sábado, 31 de agosto de 2013

Niño del pelo verde


Bien recuerdo la película de J. Losey, "El niño de pelo verde". La dieron en una matinal de domingo en el ovetense Real Cinema. Era del Cine Club de la Alianza Francesa, que conducía Juan Cueto. Al día siguiente, por la tarde,en las dependencias de la Alianza, en la calle Santa Cruz, nos reuníamos para hacer comentarios.

Losey era autor de culto por sí mismo y por la persecución del senador McCarthy tras la que hubo de exiliarse a Inglaterra. Esa película debió de ser inglesa.

La vimos en versión original y no era fácil de seguir para mí pero aún me resuenan las palabras del protagonista sobre su "green hair". El pelo de color se le había puesto inopinadamente una noche y se vio en el espejo al despertarse.En una escena trata de lavarse la cabeza en el grifo del cuarto de baño para que desaparezca el color pero es inútil. Debía de ser una cinta de mucho mensaje que trataba de alguna rebeldía o al menos eso buscábamos en todo el ciclo del Cine Club.

Ahora resulta que Thomas, un crío inglés, como el de Losey, que hace intercambio con mi nieto mayor,apareció una mañana con el pelo completamente verde.Yo bien sabía que era muy rubio y el recuerdo de aquella película era inevitable.

La explicación era más sencilla que en el director angloamericano. Thomas reforzaba el color natural de su pelo con vetas que en contacto con el cloro de la piscina convirtieron su pelo en "green hair". De haberlo sabido Losey lo hubiera utilizado en el guión. Estoy seguro.

lunes, 26 de agosto de 2013

En la "Borregada"del lago somedano


En el entonces un poco más encopetado que ahora Club de Tenis de Oviedo descubrieron que Joaquín Vaquero Palacios llevaba tiempo colándose sin ser socio.El gran arquitecto,ingeniero y pintor,acosado, reaccionó regalando unas xeregrafías de su paso por Somiedo,conmemorativas de los "Teitos".Aquella rancia directiva, más social que deportiva,a la que dediqué uno de mis relatos de "Cuentos y cuervos" tuvo la insensibilidad de molestarse por considerar escasa la compensación.

Otra, incluso mejor, interpretación de esa línea de teitos legendarios está también en un magnífico óleo de José Uría, que conservaban sus nietos. 

Siempre Somiedo me tuvo enmudecido, entre el arte, la leyenda hidráulica,el paisaje y el paisaneje de nuestra tierra fronteriza.

El pasado domingo 11 aproveché el único día que permitieron el paso de vehículos en el Parque Natural para acudir a la "Borregada",que organiza la encomiable Asociación de Amigos y Vecinos de Valle del Lago, invitado por mis amigos Manel y José Alba, Esther y Mónica.

La fiesta es una reactualización de la tradicional comida de una oveja merina con la que los trashumantes extremeños, pastores del Conde de la Oliva, de Villanueva de la Serena, obsequiaban a la población anfitriona por el fin de la temporada en los pastos. Alba y los suyos realizan ahora el rito en viejas ollas alineadas, alguna de las cuáles imagino superviviente de la ancestral costumbre.

Me resultó muy emotivo encontrar junto al lago, a Cobrana, que llevó hasta allí a toda mi familia hace años, a Adolfo, emprendedor de mérito, que combina turismo y naturaleza de forma excelsa, al guarda César,tan entusiasmado con el recto y humano ejercicio de su noble función,a Conrado, mítico campeón de lanzamiento de barra, a Amador, que maneja el movimientode coches con magistral pericia,a mi tocayo Antonio,a un bombero ovetense con el que hablé de Corsino y el desaparecido grupo Heráclito, a Aurelio Lana, decano de la Asociación,a mi amigo Jesús, su hermano,a Marité y todos los suyos...

Me hablan de un arborista portugués, que descubrió allí un sin número de plantas medicinales contra el catarro, el insomnio, las alergias, las molestias cardiovasculares...No en vano la biodiversidad supera al Amazonas.También me comentan cómo gusta al oso el escuernacabras, que madura a finales de agosto, y un atractivo especial para las abejas, menos afectadas allí por la crisis de desparición que atraviesan mundialmente.

Y oigo de un californiano, que, perdido, buscando osos,como el protagonista de Tom Fernández, llegó con hambre a una borregada anterior. A la nuestra, ahora, vino Sébastian, un joven francés, compañero de intercambio de Juan, espabilado hijo de José y Mónica.

