha de evitarse un lenguaje hiriente y provocador hacia el gobierno argentino y su indudable provocación, pues contribuiría aun más a la espiral de su enrocamiento. Todo el mundo sabe los orígenes peronistas/populistas del poder argentino y la tensión provincias vs. gobierno federal, para lo que esta medida internacional jugará no poco en el tablero interno.
El Ministro de Industria no parece la persona idónea por su puesto cuando viaja a Argentina y regresa poco después asegurando que todo está resuelto. Su perfil no es el que debería tener un alto responsable del gobierno español. ¿Qué hubiera pasado si su yerro lo hubiera cometido un ministro del Gobierno de Rodríguez Zapatero hace unos meses? ¿Qué estarían bramando los conspicuos portavoces del PP?. Teresa ha recordado lo sucedido con Argelia entonces y López Aguilar bien conoce al Ministro Soria. Ya lo conocemos también tristemente en Asturias por su ignorancia acerca del carbón autóctono español.
Vigilancia semántica, fundamental, sin duda. Eso me lleva a la calificación o no de confiscación, que como tal una confiscación sería intolerable para Europa. Bajo concepto alguno se puede tolerar el precedente confiscatorio. Cuidado, no obstante, pues la medida se presenta como una expropiación sujeta a derecho. Creo muy importante conocer la estrategia jurídica de Repsol. Hace unos años sustituí a Antolín en un asunto, ante la Comisaria N. Kroes, que afectaba a Repsol y que enfrente tuve a los ahora ministros García Margallo y Montoro .En aquella ocasión, una minucia al lado de esta, REPSOL tenía como director jurídico o secretario del Consejo de Administración a un excelente y experimentado abogado, Luis Suárez de Lezo, cuyo criterio, si siguiese al frente de esa asesoría jurídica, me gustaría que indagáramos y conociéramos de primera mano. La expropiación ha de contar con el claro sometimiento al justiprecio y con una justificación de la medida. Ignoro si se ha producido esa justificación ponderada pero me permito dudar cuando hay un vicio de arbitrariedad pues no se expropia a fin de lograr el cincuenta y uno por ciento, es decir el control estatal argentino, para lo que no sé si se valoraron antes otras vías menos gravosas. El vicio arbitrario, de desviación de poder, o de lo que sea, viene dado porque el 51% que se quiere tomar es precisamente de Repsol y nada de los demás socios de referencia. La Presidenta habla de que Repsol cuenta con el 56 ó 57, imprecisión que puede ser debida a que no sean acciones nominativas y que se trata de un valor que hace unas horas todavía cotizaba en la Bolsa de Nueva York. Otra medida viciosa de una expropiación correcta es lo que alega el Presidente de la Compañía Sr. Brufau, al que al parecer no reciben en Buenos Aires, en su rueda de prensa, de que ha habido maniobras para la caída del valor que justifique en su momento un precio mucho menor. No sé si el precio debe o no ser de 8.000 millones de dólares ni si el Gobierno argentino puede consignar ese precio u otro que resulte para que se evitase llamar confiscación o casi a la medida. Como me fío, ya dije, de que los servicios jurídicos, al menos hace unos años que me conste, eran de gran calidad, he de suponer que el arbitraje del que también he oido que se habla esté encomendado a la Corte Internacional de Arbitraje de París u organismo imparcial semejante.
Por último creo prudente, limando el lenguaje, repito, mantenernos cerca de nuestro Gobierno, como ya algunos compañeros se han pronunciado en Madrid, bien a sabiendas de que el PP no lo hizo jamás con nosotros en el Gobierno. Los españoles se darán cuenta en último término de cuál es la diferencia. Sagacidad, serenidad y seriedad en cualquier caso.
4 comentarios:
Muy bie, Antonio.ANGEL AL
Querido Antonio:
Yo también me vengo haciendo esta pregunta: ¿qué habrían hecho los del PP si esto le pasa al gobierno de Zapatero? La respuesta es obvia: lo habrían empleado para triturarle sin piedad.
El dúo García Margallo-Soria es lamentable.P
Tu amigo Margallo esta vez se ha columpiado con su ejemplo del tiro en el pie y su ánimo de guerra de Malvinas
Te has adelantado incluso ál editorial de ElPais.
Bien.Un abrazo.Luisín
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