RUBALCABA INFINITESIMAL O NUEVA
LECTURA DE ESPAÑA
Mucho se ha
perorado sobre Rubalcaba.
Sin amenazas
terroristas etarras todo ha variado. No obstante, vinculados al purismo
antifranquista y a otros buenismos
hemos quedado sobrepasados por ansias con las que no siempre conecta la vieja
política. Así hice colocar en “Casa de Campomanes” estos versos de Ángel
González:
Habrá palabras nuevas para la nueva historia//y
es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.
El
municipalismo sigue dependiente de forma inconstitucional del mecanicismo regional,
estatal o comunitario. El protagonismo de los partidos del art. 6 de la Constitución
es, sin embargo, injusto dejando fuera a uno, sin duda marginal pero de tradición
arraigada, IU/PCE. La Corporación debería integrar y la figura del Alcalde debe
tener carácter y moralidad ejemplares. Hay quien se sorprende, o eso me dice,
de que haya apoyado al actual Alcalde, pero aborrezco la corrupción de tantos
años y casos, y Wenceslao es persona honesta, en absoluto dispuesta a necrosar
impunidad.
Todos deberían reconocerlo antes de iniciar trabajo consistorial.
Tengo legitimidad
para afirmarlo y exigirlo. Debo otros reconocimientos que sorprenderán. Cómo no
estimar, sectarismo aparte, que Ignacio Cuesta llega tras un magnífico decanato
de mis colegas de profesión, que Ana Taboada quiere a nuestra ciudad, que el
llamado Rivi, pese a su gravísimo
yerro sobre los Premios Princesa, deja concejalía con admirable dignidad, que
Ablanedo, a la que personalmente no conozco, ha demostrado, y la he felicitado,
superación del mecanicismo, y que Cristina Coto ha sufrido con entereza acosos
intolerables. Y, no puedo menos de ensalzar papeles muy anteriores, cuya
influencia llegó a mí, tal Luis María Fernández Canteli, tan olvidado por los suyos,
o Villamil, un concejal del que tomé prestada la idea del Parque de Invierno, o
Folgueras, del que pude apreciar encomiable interés por los pueblos del Concejo,
o, aún, la entrañable lealtad institucional de alcaldes que me precedieron Suárez,
Serrano y Riera.
¡Cuánto debo a funcionarios que no pensaban
como yo, salvo en el tema capital e intransigente de la corrupción, tal don
Luis Arce Monzón. Mi gestión jamás hubiera sido la misma sin mis compañeros…Y
ahí estuvo la diferencia, el concurso de los que fueron, sobre el papel, solo
sobre el papel, oposición, Ania,
Zarracina, Grossi, Amandi, Fuego, Ismael, G.Arias, Cueto Felgueroso, Bango, Llaneza…Panorama
inimaginable hoy. ¿Estarán dispuestos los partidos el 15 por una ciudad de todos/todas?
Empezaba
perorando sobre Rubalcaba. Con Alfredo tuve experiencia inolvidable. Fue con
ocasión, en Bruselas, de un delirante acuerdo entre una miembro entonces de mi
grupo y Jaime Mayor para que la Eurocámara sostuviera, en evitación de lacerantes
prescripciones, competencia de la jurisdicción del Tribunal Internacional por
genocidio en detrimento de la Audiencia Nacional. Se invitó para semejante
aberración a Fungairiño, famoso fiscal, que, a mis preguntas, sostuvo todo lo
contrario de lo que los proponentes buscaban. Se arriesgaban absoluciones,
penas rebajadas y libertades provisionales con sucedidos en extremo
garantistas, como hogaño el caso Puigdemont, silenciando la experta Audiencia Nacional. Se rompía también el
principio del juez natural. Contra mi posición se recurrió
a un asesor del entonces Ministro de Defensa, lo que superé, gracias a Álvaro
Cuesta, con un contacto con Pérez Rubalcaba que puso a PP y PSOE en su sitio,
sin interrumpir el loable final etarra ni darle una escapatoria en Tribunal ad hoc.
Inapreciable,
y quizá intrascendente, fue aquella mi intervención, pero una vez más aprecié
el recio análisis de un Rubalcaba que, por desgracia, falta y al que hubiera
contado lo que puede pasar en Oviedo. Nada que ver con el terrorismo, por
supuesto, pero demasiado con corrupciones
e impunidades, que arruinan nuestra hermosa ciudad.