¡Qué envidia de los que se bañaron en el lago antes de la comida campestre!

Si el camino me había recordado a Vaquero y Uría, el color de la mesa habría hecho las delicias impresionistas de Manet,y el baño merecería la justicia de un Sorolla, por lo menos.Y el sol a Pisarro

Pese a la autorización para mi vehículo, la subida no fue fácil y nos hundimos,por pura mala suerte, en el único breve tramo de humedal pantanoso.La aventura del rescate me recordó los cuentos de mi adolescencia con los héroes Gene Autry y Roy Rogers utilizando sus monturas para franquear "arenas movedizas".La providencial llegada de un Isaac, con un no menos bíblico Samuel en sus brazos,me devolvería a la normal estabilidad, como ha poco recordaba del salvamento que tuve en la nieve del ibiense Connio.

A Somiedo llegué tras haber mojado la mirada en otros paisajes sensacionales, el que se divisa desde el piloñés Palacio de Rubianes, frente al Sueve, recuperado como Hotel de calidad por Chema Martínez Noriega,mi compañero de los Dominicos, donde tres años nos unció el orden alfabético,y su hijo Ángel, cuyo  dinamismo me sorprendió gratamente, y el de Belmonte, que hace honor al alto significado literal del topónimo, donde por un instante rememoré al médico Don Celso, al Teniente Paradela, mi amigo, y al buen Alcalde Roberto Pérez.

No tuve tiempo, en Pola, para pararme ante la casona solariega de Flórez-Estrada, el economista, patriota y estadista, pues no en vano, en su larga obra, fue Presidente de la nación,liberal progresista.Don Álvaro, al que la Junta General del Principado ha dedicado extraordinarios estudios y recopilación, a cargo del tristemente desaparecido Manuel Jesús González y de Joaquín Varela, fue el  primer intelectual español en perorar, sobre "la cuestión social", con ese nombre,que sigue tan determinantemente, ahí, dos siglos después.

Somiedo es mucho Somiedo.

Hay que mantener el Paraiso Natural astur,los Guardianes, a que aludía nuestro Presidente en los discursos de Brubru y de Corias,el listón de Greenpeace, tan sabiamente ensalzado en La Nueva España por Belén Fernández, la consejera.

sábado, 24 de agosto de 2013

Horacio Icasto en cielo y tierra de Navia


Mis citas agosteñas se repiten con la saludable terquedad del arraigo a esta mi tierra.

No falto a la Bonitada tapiega, a Los Almallos de Taramundi, al Cristo de Cibuyo, al Bollu de Sograndio, al Festival "Horacio Icasto", al Internacional de Ribadeo, a la contemplación de lluvia de perseidas, al vermouth que sigue a la procesión veigueña, ni al candasín Museo Antón y la franquina As Quintas (magníficas exposiciones de Aurelio Suárez y Bernardo Sanjurjo y de Anxel Nava)...En esta ocasión el adelanto de fecha me ha permitido la inauguración, en Gijón, de la Feria de Muestras, donde antes solía (mi recuerdo a Adaro y Pedro G. Rendueles), con el brillante discurso-brújula de nuestro Presidente, pleno de europeísmo bien entendido...y, como personal novedad, me fui a la borregada del somedano Valle del Lago, al Castro de Chao San Martín y tuvimos los conciertos del Arqueológico y la recuperación de los otrora  inolvidables "Día de la Cultura". Imposible me ha sido comparecer, como hubiera querido, en la Camperona, en la Boda de Aristébano y las natas vaqueiras, en San Timoteo, en el Asturcón del Sueve, al que tampoco habría subido con mi pata chula, en el Homenaje a las Trece Rosas y/o en los espectaculares conciertos de la Cuevona riosellana,de los que aún rememoro a Dolores Granados y Moisés Molín.

Y espero lo que unos amigos leales preparan, en el torno llanisco, antes del telón septembrino, de la remembranza al llorado Julio Gavito; y cómo cierre, San Agustín,la tradición teatral de Avilés y las Jornadas naviegas de Historia, aunque bien me gustaría fuera lo último, o lo primero, Rodiezmo, a cuyo espíritu de pervivencia de las cuencas sigo leal. Muy voluntariamente falté al tenderete de la Plaza de la Catedral, siguiendo la opinión, entre otros, de Alberto Polledo, que ya no vende libros, pero sigue otorgando buenos consejos."Conversión de lo sagrado en cutre" ha escrito Miguel Muñoz.

