"Da geh' ich zu Maxim" ("Me encontraréis en el Maxim's")
Lehár, Franz, LA VIUDA ALEGRE.
"Da geh' ich zu Maxim" ("Me encontraréis en el Maxim's")
Lehár, Franz, LA VIUDA ALEGRE.
Son actualidad la vulneración de Derechos Humanos en Bielorrusia que duelen como la farsa electoral venezolana. Estoy comprometido con los Derechos Humanos, desde primeros pasos en Uruguay, Cuba, Marruecos, Chile, USA, RDA, Timor, Sahara… o este solar astur. También estuvieron, en mi modesta praxis, antiguas colonias que cayeron en Estados fallidos.
Me presta que mi antiguo Parlamento conceda el Premio Shajarov a la heroica oposición bielorrusa. En 2013, escribí desde el piso onceno del PE, a Aleksandr Lukashenko:
“Por la prestigiosa Amnistía Internacional constato la triste realidad que Bielorrusia es el único país europeo, que no de UE, en mantener en su legislación la pena de muerte. Como soy titular de la Comisión de Relaciones entre la UE y su país, y pese a que se trata de una Comisión inactiva, me da ocasión de protestar ante su Excelencia y comunicar al Presidente del Parlamento Europeo mi voluntad de cesar en esa representación. Es un mero gesto simbólico, pero oportunidad, Excelencia, para recabar la reflexión de su gobierno sobre la actitud antidemocrática que les caracteriza. La UE acaba de obtener el Premio Nobel de La Paz y mucho celebraría que, algún día, ustedes respetasen los Derechos Humanos, empezando por el derecho a la vida que ustedes niegan. Atentamente”
Entra el invierno con una sorprendente
imagen desde el despacho. Mientras atardece y espero las habituales manadas de
pájaros, encima del Campo y del Naranco, sin que les alcancen las madrugadoras
luces del Centro Asturiano, hay unas alargadas lonchas de nubes rosáceas por un
sol que debe estar del otro lado del monte totémico. Cómo puedo lograr tal
variedad cromática para mis ojos, desde el verde y marrón arbóreo hasta el
cielo multicolor y los focos amarillentos que pizcan la bajura y la media
ladera.
A mi puerta tengo HAY GAS, delicioso letrerito que presta en
el mismo sitio de principios del XX.
Hay gas, pero no GAS CIUDAD sino de subsuelo argelino. Antes
provenía mágicamente de hermoso azulino, logo borgeano, frente a la Muralla
medieval. Torrente Ballester vio las zanjas de la ciudad para ese suministro
hogaño terminado.
En mis primeros días municipales recibí a Julián Angulo y
Javier Mesones que ultimaban encargo de mis predecesores para PLAN DE ORDENACIÓN. Además, Angulo deslizó ESTUDIO DE DETALLE PARA FÁBRICA DEL GAS. No
comprendí que el equipo aprovechara para otro documento menor. A Javier lo
conocí entonces, pero no a su socio. Habían pasado más de veinte cuando
almorzamos en casa con un tal Julián, Delegado de Vivienda. Mi progenitor,
obsesionado por Ventanielles y las insistencias del párroco don Hermógenes,
pensé solventaría problemas vecinales o del Palacio de Deportes que faltaba. Me
confundí, no hablamos del emblemático barrio ni del laureado Sánchez del Río,
enemigo de las columnas como Niemeyer lo fue del ángulo recto, sino que la
conversación discurriría por derroteros fantasmales para unir Oviedo, Gijón y
Avilés, incluido ramal a Mieres/Lena, pues se temía programación insuficiente.
El espectro Y me produjo sueño permanente. Por cierto, el gran Sánchez del Río
blasonaba origen con divisa entre humorística y fanfarrona: ¡HARO, PARÍS y
LONDRES!
El todavía Presidente Trump, fiel a sus demenciales
posicionamientos, termina su mandato, aunque no acepte su estrepitosa derrota
electoral por más de ocho millones de votos, reconociendo una soberanía
contraria al Derecho Internacional de Marruecos sobre el Sahara Occidental. De
la misma forma que ataca a la OMS o a la UNESCO, el siniestro ultra derechista
TRUMP niega a la ONU y al Tribunal Internacional de Justicia de la Haya que a
sus veces niegan soberanía alguna marroquí en su invasión ilegal del territorio
saharaui.
