"Creo que se han llevado/el aroma de octubre"
González Fuentes, Ángeles, La Rosa de tus vientos
Estaba meditando sobre cómo recuperar los meses del tiempo asturiano
de brazos cruzados en la cabecera de la idea fuerza que es el Arco Atlántico,
que pronto incluirá el paso del derretido Polo Norte, cuando picaron, en mi
despacho bruselense, mi compañera parlamentaria María Muñiz y su assistant para
darme a conocer que el PP español rehusaba firmar la enmienda que consolidaría
el trazado de la ruta Oviedo/La Espina/Ponferrada.
Tengo, mejor tenemos, claro que
he/hemos de apoyar, en las instituciones europeas, al gobierno democrático de
mi país. Nadie comprende aquí las polémicas hispanoespañolas, pero no cabe, sin
embargo, seguir el trapo hasta dinamitar la vertebración y el futuro de mi
región. Y esa posición límite está sucediendo con el recalcitrante intento de
borrar La Espina del horizonte europeo 2030/2050.
¿Cómo serán Asturias, España, Europa, el PP o el PSOE, o IU, o UPD,
para semejantes fechas? No sabría responder, pero tengo muy claro que quien
gestione organismo político de cualquier nivel, incluso a los hogaño extremos
extraparlamentarios del espectro, les prestará, lo reconozcan o no, que los
políticos de este convulso tiempo nuestro no hipotequen el progreso por
inacción.
La Espina es púa, en efecto, de siempre trago difícil, también en su
versión carretera, con sus ancestrales curvas, sus vetustas guerras y sus
densas nieblas, pero es también esqueleto, a modo de vértebra, imprescindible.
Hace poco, España, por calidad comparativa alcanzada, hubo de encarar
la pérdida de los fondos de cohesión. Aún batiéndose en retirada por la fuerza
de los números y la escasa voluntad norteña para nuevas razonables
compensaciones, se arrancaron todavía algunos millones de euros entre los que
figuró medio millar para una vía que tenía su hito referencial en un topónimo
espinoso e inquietante, que pasaría luego por Tineo y Cangas hacia Toreno,
Páramo del Sil y Ponferrada, al otro lado de la cordillera, sin tasas de peaje.
Y su conexión portuguesa...
Como testigo asturiano, con mandato para entrar a los quites, valoré
muy alto semejante compromiso colateral. Bien sé de la influencia sindical
minera con los fondos pertinentes y del gran esfuerzo de un Consejero
inolvidable, Francisco Buendía. El túnel del Rañadoiro, aunque tardío, era
necesidad histórica. De aquella inauguración retengo el emocionante artículo,
que bien hubiera merecido premio Mariano de Cavia, Ortega y Gasset u otro
hemerográfico semejante de Moisés Molín, hoy ya conocido
tenor(http://www.lne.es/occidente/2010/01/07/primera-vez-sonado-tunel-ranadoiro).
Como soy político veterano, he
tratado y escuchado a muchos ministros de Fomento (Vigón, Valdés, Calvo Sotelo,
Ortiz, Julián Campo, Cosculluela, Borrell, Cascos, Magdalena Álvarez,
Blanco...) que consideraban que las obras públicas se basan en
iniciativas anteriores y se rematan con los siguientes. En resumen, tiene que
producirse, progreso novedoso pero con cierta fiel continuidad. Lo podían haber
dicho también el primoriverista Conde de Guadalorce, el mitificado catalanista
Cambó y/o mi venerado Indalecio Prieto. Incluso Gonzalo Fernández de la Mora,
en el que latía cierto adanismo, no hubiera
negado el aserto y alguna vez se lo comenté, en la madrileña caseta de
lance de Riudavets, a raíz de su "Río Arriba", mucho más interesante
que su famosa "Crepúsculo de las ideologías".
Condenar nuestra región a la ausencia de la minería y de la industria
siderúrgica es un yerro de lesa civilización, que Asturias, y por ende España y
Europa, no puede tolerar en una zona ya tan castigada.
En circunstancias que se nos pretende dejar sin nuestras naturales
alas de volar, ¿cómo borrar también una carretera terminada en muchos tramos,
en otros casi y cuya dificultad mayor -El Rañadoiro citado-, ya ha sido
acometida?
Sé que la crisis lo contamina todo pero deberíamos introducir
distancia y reflexión.
No tengo mal concepto personal de la Ministra Pastor. La conocí en los
cursos de la Granda. Sé que su paso por Sanidad fue prudente y es, dejando
aparte mi vieja amistad con García Margallo, la titular que me causó mayor
confianza, dentro de mi proverbial escepticismo político hacia todos ellos. El
frenazo a sus propios diputados, como ha reconocido Salvador Garriga en estas
páginas, me duele, no obstante, sobremanera.
Hace años, acompañé, como abogado, a dos emprendedores a una
distendida reunión parisina con François Pinault sobre una de sus enseñas
comerciales. Al saber mi origen astur, Pinault pidió a uno de sus colaboradores
un plano que extendió entre dos miniaturas de Eduardo Chillida, su escultor
preferido. El documento tenía redondel a rotulador en el Occidente de Asturias,
el Norte de León y el Suroriente de Galicia:
-Hemos recorrido en avión esa zona. Tienen una riqueza forestal
inmensa que deben fomentar, repoblar y cuidar a muchos años vista. Si algún día
lejano se terminasen las riquezas del subsuelo, los bosques, bien gestionados y
comunicados, no les fallarán.
Nos quedamos muy sorprendidos de que nuestra región mereciese la
meditación incidental del famoso magnate que no se planteaba ninguna inversión
específica sino solo el conocimiento del medio.
Si el Occidente asturiano hubiera estado mejor comunicado, y ya se
quejaba Jovellanos en sus diarios, otra cosa hubiera sido el auge armónico del
esplendor de la explotación carbonífera y la búsqueda de alternativas
socioeconómicas. Tineo, Cangas, Laciana, el Bierzo, el Sil, el Sur lucense...
tienen derecho a estar en el mapa, a mantener población, a evitar el
ninguneo...En pocas palabras, a que la Ministra Pastor, insisto en mi respeto,
no se pegue un columpiazo histórico. Su rectificación será positiva, oportuna y
reparadora pues seguramente no ha estado bien informada.
Gracias, María, por tus reflejos asturianistas; al quite, que decía
antes, como corresponde a nuestra sagrada representación cívica, que no todo es
supuesto valor añadido para el triángulo del superdesarrollo, pues el Noroeste,
el Arco Atlántico, precisan redoblada atención.
Por cierto, ¿estaremos en crisis en el 2030? ¿La misma u otra por no
haber puesto los flotadores, con una responsabilidad no pequeña: borrar
carreteras del mapa?
@Antonio_Masip