La Asturias festiva, o simplemente nostálgica, está plena de vigor, ajena, o mejor superadora, de tanta crisis y no menor despropósito.

En México hace cuarenta y pico años, un veterano político, exiliado y poco socialmente informado, me preguntó si las romerías asturianas, que él tanto recordaba de su juventud, seguían con sus reclamos de calendario patronales...Son "las Mil y una fiestas" con las que tituló, en primera, este periódico.Se intenta modificar los horarios consuetudinarios españoles, tachados de antiproductivos, y también mostrar que junio y julio, próximos al abrazo del solsticio de verano, son más propicios a disfrutar, por la amplitud de la luz, que agosto, pero tardará en suceder si es que termina sucediendo. Lo real, por ahora, es lo contrario, la Virgen del Carmen cambia de fecha, según parroquias, y San Roque y la Virgen de Agosto lanzan más que nadie el imán agosteño de sus inalámbricas corrientes de atracción, aprovechando la presencia de quienes vuelven a la casa y al pueblo que siempre llevan consigo en el almario.Las vacaciones se reducen mientras agosto mantiene poderío adaptado a toda la piel de toro.

En Navia, este año, el Concierto, que sostiene, a grandísimo nivel, Juan Coloma, trajo la presencia de Ara Malikian, que ya nos había visitado hace tiempo, con su joven y extraordinaria "Orquesta en el tejado". El popular artista armenio, de donde era Elia Kazan y es Aznavour, tuvo la generosidad de incorporar, tras captarlos en un pasacalles inolvidable, al Coro de la Virgen de la Barca y al grupo de gaiteros, "La reina del Truébano", alcanzando un estado de ánimo, como no recuerdo haber vivido en otra parte del ancho mundo. La tarde anterior, Ara, el venezolano Humberto Armas y su animoso conjunto de quince maestros veinteañeros nos habían hecho, en el Auditorio de Vegadeo, al que faltaron alcaldesa y ediles, un ameno viaje al más excelso modo zíngaro desde la originaria India, por Siria, Armenia, Rusia, Israel, Bohemia...hasta nuestro Sarasate.

En ese clímax, ya en Navia, impresionó el My Way, de Paul Anka, con que Coloma e Icasto tantas veces terminaban sus actuaciones, incluida la que les escuché en la sede neoyorkina de la ONU. Icasto, enfermo terminal, había pretendido llegar, en ambulancia, al Festival que lleva su nombre. En esas, se produjo el delirio cuando Malikian dedicó a Horacio las Estaciones de Piazzola, mientras Coloma y Justo García colocaron en un atril un gran libro de fuertes pastas y portada con la fotografía del pianista argentino sobre la que Teresa Calderón puso un clavel blanco. No me gusta propalar situaciones equívocas, entre la magia y el milagro, pero lo cierto y verdad, es que la vibración de un acorde de viola, violín o de los chelos, pues me perdí en la inmensidad del corazón, el libro de Horacio levantó vuelo él solito cayendo al suelo del altar con lo que supimos que nuestro admirado artista, naviego de adopción, a la vez que ese golpe, tenue y seco, acababa de finiquitar en una clínica madrileña. Sus cenizas reposarán en Navia.

Pido, desde mi Brubru, a la que me reincorporo, a Coloma y al resto de "Amigos del Concierto" que mantengan, en la medida de lo posible, el Festival Horacio Icasto, en la misma Navia, que bien supo valorarlo, en su cielo, en el Fantasio, en el acogedor templo.... 

El entrañable vetusto teatro ha sido tomado de su mano por el Concejo. El Alcalde Ignacio Palacios, que también preside la Federación de Alcaldes, está dispuesto a defender la constitucional autonomía municipal, ante el olvidadizo Gobierno de la nación, que busca borrar del mapa municipios, profesionales libres, sanitarios, maestros, creadores y hasta el carbón de nuestro subsuelo, que no se va a evaporar tan tranquilamente. No por más recortes, que ya se pasaron de frenada varios pueblos, sino ahora por inacción. A Brubru, como hacía Jovellanos en su Diario, me llegan las nubes asturianas que marqué en el cielo. Ese cielo, como anunciaba el personaje calderoniano, responderá, pues ¡en agosto solo se cargan pilas de resistencia y nostalgias varias!.