Espero llegue pronto el 20 de enero y el periodo Donald Trump
pase a ser un mero lamentable borrón en la historia democrática de USA.
Mucho me
duele la falta de Derechos Humanos que padece Venezuela.
Su
convocatoria electoral tiene todos los componentes de una triste farsa.
Espero que un país hermano y tan querido logre la DEMOCRACIA
Guardo a Conan Doyle en azotea del cerebro. Lo hice en mi
única visita a LA LABORAL DE ARTE. Para sorpresa, un curioso artefacto
reproducía sonidos de las pisadas en la Facultad conocida como MILÁN, por el
Regimiento que albergó. El artilugio era abracadabrante aproximación a “Arte Industrial “. ”23 pasos de Baker Street” se fabulaba en torno a Sherlock Holmes,
pipa, gorra, paraguas, gabán...
Años antes, contemplé Cabueñes, desocupado de chorradas,
desde la Torre de la Laboral auténtica. Era yo Consejero de Educación y Cultura
y acompañaba al Rector LÓPEZ CUESTA en panorámica por la que Julio Paquet,
singular prócer gijonés, quería convencer a Teo, TEODORO, de la idoneidad de
Viesques para Campus. Como a los pies se extendía la LABORAL, pelotazo de Girón
de Velasco, pregunté con fingida ingenuidad si no sería mejor reconvertir el
sensacional cascarón para UNIVERSIDAD de OVIEDO, cuyo valdesano nombre, por
cierto, el bueno de Paquet quería denodadamente mantener. “Elemental, Watson/Paquet”, musitó el cordial rector mientras,
habitual en el esquí de Pajares y Courchevel, nos evitaba vértigos de altura.
La vinculación de OVIEDO al Camino de Santiago parece evidente pues el Camino empieza en EL SALVADOR con Alfonso II, rey alcalde, como primer peregrino. La documentación probatoria es demasiado evidente pero no puedo dejar de recordar al balesquido Alberto Polledo.
Iniciado EL CAMINO, por incomodidad andarina y supuestas inseguridades, cuajó el impropiamente llamado Camino francés que desde el carolingio RONCESVALLES pasaba por León, pero los mismos galos mapearon enseguida retoque, redundancias traductoras aparte, con el famoso “Quien visita Santiago y no el Salvador, visita al criado y no al Señor”. Hubo leyendas varias tal Bernardo del Carpio, de genes ovetenses y saldañeses y espadón en espiral carolingio/anticarolingio... ¿Por qué no asumir el ingenio de Graciano García llamando “Camino de los poetas” al paso astur, compostelano o carolingio? Los suelos circulares de la rotonda, de la entrada en cuesta y otros pavimentos podrían convertir sus baldosas en estrofas poéticas. Pisadas; besadas piedras dirían Enrique Álvarez Areces y el gran Borges.
“Estornino vuelve” Masip, Aida, SOMOS LUZ
“Y se quedarán los pájaros cantando” Jiménez, Juan Ramón,
POEMAS AGRESTES.
Hace años, Santiago Rodríguez Vega, buen alcalde de Avilés,
tras el carismático Manuel Ponga, lamentaba desaparición de pájaros en el
contaminado Valliniello, de donde él procedía. Allí mismo, Frígilis y
Quintanar, personajes de Leopoldo Alas, cazaban madrugones estorninos. La
preocupación aérea, que me llevó a un bando incomprendido por Comisiones
Obreras, no era frecuente, aunque hoy es requerida por los vecinos sensibles.
No por limpieza atmosférica, sino por lluvia excremental, los
pájaros fueron expulsados. Un personaje de García Márquez se despierta de sueño
por cagadas aéreas de pájaros. Ignoro quién lleva razón en semejante medida,
pero muestro contento contemplando bandas que rachean el San Francisco, luz
otoñal, árboles deshojándose y fondo Naranco en ribetes rosáceos. Picasso en
Montmartre no tuvo su color rosa circense comparable al fugaz vespertino
remansado, antes de la oscurecida, en nuestro Ángel González.
