El País y The New York Times se plantean con ecléctico diletantismo si Nueva York
pierde las marcas literarias de sus espacios; antes vividos por
escritores de calidad que nos han legado nostalgias que ayudaron a vivir
un poco por encima de la rutina.
Nueva York también se une para mí, en el recuerdo a tanto sueño literario como pateé en sus calles. Hubo un tiempo que viajé a la gran manzana todos los meses. Mi pasaporte de 2.001 tiene catorce sellos de entrada y sus correspondientes salidas. Un par de meses debí de estar dos veces.
Pero mi Nueva York se ha esfumado en alguna medida. No el de Woody Allen, que se conserva en sus películas, ni el de Wolfe, Capote, Mailer y Compañía de los libros pero sí el de algunos espacios que me acogieron inolvidablemente. Así el St Moritz con su Café de la Paix, que estaba en Central Park esquina a la Sexta, donde me fotografié con el Alcalde Ed Koch, o el Plaza, con el grato salón Oak, donde vi a Salman Rushdie como cuento en "Desde mi ventana", foto incluida también. En los bajos estaba el Gaugain. ¿Cómo se pudieron cargar esos sitios de referencia mundial? Tiffany´s ha de seguir, no obstante en su mismo sitio, con su nostalgia de Audrey Hepburn y Capote y la Library, en la 41, creo, donde tanto me impresionó encontrar algunos libros recónditos.
Yo mismo comprobé la desaparición de una magnífica librería de lance pero debe subsistir otra en la calle de los joyeros, cerca del antiguo MOMA, donde ahora se guarda obra de mi primina Patri Urquiola.
Y el bar irlandés que veneraba a Wilde, Beckett, Yeats...Había un cuarto que no recuerdo ahora mismo...¿Bernard Shaw?
Y el conjunto del Met...
Y el edificio Dakota donde asistí al homenaje a Lennon en el aniversario de su asesinato.Y poco más allá la Tower Records...
Y la sala de Naciones Unidas en la que actuó Juan Coloma
Y Porgy and Bess...
Y el "Un,deux,trois", de las inmediaciones de Broadway en Times Square
Y su anuncio de Camel...
Y el Met Museum, con la gran expo de México,y el de Historia Natural. Pero nada como el MOMA,en que Aida iba adivinando autores a cada sala y en la q ha de estar ahora Patri
Nueva York también se une para mí, en el recuerdo a tanto sueño literario como pateé en sus calles. Hubo un tiempo que viajé a la gran manzana todos los meses. Mi pasaporte de 2.001 tiene catorce sellos de entrada y sus correspondientes salidas. Un par de meses debí de estar dos veces.
Pero mi Nueva York se ha esfumado en alguna medida. No el de Woody Allen, que se conserva en sus películas, ni el de Wolfe, Capote, Mailer y Compañía de los libros pero sí el de algunos espacios que me acogieron inolvidablemente. Así el St Moritz con su Café de la Paix, que estaba en Central Park esquina a la Sexta, donde me fotografié con el Alcalde Ed Koch, o el Plaza, con el grato salón Oak, donde vi a Salman Rushdie como cuento en "Desde mi ventana", foto incluida también. En los bajos estaba el Gaugain. ¿Cómo se pudieron cargar esos sitios de referencia mundial? Tiffany´s ha de seguir, no obstante en su mismo sitio, con su nostalgia de Audrey Hepburn y Capote y la Library, en la 41, creo, donde tanto me impresionó encontrar algunos libros recónditos.
Yo mismo comprobé la desaparición de una magnífica librería de lance pero debe subsistir otra en la calle de los joyeros, cerca del antiguo MOMA, donde ahora se guarda obra de mi primina Patri Urquiola.
Y el bar irlandés que veneraba a Wilde, Beckett, Yeats...Había un cuarto que no recuerdo ahora mismo...¿Bernard Shaw?
Y el conjunto del Met...
Y el edificio Dakota donde asistí al homenaje a Lennon en el aniversario de su asesinato.Y poco más allá la Tower Records...
Y la sala de Naciones Unidas en la que actuó Juan Coloma
Y Porgy and Bess...
Y el "Un,deux,trois", de las inmediaciones de Broadway en Times Square
Y su anuncio de Camel...
Y el Met Museum, con la gran expo de México,y el de Historia Natural. Pero nada como el MOMA,en que Aida iba adivinando autores a cada sala y en la q ha de estar ahora Patri
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