¡¡Viva, Horacio Icasto!!

domingo, 11 de agosto de 2013

Depardieu y las grandes fortunas



Parece que el actor Gérard Depardieu abre un café en Mordovia.


Además de una pequeña inversión en una región rusa que le da toda clase de facilidades, busca cotizar a la Seguridad Social de ese país y convertirse en pequeño contribuyente, huyendo precisamente del impuesto francés a las "grandes fortunas" para lo que ha renunciado en su autoexilio, incluso, a su nacionalidad.


Le conocí personalmente hace años en una cena que tuvimos en el mítico Maxim´s, tras la inauguración, en Versalles, de un establecimiento español, cuya firma era cliente de mi despacho. Depardieu estuvo chicharachero pero apenas daba opiniones sin consultar a Catherine Deneuve que me lo introdujo. Me recomendó la producción de "La viuda alegre" que se daba en la Ópera de la Bastilla, a la que mi mujer y yo asistiríamos al siguiente día. Era simpático y con indudables tablas, como persona y gran artista, que le llevó a solicitar el piano del restaurante para interpretarnos sin ruborizarse la fácil "Las hojas muertas". Aunque había tenido algunos altercados de tráfico sonoros era un pacífico ciudadano, con cuyos personajes de Cyrano de Bergerac o "Matrimonio de Conveniencia" se identificaban muchos franceses medios. Era un galán antigalán, cercano, insisto, a sus compatriotas hasta que un buen día se disgustó violentamente con el pago de sus impuestos, por los que huyó primero a Bélgica y hace poco a Rusia.


Bien recuerdo a un buen amigo, ya fallecido, al que mucho quise, que se enfrentó con el Gobierno socialista francés de los primeros ochenta por ese impuesto a las grandes fortunas. Mi amigo estaba seguro de que en el momento en que Jacques Chirac llegase al Gobierno, y aún a la Presidencia de la República, suprimiría el epígrafe y hasta el concepto mismo. No fue así. El impuesto, sin embargo, sigue, resistiendo la natural alternancia en el poder, con algunas reformulaciones, hasta el enfado desmedido de Depardieu.


La sublevación, en grados diversos, contra los impuestos es común a los países del Sur de Europa, en cambio, resulta sorprendente, cómo los nórdicos- Suecia de forma paradigmática- de todas las ideologías, aceptan un fuerte nivel impositivo como algo natural. Entre los dos extremos psicosociales convendría que se ajusten no solo los impuestos sino el control de los mismos pues los ciudadanos tienen derecho a evitar dispendios y a jerarquizar gastos, sin que sea tolerable el abandono de los colectivos más vulnerables (parados, dependientes, refugiados por la persecución política...)


No he vuelto a ver a Depardieu ni sé cómo exactamente le va en Mordovia, aparte de las gacetillas de la prensa, En cualquier caso, su insolidaridad no es tolerable bajo concepto alguno.

jueves, 8 de agosto de 2013

Ove


Desde qué he descubierto que, para algunos, la aldea lucense de Ove pudo haber sido el origen de Ovetus/Ovetao/Oviedo la guardo en la retina. Todas las mañanas agosteñas la diviso, desde mi ventana, a media altura del Eo, como suelo ver, en Oviedo mismo, el Naranco y el Campo San Francisco, para rumiarlos en Brubru el resto del año.


Nestlé e Ilas/Reny Picot tuvieron una pequeña factoría debajo de Ove, cuya arqueología industrial visité alguna vez, pero ignoraba, entonces, la mínima relación con mi amada Vetusta. En cualquier caso no son los restos industriosos los que veo ni retendré en mi magín sino la estrecha y alargada pequeña pradería de fuerte verdes cerco bosquejo y sus diminutas, a lo lejos, construcciones, en el centro, que imagino habitadas y que, al menos deshabitadas, bien distingo, pese a la miopía.

Casona describía algún personaje al que se le habían puesto los ojos azules de tanto mirar al mar; por mi parte he intentado mojar la vista en el tintero de un Prunnus Pisardi que brota en el Campo San Francisco antes de las primaveras, en lo que fue Jardín botánico de la Universidad.Debido sin duda a mi miedo a contraer torticolis en el lado afecto a la paresia de mi cuerpo,o simplemente a la periódica indómita fugacidad del pariente ciruelo, no contemplo la maravilla de color con la debida calma que recomendaba el escritor cangués para lograr el resultado mágico.Tampoco Don Alejandro tenía azules de los que robar pigmentación en su Besullo y fue la nostalgia bonaerense la que mezcló los colores del Narcea con la mar Cantábrica.