Como retirado, que no jubilado, paso con frecuencia por el
estúpidamente remozado Fontán familiarizándome con las verduras saludables.
Crudas o en agua caliente.
Por temporada o producción, las zanahorias del Fontán no
están al alza. Coincide que Carlos Suárez, gran científico, menta TRUMP como la
bestia de pelo zanahoria. En tiempo europarlamentario me correspondió observar
elecciones en Colombia donde un par de colegas lituanos me pidieron visitara a
candidato oriundo de su país. El encuentro fue grato y hasta divertido pues la
simbología (amuletos, llaveros, cartelería…) desarrollaba esotéricamente la
Zanahoria, incluso sus dirigentes eran pelirrojos.
A mi ingenua pregunta arguyeron virtudes de la peculiar
legumbre puntiaguda.
TRUMP no sabe perder, quebrantando así las dos primeras
reglas que comparten el Tenis y la Democracia consolidada: primera, saber
perder; segunda, saber ganar… Trump, tal dicho popular castellano, no quiere
irse ni con agua caliente; tampoco su zanahoria, inflada al secador peluquero.
El cocimiento más intragable que puro.
El fallecimiento de Javier Artabe
toca profundamente el almario de mi adolescencia y nuestra posterior amistad.
Jugaba de interior con el número
10 a su espalda en una posición que todavía no se llamaba “en punta” hasta que
Puskas y algún otro empezaron a señorear nuevo espacio en el rectángulo. Se ha
mentado mucho su hambre de gol, pero yo le recuerdo más con su larga y elegante
zancada, embadurnado el pantalón blanco en encharcado barro del que Iguarán o
Paquito, y a veces Toni, Manolón Álvarez, Marigil, Alarcón, Laurín…
habían conseguido sacar la pelota, generando un peligro que dio dianas
gloriosas. El mérito del ascenso no lo quitó la compra del partido al Rayo pues
fue temporada meritoria en conjunto. Los diversos entrenadores (Balmanyá,
Pasarín, Toba, Picabea, Barinaga, Argila…) antes de videos y pizarras,
encontraron sitio ideal a nuestro más carismático atleta, como usa los
bandos de Tierno Galván. Para nosotros era simple delantero, ¡pero qué
delantero! Delantero y ¡la diligencia completa! que cantarían Dickens, Clarín,
Galdós, Ford…A su lado, nos sobraban torpezas en Massey, genio pronto
lesionado, Aloy, empeño de Balmanyá, o Jorge Lino Romero, que tuvo, no
obstante, acosadoras jugadas de fábula.
Javier era vasco y ejercía con
dignidad, como lo hicieron Lángara, Irureta e Iguarán en momentos en que hubo
popular enemistad a todo lo euskaldún. Su establecimiento, en calle
característica, y su anclaje familiar, fundieron su personalidad
definitivamente a Oviedo.
Llevaba el 10, que lo fue en
Deporte y Vida.
Hace tiempo lamenté que un industrial se sumara a una
manifestación de JUNTS pel SÍ, encontrada en el barcelonés Paseo de Gracia. Si
él negaba España, yo, modesto donante de Desayunos Solidarios, remplazaría sus
productos.
Ahora un buen amigo, gran artista, al secundarme contra el
uso de UVIÉU que, como caballo de Troya, utiliza provocativamente la imagen
corporativa de FCC, me advierte el error de atribuirlo a Esther Koplowitz, pues el accionista de
referencia es Slim, al que, en consecuencia, he enviado misiva.
Esos vehículos de FCC, previstos para limpiar, manchan con su
grafismo.
En tiempo de Alcalde supe cómo FCC, en siglas anteriores, muy
familiarizadas con la ciudad, hinchaba facturación en saneamiento de VILLAPERI.
Un honorable técnico del grupo empresarial me lo mostró respondiendo por mi
parte de forma radical. Confirmé de aquella que concesionarias de servicios
corrompían en toda la Piel de Toro.
El buen empresario, al que acepté reconciliación, evitó apoyo
separatista; Slim espero actúe, con el sigilo que estime, contra alteración
toponímica.
Hace días llamé la atención a un madrileño que arrojaba al
suelo colilla cigarra. Era en la terraza de RIVOLI, que, sin terco orbayu, es confortable espacio, ganado
al antiguo jardín de Tartiere. En Singapur le sancionarían sin más.
