¿AVE SIN OVIEDO?
“Cuando ustedes lean esto (si es que alguien,
etcétera) ya habrá pasado todo, y todo habrá empezado de nuevo” Rodríguez Rivero, M.
Con motivo de despedir a la querida tía Mabel, pariente a su
vez por afinidad de la excelente novelista María Luisa Navia-Osorio, me topé,
en San Lázaro, con un letrero de OVIEDO que tenía embadurnado, debajo, una
probable traducción a falso asturiano. El
betún del bretón al revés. Enseguida,
el periodista Orlando Sanz, que puso en evidencia las fechorías betuneras de
aquel norteño viajero francés, bablista enragé,
se apresuró a asegurarme su no autoría de la tachadura compensatoria y, a la
vez, advierto a mis violentos detractores que callen improperios ¡pues yo
tampoco!
De mayor enjundia, la unión ferroviaria con la meseta, con el
abracadabrante cambio de sentido de León, con la vía veloz de Valladolid y con
Madrid, galdosianamente desdoblado en terminología de los EPISODIOS de don
Benito, Chamartín de Napoleón
y virginal Atocha. Cobra actualidad lo que honorable técnico me advirtió ha
mucho y previne a Hugo Morán, entonces Alcalde de Lena, con cuyo predecesor
republicano, Cienfuegos, mantuve gratísima relación a su regreso del exilio: “el AVE llegará a Lena sin dificultad y trenes
lanzadera comunicarán Oviedo, Gijón, Mieres, incluso puede que Langreo…”. Demasiados
retrasos en cansina polémica. Recién escucho divertido, o doloroso, argumentario
sobre la imposibilidad de que un tren fórmula AVE frene y recupere velocidad de
crucero en la leve distancia Gijón/Oviedo y aún en tramo LENA pegado al Nalón.
Bien recuerdo al bueno de Paco Carantoña cuando defendía la autovía cantábrica
borrando el Oviedo de Alfonso II, y al no menos bueno Padre Tucci S.J., luego
Cardenal, empeñado en que Juan Pablo II oficiase en Llanera ni la Catedral.
¡Oh, Fernando Lastra, hoy senador, sobre la imprescindible
Metrópolis! Y es que el sarcasmo astur ha concebido, en la regentiana LA COSTA,
fantasmal convoy que pase sin detenerse por la ovetense ESTACIÓN del Norte.
Clarín, que se imaginó a Álvaro Mesía subiéndose al compartimento de la Señora
Ministra de Gracia y Salero, puso desde la ficción acento anacrónico
en una Estación que consiguió la mayor transformación urbana de Oviedo, lo que
los discípulos del fallecido sabio Francisco Quirós, llamaron BARRIO DE URÍA,
el arboricidio de EL CARBAYÓN, la sustitución comercial del OVIEDO REDONDO por
el eje Fruela-Uría…Si ahora la Estación quedase con andén AVE para calendas
grecas, el dinamismo muscular de esta ciudad, ¡cruce de caminos sin río urbanita!, resentiría
cierta inanición, aunque siempre quedaría renacer tomando el expreso mesetario en
Lena, con perdón de los que me denostaron por sostener ese histórico nombre
cuando fugazmente presidí la COMISIÓN ASTURIANA DE TOPONIMIA. Oviedo, capital
eclesiástica y administrativa, gracias a la Estación lo fue comercial, malherida
luego por el abusón exceso de grandes superficies y ese sin vivir, digo sin Ave, planificado por el Ministro Blanco
para TODAS las capitales provinciales.
¡Ojo, no obstante, al dilema de Tomás de Iriarte de si
galgos o podencos!
A no olvidar tampoco la
playa de vías de Lugo de Llanera, diseñada por el ingeniero y novelista Juan
Benet, que mientras proyectaba se decidió a vivir, escribir y leer a sus
íntimos, incluido al colega en letras, detenciones, contubernio muniqués y FLP,
Martín Santos, junto a la llamada para madrileños “Estación del Norte”. Por
cierto, un siglo después de Clarín, el cineasta Méndez Leite omitió la Estación
haciendo llegar a la salerosa ministra en coche de punto a la Plaza de la Catedral,
recuperada sin la ENCIMADA ni el FONTÁN en el bullicioso mercado que soñó el arquitecto/urbanista
Francisco Pol.
En fin, en tiempos clarinianos y/o benetianos no hubo AVE;
ahora, tampoco.
3 comentarios:
Muy bueno
Antonio
Mañana lo vuelvo a leer en papel N
¡ Qué lástima que seamos tan mayores, tu y yo! Digo mayores, no viejos. P
Antonio, un poco barroco ( quizás estilo Umbral?), pero magnífico.
Un abrazo sincero.F
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