Borrador para reunión de la Amso del 17/Octubre
Queridos compañeros:
Gracias a nuestros dirigentes por convocar y pulsar la opinión de los militantes.
La mía es bien conocida por lo que ya dije aquí, en la Asamblea anterior del mes de Julio, y mi columna habitual de prensa del pasado sábado.
Tenemos que recuperar el mal paso del laberinto en que nos metimos mayoritariamente, siguiendo al tándem sin apenas ideas de fuste, sin liderazgo social, de Sánchez/Luena. No todos nuestros males tienen ese único origen, ¡por supuesto!
Nuestro partido en la reciente, demasiado reciente, democracia, tuvo que tomar decisiones que supusieron tensiones e incomprensiones, a veces más internas que sociales:
-La opción por la monarquía parlamentaria/ constituyente, tras haber defendido nuestro ideario republicano.
-La supresión del marxismo en nuestros Estatutos y programas.
- La abstención ante Adolfo Suárez, antiguo Secretario General del Movimiento.
- La confirmación de la entrada en la OTAN.
- El reconocimiento del Estado de Israel
-La oposición a la primera huelga general.
-La reestructuración industrial.
-La reforma de las pensiones.
Y un largo etcétera.
¿Es más o menos importante abstenerse hogaño en una cuarta votación ante el PP/Rajoy? ¿No está suficientemente clara nuestra oposición a la derecha política y nuestra voluntad de seguirla, controlando sus desmanes con un grupo político de 85 diputados y no con menos como algunos pretenden numantinamente dentro de nosotros mismos?.¿Tenemos capacidad política para explicar la complejidad poliédrica de la contradicción, nada simplista, nada maniquea?
Hubo muchas dudas pero puede que históricamente hayamos acertado contra el absurdo del marxismo como método e ideología para el siglo XXI, contra el no ingreso en todas las organizaciones occidentales y europeas, incluidas las de defensa, el cambio de rumbo de las pensiones y contra la huelga general tras la que apenas se recuerda la política de búsqueda de soluciones para el paro juvenil.
Acertamos o no, pero no me cabe la menor duda de lo mucho que al cuadro político le puede servir conocer bien y utilizar como una herramienta, unida a otras, el marxismo, el llamado materialismo histórico y dialéctico, reafirmarnos en nuestra utopía republicana como lo más razonable aunque como tal no sea para pronto, nos formemos en la procelosa defensa global, y no olvidemos aquellas posturas que salvaron las pensiones, que deben actualizarse para que la derecha no termine con la llamada hucha de las pensiones, la protección de los parados y la búsqueda de empleo juvenil y de la docencia y la investigación.
En todo ese tiempo, y esas decisiones, no todos estuvimos juntos, pero la clave está en nuestra seriedad, en nuestra unidad, en nuestra fría serenidad, en el enriquecimiento mutuo de la pluralidad de ideas, que nos diferenció siempre del pensamiento totalitario, apéndice perverso que salió otrora de nuestras propias filas societarias.
La gestora está llena de buenos propósitos frente al punto de inflexión del último absurdo, por llamarlo de alguna manera, debate a gritos y desencuentros del Comité Federal.
No nos quedemos más aislados de la sociedad de lo que ya estamos.
No confundamos la falta de supuesta dignidad con la falta de ideas para hacer oposición, ¡sin marginarnos de la sociedad española y aún de Europa!!.
Es todo difícil.
Claro que sí pero no nos vamos a entregar ante los cantos de sirena.
Indalecio Prieto ya decía que la política es un arte de realidades, no un fumadero de opio, ha recordado algún dirigente vasco.
Tenemos una historia heroica. ¿No os acordáis cuando Pablo Iglesias- y el ovetense Indalecio Prieto- no se entregó a la emergente tercera internacional?,¿y cuando Felipe dio un paso en favor de todas las organizaciones occidentales?
Pero digo que también debemos admitir y aprender de los que estuvieron en otras posiciones. Respetables los que ven para cerca la tercera República, o los que pusieron el dedo en la llaga contra el distanciamiento sindical o juvenil, o investigador. La postura del partido debe ser firme pero respetuosa con otras disidencias y matices, pues, como ha señalado Javier Fernández, se trata de una mera cuestión táctica no estratégica ni ideológica.
Todos son necesarios en la recuperación de nuestro diezmado partido frente al mundo de la corrupción, de la galopante amenaza fascista y del ultra liberalismo salvaje.
Una última y leve cuestión incidental.
Estoy con la ortodoxia interpretativa de la disciplina partidista de que todo el grupo parlamentario debe obedecer lo que marque el Comité Federal sin falsos recursos a supuestos dramas de conciencia, pero si se decidiera que nuestra abstención, o ausencia, se redujera a los escaños estrictos en la segunda votación, yo pediría que no fueran tales sino que, ordenada y disciplinariamente se produjera la mitad de votos para la abstención y la otra mitad para el no, desdramatizando posturas.
Sin vencedores ni vencidos, y desvalorizando tan compleja situación.(Tenemos un número par, pues uno de los diputados no tiene disciplina al pertenecer a una coalición regional).
Antiguo aficionado ajedrecista, es, en definitiva, el ofrecimiento de tablas con el ritual correspondiente, tras una larga disputa, sin salida, que se hace precisamente ofreciendo empate cuando toque mover, bajando el reloj, a la dirección política provisional.
La gran partida sigue en nuevo tablero, en el punto cero y nuevas fichas. ¡¡Ojalá que blancas!!