Ernesto es un gran escritor, ministro que fue de Cultura, en el primer
gobierno sandinista, lo que, por su carácter de sacerdote, le mereció admoniciones
y críticas vaticanas.
Le conocí en Barcelona en 1977 en que intentábamos un Congreso de la Liga
de los Pueblos, que presidía el senador italiano Lelio Basso, y que fue suspendido fulminantemente por el Gobierno de UCD de Adolfo Suárez. No obstante
esa lamentable prohibición, el Alcalde de Barcelona, Socías i Humbert, nombrado
todavía por el gobierno central, nos recibió en audiencia a los
organizadores. Cardenal y yo acompañamos a Josep Ribera, responsable de CIdob y
Agermanament,que era el anfitrión. La foto en la Plaza de San Jaume,de la
Generalitat y Ayuntamiento, con Ernesto Cardenal estuvo colgada varios años en mi
despacho de abogados. Por alguna parte tengo una carta de Cardenal, ministro, y he
seguido desde entonces su obra política y literaria con afecto y admiración.
Hace años, Aída, mi hija,y yo acompañamos a Ángel González a esa misma
ceremonia del Palacio Real en la que, entonces, el homenaje era para el gran
poeta ovetense. Aquella tarde conocíamos a José Saramago, fiel seguidor de Ángel.
1 comentario:
El poeta Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925) sigue viviendo con el ánimo puesto en la revolución. La revolución que nace de la poesía, de Dios y de la lucha en favor "de los pobres y los oprimidos". Cardenal sigue con la fe intacta en esos tres pilares. Alrededor de ellos ha levantado su vida y su obra. Su escritura y su vida, que son la correspondencia de una misma pasión por la utopía.
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