Carta abierta a Ana Coto
He dudado en las últimas horas acerca de la oportunidad de expresar mi parecer público ante la actitud adoptada por la hasta ahora diputada de Cs, doña Ana Coto, en relación con su decisión de permitir que Asturias disponga de presupuestos para el ejercicio 2020; al fin he entendido que una decisión tan trascendente debe subrayarse en un doble sentido: como un ejercicio de responsabilidad política, al tiempo que de coherencia personal, virtudes ambas que escasean y que rara vez se ofrecen en unidad de acto.
Créame, doña Ana, y quienes lean este escrito, que no me guía en el elogio, el natural agradecimiento -que también- de un Gobierno que en virtud de este acto dispondrá de presupuesto, instrumento ejecutivo por excelencia. Tampoco la familiaridad con doña Ana, con la que no he tenido ocasión de compartir en exceso trabajo y afanes, más allá de la frecuentación parlamentaria.
En materia de responsabilidad se adscribe Ud. a la línea de pensamiento de Max Weber, quien sugería que un político, en su desempeño, debe comportarse preferentemente aplicando la ética de la responsabilidad frente a la ética de la convicción; esto es, estoy seguro que usted hubiese preferido un presupuesto diferente al que finalmente ha ayudado a aprobar con su decisión (convicción), pero ha preferido decantarse por un incómodo ejercicio de pragmatismo -responsabilidad- en beneficio de Asturias.
La he escuchado justificar su decisión (no era necesario, a mi juicio) por coherencia personal, en relación con la palabra dada. El respeto a la palabra dada, me parece a mí, es lo que diferencia a una persona valiosa, de aquella otra que no lo es tanto. Soy de extracción rural, y de un tiempo en el que un negocio en el mercado de ganados se sellaba con un apretón de manos, y en el que faltaba a su palabra se convertía en un ser despreciable y aborrecido. Soy de un tiempo, al fin, en el que se sacralizada la palabra dada. Hoy, por desgracia, resulta un bien escaso, y casi una rareza en política. No sé, doña Ana, si el destino nos hará cruzar nuestros caminos en el futuro, pero si eso sucede, no olvidaré que es usted una persona valiosa y de fiar que hace honor a la palabra dada