Si la transformación ocular me viniera de Ove la explosión cromática sería mezclilla con el azul gris de la Ría y el azul blanco y gris del cielo.

Es tan breve el verde intenso de Ove que es apenas sonrisa que podría engullir las fauces del bosque, de arriba y de abajo. El sol peina a mi visítala aldea y su manto de refilón cuando lo habitual sería un baño de lluvia terca, condición indispensable para que el lugar sea propicio a los personajes de Cunqueiro, de su misma provincia,monte atrás.

Don Álvaro dio cuenta de una casa en la que por el prohibitivo precio de cien pesetas, cama y tazón de desayuno, las preñadas podían pasar una noche circulando por la entrepierna un ojo de cristal alemán para dar criaturas de ojos violeta que es capricho mejor que los azules de Casona, o mis inalcanzables lilas o, aún, de los verdes de Ove, ya que no de Oviedo,que la ciudad solo ha heredado nombradía y nada de güeyos policromos. Que yo sepa

martes, 6 de agosto de 2013

«Quiero repetir como candidato, mi salud resiste y me siento a gusto en Europa»


La Nueva España 5/ 08/2013

Oviedo, Álvaro FAES


Eurodiputado del PSOE

Si los planes de Antonio Masip (Oviedo, 1946) salen adelante, el próximo junio cumplirá diez años como eurodiputado. El antiguo alcalde de la capital se siente «con fuerzas y salud» para ir en la lista del PSOE de la próximas elecciones al Parlamento de Estrasburgo, que se celebrarán el 25 de mayo de 2014. Ofrece sus servicios a los dirigentes de su partido «si creen que todavía puedo aportar cosas» y advierte de que la lucha de España, junto al resto de países del sur del continente, debe centrarse en «enseñar los dientes» a Angela Merkel para evitar «la alemanización de Europa» que, según dice, practica la líder germana.
-La próxima primavera hay elecciones europeas, ¿irá de nuevo en la lista del PSOE?
-Me siento a gusto como eurodiputado y con el contacto que he conseguido con los ciudadanos a través de la red. Tuve dudas por mi salud, pero estoy resistiendo bien y dispuesto a seguir, siempre que el partido y los votantes estén de acuerdo. Estoy al servicio del partido más que nunca, porque me gusta apoyar el gobierno de Javier Fernández. Creo que merece un crédito.
-¿Debe recurrir el Principado al Tribunal Constitucional contra el reparto del déficit que ha decidido el ministerio de Hacienda?
-Sí, claro. Pero no puede juzgarlo Francisco Pérez de los Cobos, una incompatiblidad total siendo militante del PP. No es el primer presidente del Constitucional con filiación política, pero los anteriores dejaron de serlo para acceder al puesto. Él no lo hizo.
-¿Total desacuerdo con Montoro, entonces?
-Me preocupa el precedente que crea porque se le ve dispuesto a zaherir a quien cumple. Y me preocupa otro pacto muy importante, el agrícola. No veo a Arias Cañete con la voluntad de ser ecuánime, le noto demasiado pendiente de ser comisario europeo.
-Con el reparto del déficit, el Gobierno de Rajoy apenas aplica en Asturias la flexibilidad que le concedió Europa.
-Han dado a España más tiempo para devolver la deuda. Hemos luchado mucho en la UE para que la situación se dulcificase y, sin embargo, eso se traduce en un castigo para las comunidades que cumplen, como Asturias.
-¿Qué opina de que los parlamentarios asturianos no sean capaces de ponerse de acuerdo para reformar su sistema de retribuciones?
-No tengo todos los datos, pero sí les aconsejaría una cosa.
-¿Cuál?
-Que los debates tienen que ser más cortos. En el parlamento europeo los turnos de palabra son de dos o tres minutos. En nueve años, sólo dos veces tuve seis minutos para hablar, una para mi ponencia sobre el asilo político.
-A los parlamentarios europeos se les pidió que dejasen de volar en primer clase y votaron en contra. ¿Forma parte de la moralización de la que habla?
-La austeridad no se consigue con los billetes de avión. La política de precios de las compañías es enrevesada en extremo. Yo necesito tarifas que admitan cambios. En una barata, un cambio de vuelo puede doblar el precio del billete. Y pongo otro ejemplo reciente y real. Salía más caro volar de Madrid a Bruselas, que de Asturias a Bruselas pasando por la capital española y, obviamente, cambiando de avión. Me explicaron que era porque la distancia en kilómetros es menor. Yo no lo entiendo. Y cuidado, que yo volaba en turista cuando había vuelo directo de Asturias a Bruselas. Pero ya le digo, procuro evitar tarifas que no admitan cambios.
-¿Teme el voto de castigo a los dos grandes partidos en la europeas?
-Sí, parece que pueden ir por ahí los tiros. Los dos grandes están con falta de confianza, aunque la nuestra va recuperándose. Me preocupa el pasotismo de la sociedad respecto a la política. Tenemos que rearmar la sociedad.
-En esa labor, les toca mucho a los políticos.
-La inmoralidad reina en muchos aspectos de la sociedad. Eliminarla es el gran reto transversal, junto a la lucha por recuperar la economía y acabar con el paro. La sociedad tiene que moralizarse, «desberlusconizarse».
-¿Cómo hacer para que la UE deje de verse como un enemigo y se convierta en punto de apoyo para España?
-El ejemplo de Angel Merkel no es desdeñable. Es un enemigo real y domina Europa, pero ha perdido fuerza en todos los lander y se cree que los liberales no podrán darle el apoyo que necesita. La primera ronda de las europeas se celebra en septiembre, a la vez que las elecciones en Alemania.
-¿Puede derivar la situación en un caldo de cultivo para los movimientos populistas, al estilo del italiano Beppe Grillo?
-No me preocupa porque ha fracasado. Al que hay que apuntillar es a Berlusconi y a Grillo le han faltado arrestos para hacerlo. Lo peligroso es el hipercriticismo, que puede dar paso a una situación de populismo.
-¿Es Italia un aviso de lo que pude pasar en España de no virar el rumbo?
-Su problema de corrupción ha sido mucho más grave que el nuestro, o al menos que lo que se sabe en España. Lo importante es que los políticos puedan decir con claridad que jamás han tenido sobresueldos, que jamás han aceptado una corruptela?

