Estuve en Mieres a debatir sobre la Revolución de 1934, invitado por la FUNDACIÓN ANDREU NIN, nombre de
víctima del genocidio estalinista que merece sumo respeto.
Mi posición sobre el yerro revolucionario asturiano es
conocida. Significativa autocrítica formuló
Indalecio Prieto que ha reeditado la Junta General del Principado.
El 34 merece siempre reflexión desde la izquierda, y aún más
si cabe donde se desencadenó.
Gracias a la ANDREU
NIN he accedido a “JOSÉ MARÍA LOREDO
APARICIO EN EL PAÍS DE LOS SOVIETS. Editado por Boni Ortiz y prologado por
Esther Díaz”.
Escribí ha mucho la entrada para la GRAN ENCICLOPEDIA
ASTURIANA, magna obra de Silverio Cañada y dos admirables escritores, J.A.
Mases y Luciano Castañón, a los que los asturianos debemos agradecimiento. Loredo,
como ya hice en OVIEDO AL FONDO, tuvo despacho de abogado en el 2 de la calle Jesús,
donde publicaría COMUNISMO, en 1931, que agrupaba a los seguidores de León
Trotski. Leí el primer número, con colaboraciones de Trotski, Nin, García
Palacios, Malraux...Lo guardaba, con su ponderada coherencia, Lorenzo Rodríguez
Castellano, director de la Biblioteca de Porlier, en el espacio llamado “Infierno”.
El ejemplar que me han facilitado, crónicas para el
periódico liberal gijonés EL NOROESTE, es maravilla bibliófila. Me prestaría
que alguien se decidiera a reeditar otros viajeros asturianos a la Rusia
revolucionaria (Isidoro R.Acevedo, Jesús Ibáñez…).
MEMORIAS DE MI CADÁVER, de Ibáñez, precisa especialmente editor
hogaño como ha encontrado Loredo Aparicio.
No resisto dos anécdotas definitorias. La primera: su imagen
leyendo entre los raíles del tranvía, que me contaron Renato Ozores y Saturnino
Escobedo, temeraria audacia que bien conocían los tranviarios ovetenses. La
otra, escuchada en el exilio a don José Maldonado, que al principio de la
guerra coincidió con Loredo en un pequeño Comité de Guerra, según ambos
intentaban llegar a Gijón. El tal Comité, cuyo nombre prefiero olvidar, se
había constituido en parodia de Tribunal. Tras acusar varios vecinos a otros
del mismo pueblo, Loredo, tomando su pistola, gritó,”¡sois unos asesinos en una farsa que ha terminado!”.
El testimonio del eminente tinetense refleja los primeros
días bélicos y la personalidad de Loredo Aparicio, buen escritor en tres libros
aparecidos en México. Por cierto, investigó la influencia americana de Prim,
del que Emilio de Diego ha publicado biografía definitiva.
Expectante quedo ante el libro que prepara Jesús Mella
aclarando si Loredo murió accidentalmente o asesinado, como escuché a un
interviniente del debate de Mieres.
5 comentarios:
lo que fatamente ocurrió debería servir para que no vuelva a suceder.P
Lo malo de las hojas parroquiales en que no se leen más que ahí
El discurso de PRIETO no fue en la guerra fría como dijo algún interviniente sino en 1942 en plena guerra caliente
Eres más culto que la Enciclopedia Británica. E
En "OVIEDO AL FONDO" doy,pag.179 el domicilio de COMUNISMO en el 12 de la calle ovetense Jesús
que debe ser dato correcto y no el 2 que escribí de memoria
Publicar un comentario