Ha surgido una polémica desigual:el gremio hostelero local se trajo a un reputado confitero catalán a ¡remedar! la composición del carbayón,del que Camilo de Blas mantiene ancestral invento y titularidad intelectual. Este periódico acaba de profundizar, a través del sabio sierense Franco Torre,en la pataleta del gran Orson Welles cuando le arrebataron el montaje final de "Sed de mal", que no recuperó hasta después de muerto.
El propietario actual del confitado,tercera generación,se queja,con legítima razón, aunque, fiel a su carácter sobrio y reservado, se haya limitado a preservar su dignidad no asistiendo a clase sobre su propio producto.Ya le dije,en una de mis primeras intervenciones parlamentarias,hace más de diez años,al comisario Frits Bolkestein,que precisamente dio nombre a una controvertida directiva, que el Registro de marcas tenía con los diseños algunas limitaciones en las que el puntilloso político holandés no caía,o no quería caer, pero que yo sufría,hasta entonces abogado de una encomiable firma hispanomediterránea en Estados Unidos. Ante el surgimiento de copistas todas las temporadas, mi cliente optó por variar constantemente diseños apoyándose en una dinámica red comercial propia.En esto último,sí me atrevería a sugerir a los confiteros una mayor cordialidad comercial imprescindible en la fidelizacion de la venta al por menor.
En cualquier caso,los gremialistas discuten,en lugar de defenderlo,el supuesto copyright de uno de los suyos, sin apreciar que cualquier toque de creación lo suele singularizar aunque cueste probarlo o medie registro validante, que, en este caso, ellos mismos reconocen,plagian, usan el apelativo y/o readaptan.De suyo,a sensu contrario, es apreciable la argumentación de que las pizzas se han adaptado en diversas clases, incluso,desde luego, también las paellas o nuestra fabada de la que han surgido apasionados a rebajar sustituyendo el compango por almejas, con las que da otros resultados gastronómicos.El escritor Paco Ignacio Taibo I cuenta que,en el Caribe, se encontró en una carta con "cassoulet",guiso bordelés, que,en realidad, era "fabada asturiana".En otro plano,el también escritor Eldrigde Cleaver salió de la miseria y la persecución por diseñar un tipo de "blue jeans", o "vaqueros", y un tendero internacional se hizo popular dándoles un abrupto corte en las rodillas.
El "carbayón de Camilo de Blas" es una gozada histórica.Sin transmitir sabor palatino-palabra que,como nombre propio,tanto utiliza,en su excelente novela, Fernando Fonseca-vinieron hasta aquí a filmar imágenes, Woody Allen, "Vicky,Cristina,Barcelona", y Jaime de Armiñán,"Jo,Papá",en la que actuaron mis amigos Antonio Ferrandis,Ana Belén y Gloria Berrocal.
El primitivo dueño de Camilo encargó la creación del pastel a su MaestroObrador para la Feria de Muestras de Gijón de 1924, a cuya primera edición concurriría también las "Princesitas".El dulce ovetense se identificó enseguida con el mejor Oviedo.Por cierto, cuando yo libraba batalla directa con la Dama del Alba,frente a cuya fina guadaña me ayudó inolvidablemente el galeno Carlos Lahoz,me visitó en el Hospital,con un exquisito paquete,mi admirado Pedro de Silva.Mi réplica era obligada,en cuanto creí superado el trance,otro envoltorio de semejante peso,pero de ¡carbayones!, se fue caminito del Arbeyal, por donde antes que Pedro paseaba su antecesor,un tal Jovellanos,tiempos en que el gran polígrafo divisaba ballenas("El curioso contemplador",en interpretación plástica genial de Jaime Herrero) tal yo veo ahora nidos franciscos de cigüeña.
¡¡Y pensar que se ha renunciado estúpidamente a la tradición agosteña de la presencia oficiosa ovetense en el ferial industrioso a la ribera del Piles canalizado!!
El arraigo del característico dulce es tal que,como se ha recordado en estas páginas,hay ocasiones en que el origen del gentilicio se confunde entre el árbol totémico que estuvo en la calle Uría,donde varias placas le rememoran,y el mismo pastel.En un colegio del Sur de Francia, dos hermanos gijoneses,los Peña,o quizá eran los oriundos Bonmatí,veraneantes alicantinos, nos llamaban despectivamente "¡carbayones!" a los que Juan Manuel de la Rúa,luego "mateín de la SOF"-1988,ya pura inteligencia con once añinos,les respondía ufano y conciliador:"¡Encantados:Es un pastel muy rico!".
Tengamos la fiesta en paz,pero los carbayones auténticos,¡please!.A los bocaditos pequeños y multicolores busquéseles otras denominaciones, que esta es tierra de poetas y uno de los buenos,Fernando Beltrán,es el renombrado y sublime localizador de nombres para todas las hermosuras y ocurrencias.
Se puede siempre elevar a mascota identificadora un mero sucedáneo.Eso sí, con,o sin,copyright que "nun ye la cuestión".