sábado, 3 de agosto de 2013

Ibias


"Es el municipio más suroccidental. Su secular aislamiento con relación a la lejana capital de provincia ha propiciado unos fuertes lazos de unión con las comarcas vecinas de León y Lugo, con las que comparte el olvido, las malas comunicaciones y la marginación. En su fisonomía se refleja ese histórico abandono..."

María del Roxo & Alberto Álvarez, "Ibias, Guía completa"

Llevo nueve años de eurodiputado y no había pasado por Ibias por lo que, con los compañeros de Tormaleo y San Antolín y los buenos oficios de Manolo Omente y el concejal Manuel Oviaño, me dispuse a reparar mi ausencia y escuchar de viva voz sus problemas, debatiendo sobre dos aspectos muy problemáticos de la política comunitaria, el carbón y la agricultura.

Hacía treinta años, como consejero de Cultura, me quedé bloqueado por la nieve en el errático Puerto del Connio. Cancio, el alcalde, con el que luego trabé buena amistad, intuyó el problema y envió en rescate una famosa pala que había exigido a UCD a cambio de que su candidatura independiente concurriese bajo las siglas del partido entonces del Gobierno. Aquel día me acompañaban Javier Fortea, ahora tristemente desaparecido, uno de cuyos discípulos, ¿Carrocera?, acababa de hacer un importante descubrimiento de una fortaleza castreña en las inmediaciones, y Avelino Martínez, con cuyo buen criterio reorientamos, pese a las escasas competencias que teníamos en la primera autonomía, el que no se cerrasen las escuelas de Tablado, y nos percatamos de la gran labor del Colegio/hogar que luego sería Premio Príncipe de Asturias y a cuya comunidad he recibido en Bruselas como merecedor de otra distinción comunitaria.

Luis Ávila, mi compañero de pupitre, fabuló en prensa y radio ese rescate en la nieve con su chispa proverbial.

Aquella grata relación con los esforzados munícipes ibienses la mantendría luego desde la alcaldía de Oviedo donde puse a petición suya Río IBIAS, a una de las calles de la querida Vetusta y hubo de mi parte un plante ante el monopolio CAMPSA que no podría instalar más surtidores en el Concejo ovetense si no lo hacía también en Ibias.

