Desde que vivo gran parte de la semana fuera, valoro con
admiración a tantos paisanos con los que me topo en el ancho mundo. Es nuestra
tierra rica en emigrantes y aventureros sin cuya huella la Historia de
Asturias de los últimos tres siglos sería distinta, o bien “tan siquiera
sería”. Lo prueban esos Centros Asturianos en lugares tan insólitos como Hong
Kong o, más sorprendentemente si cabe, los de una exclusiva comarca, tal
el cabraliego de Bruselas o el tinetense de Buenos
Aires, y/o los jóvenes ejecutivos que a propia iniciativa están en
"Asturias Siglo XXI".
La idea fundacional del Archivo de Indianos es magnífica y
lamentaría que se olvidase por los recortes del austericidio. Y mentando a
Colombres no puedo olvidar al buen alcalde, Jesús Bordás, y al exalcalde, Alex
Reimóndez, que, en Washington, es todo un ejemplo de joven dispuesto a formarse
en experiencias internacionales, que espero recuperemos para la región.
He pasado unos días en Londres donde me he maravillado con un
establecimiento de inequívoca procedencia patria, el restaurante HISPANIA, que
dirige Javier Fernández Hidalgo, asociado, entre otros, a Ramón Díaz Bernardo,
Javier García, Ignacio López y a Marcos Morán, de la entrañable saga
familiar que ha popularizado la “Fabada de Prendes” de Casa Gerardo, adentrado
en lo mejor de la cocina continental, a la que ha dado toque propio. Allí
están también la periodista Bárbara Mora y Juan Murillo, hijo de Falo, que bien
recuerdo como abogado y delegado de la subsede del Mundial-82. Juan es además
nieto de Guillermo Quirós, al que Don Rodrigo y Don Aurelio, patronos de
Uría-Menéndez, me inculcaron veneración. Aparte la fina gastronomía, me prende
cómo los ingleses, que detestan la carne de conejo, se chupan los dedos, sin
que se les advierta del origen rabbit,
en una suculenta paella.
El Hispania es ancho, altos techos, suelos azulejados en diseño
artístico, acogedor…Está en la City, la céntrica Lombard St, en donde le
precedió el Lloyd’s, un clásico en la capital mercantil de la Commonwealth. En
mis tiempos de abogado, a finales de siglo, visitaba cada mes las cercanías,
pero no me imaginaba que Javier y los suyos darían al edificio un cambio
de look semejante, convirtiendo el frío local bancario, supercatalogado,
por su alta protección urbanística, en buque insignia del dinamismo
español.
Encomiable.
No sé si hay otro lugar en que unos asturianos triunfen
precisamente haciendo valer su asturianía. Hace años, cuando fui observador en
las presidenciales colombianas, me desperté en una habitación de Hotel en
Medellín teniendo ante mi ventana una luz de resplandeciente neón con rótulo
insólito, OVIEDO, y es que el establecimiento se llamaba como mi ciudad. Bajé
enseguida a comprobar que no era un sueño o consecuencia del llamado jet lag.
Era nombre emocionante, sin otro distintivo de nuestra vitola. De
Hispania, en cambio, ya tenía referencias por la red, aunque ignoraba
hasta qué punto estos amigos dan fe de sus raíces ancestrales, pues, no en
vano, Asturias es el origen de España, que diría Don Claudio “y lo demás,
tierra…”que se traduce popularmente. No ignoro, por supuesto, que Hispania es
anterior a España como quizá pronto que la City sea inconcebible sin Hispania.
Nacho Gracia sostuvo que Juan Benito se resistía en un hotel
extranjero sin descender a la calle a buscar a alguien de Oviedo; el genial
Amaro González de Mesa evocaba a un asturiano que en la madrileña Plaza del
Carmen se pegaba un sello en la frente y trataba de introducir la cabeza en un
gran buzón de correos con destino a la tierrina; en otros lópeces, era la
calificación clariniana que hacía Cabezas de “provinciano universal”. Confieso
que estoy siempre al acecho de algún conocido. En el Hispania me encontré
con mi sobrina, Claudia Urquiola, que conducía un grupo teutón, y me saludaron,
en el animado barullo concurrente, unas “juristas lingüistas” que
vacacionaban su delicado trabajo parlamentario, tan imprescindible entre
bambalinas para que unifiquemos el Derecho europeo. Estas me dieron la
inopinada noticia de que una web me ha elegido como most “popular”
MEP in the last week. Aunque la noticia no deje de prestarme en la
vanidad, bien sé que por encima del, para mí incomprensible, algoritmo de la
muestra y el aval de la London School of Economics, se debe más a mis
visibles dificultades deambulatorias , que a todo lo que me he
comprometido con el asilo político, la lucha contra el oligopolio de las
auditorías o en favor de la presencia de la mujer en los Consejos de
Administración, incluidos los exclusivos de la City, bien cerrados a esa
política igualitaria.
Me han dicho que precisamente el Hispania va a ser el punto de
arranque de la Marca España en Londres. Será un acierto de Espinosa de los
Monteros y de García Margallo, mi antiguo colega de Deusto y Bruselas, a los
que acompañé en su presentación en mi Brubru.
HISPANIA/London/ASTURIAS
¡VIVA, ASTURIAS!