"El Ibias tiene un recorrido muy pintoresco, en el que son frecuentes los escobios", escribió en la tercera edición mi admirado J. R. Tolivas Faes. El paisaje tanto desde Ventanueva como desde la Regla/Pozo de las Mujeres Muertas es impresionante con los diversos planos inclinados en que se corta el horizonte.

El trato ahora con los vecinos de Ibias, en el Centro de Tormaleo, en el Teleclub de San Antolín y en el restaurante Leiguarda me ha resultado enriquecedor. Lejos de ceñirse a los asuntos propios de su problemática próxima, a los que naturalmente recalamos constantemente, su interés y seguimiento de Europa, de la Merkel, de la lacerante corrupción, de la obcecación del Presidente del Tribunal Constitucional, de los paraísos fiscales, del dumping social, del déficit democrático e ineficacia de la Justicia, de la responsabilidad y del futuro de la UE... eran objeto de preguntas y desarrollos de quienes se nota siguen atentamente la actualidad con extraordinario valor cívico.

Especial emoción causan las actividades, siempre en vanguardia, del Colegio Aurelio Menéndez, cuya directora, Visitación Blanco, me facilitó la admirable publicación CONNIO, topónimo que me arrebató, como digo, durante varias horas hace tres décadas. El que, en Ibias, esta encomiable profesora, me agradezca que haya inculcado a sus alumnos el imprescindible aprendizaje de la lengua inglesa es una de las satisfacciones mayores de estos nueve años de europarlamentario.

El viaje a Ibias me deparó la posibilidad de constatar la magnífica realidad del Parador de Corias, que me pareció en ocupación plena, en medio de un paraje que me ha sido siempre muy familiar.


viernes, 2 de agosto de 2013

Mi Bertrand Russell


La primera obra que leí de Graham Greene, con el que pasando los años mantuve una breve correspondencia que, a su muerte, interesó especialmente a La Nueva España, no fue una de sus apasionantes novelas, best sellers, sino una anodina pieza teatral, que no me prestó en absoluto,  “La casilla de las macetas”. Mi padre me la cedió en la segunda mitad de los cincuenta. No me interesó como el mismo autor luego, pero bien he podido rememorarlo, pues conservo el ejemplar de la bonaerense SUR, que al comienzo del Segundo Acto menciona a Bertrand Russell como visitante de postín a la Universidad en que profesaba uno de los personajes.


Fue mi primer contacto con ese nombre real en una obra de ficción, entonces rodeado de un hálito misterioso. De inmediato pregunté a mi progenitor por semejante tipo del que admirativamente me habló mi profesor particular de inglés. De aquella, lejos de eludir mis preguntas impertinentes, mi padre me puso entre las manos la edición de Aguilar de la colección de Premios Nóbel, referida a 1950. Su lectura no me fue fácil pero repasé sus páginas con más devoción que comprensión. Mi abuelo materno me interrumpió una de las noches que intentaba comprender en Russell problemas de la civilización y aún del tiempo cronológico. La actitud de mi querido antepasado fue la opuesta, lamentar que “un intelectual disolvente” me influyera, razonamiento que no pudo concluir ante la sorpresa de saber quién me había proporcionado el libro. Lo recuerdo con nostalgia y como prueba ante mí mismo de que Bertrand Russell estuvo en mí, y de forma peculiar, hace más de cincuenta años.

Luego le he seguido, en sus trabajos para el Tribunal Russell de Crímenes de Guerra en Vietnam, del Russell II sobre Latinoamérica...puesto en contacto a través del senador italiano Lelio Basso y el abogado francés Leo Matarasso, a los que tuve el honor de tratar y, junto a Marcelino Arbesú, adherir nuestro despacho como el de sus colaboradores asturianos.

En las actas del Parlamento Europeo está alguna intervención mía en el hemiciclo de Estrasburgo sobre el ejemplo moral de Sir Bertrand Russell.

En las circunstancias de los arcanos de la memoria se ha de comprender cómo me ha dolido que el Presidente Rajoy para su vergonzante autoexculpación haya mentado una muy conocida frase del filósofo y matemático.

No vale, por favor, valerse de un moralista tan respetado para utilizarlo, ni  tan siquiera de refilón.

Deje en paz a Bertrand Russell y aprenda algo, Sr. Presidente, de su talla y dignidad morales.

En “La casilla de las macetas”, uno de los personajes concluye : ”Es bueno decir cuatro verdades”.

Pues eso, al Sr. Rajoy, que de forma tan abrupta se mantiene en el “sostenedla y no...”