Rodrigo Grossi, que seguramente fue mejor concejal de Oviedo
que Alcalde de Llanes o Subjefe Provincial del retrógrado Movimiento, estaba muy empeñado en que perros y humanos
no ensuciaran. Me sirvió de silente aliado para calidad cívica en la oposición
democrática a mi alcaldía. No fue el único pues Rogelio Fuego, Pedro Amandi,
Jesús Zarracina, García Arias, Mori,
Bango, Landeta, Llano, Ovidio Sánchez, Eduardo González, Ignacio…, Tere Corominas, incluso en Pumarín, Polanco, me ofrecieron inestimables colaboraciones a diverso nivel en un
gobierno de la ciudad que les necesitaba.
Bien recuerdo el encomiable esfuerzo de Ignacio, Tito, Sánchez de Posada por reducir
excrementos caninos, y a Alberto Hinojal por las pilas inservibles, en tiempos
en que se daba escaso valor al mediambientalismo.
Tito, cardiólogo vocacional, es el gran impulsor de la mal llamada, aunque
mantiene popular nombre exitoso, PISTA FINLANDESA.
El BANDO pionero por la pureza del aire mereció fuerte y
extraña contrariedad sindical.
Al estar muy viajado me tocó constatar la lucha primigenia al
tabaquismo en algunos estados americanos y las restricciones de aerolíneas. En
la alcaldía NYC de Rudolf Giuliani se llegó a valorar la prohibición en las
calles de Manhattan, donde los empleados salían de los rascacielos para unas
caladas adictivas. En el neoyorkino LA GUARDIA pude ver cómo llamaban al orden
a un compañero abogado que, fumando en lugar autorizado, su humo traspasaba
línea convencional. En la City londinense fui testigo, frente a la estatua del
gran fumador Churchill, que saca Pepe Monteserín en CON MUCHO BUSTO, por indebidas humaredas. También estuve en el
inicio de las prohibiciones italianas coincidiendo con la celebración de las
“noches blancas romanas”.
El humo, cancerígeno, transmisor viral, … ¡sucio!.
Mi mujer y yo pensábamos que cuando la norma llegase a España
habría incumplimientos por doquier en lo que erramos afortunadamente. Nuestro
pueblo ha adquirido serena madurez tal constatamos en Asturias con el Covid,
ante el que, Barbón dixit, no hay que bajar la guardia, por más que
sea expresión nacida en mi denostado, antipedagógico, antihigiénico y
antideportivo, boxeo. Rubén Suárez, que tristemente acaba de fallecer, me dijo
en noche de tardofranquismo, en las
dependencias de cierre de este periódico, contra pronóstico entonces
generalizado:” El cambio democrático será
sin trauma”.
Paco Ignacio Taibo II narra en delicioso libro (“La Libertad, La Bicicleta”) cómo su
padre recogía puntas de tabaco que refumaba su abuelo en prisión.
Libremos las calles de colillas, como ya se hace por
convicción de escupitajos y, casi, aunque no del todo, de restos animalarios.
El buen recibimiento a madrileños incluye exigencias del Paraíso Natural y la Señora Pandemia.
Mi gran amigo Ángel Alda, medio madrileño, ribadense en su
otra mitad, ha presentado, en GRÁFICAS SANTIAGO, Diario de un confinado en Olavide. (Ediciones Decordel).
Me arrebata el movimiento milenarista, TREGUA DE DIOS, que
Ángel rescata. Las pandemias han sido varias, pero no tanto la voluntad de
tregua. Los orientales filosofan sobre sucedidos desconocidos por estos lares;
Coubertin insistía en la tregua olímpica
y Jaurès, con calle en todas las ciudades francesas, falleció víctima del
intento. Cuando despedimos a Manolo DÍAZ, en la iglesia de Chaillot, donde se
bautizó el singular ovetense Valero de Urría, el ministro centrista Borloo
aseguró, que el convencido posbélico
escogió para morirse el aniversario del armisticio.
Tolstoi y Unamuno describen guerras, napoleónicas o
carlistas, buscando PAZ del adagio latino. Jünger, no menos admirado, se
apasiona, a sensu contrario, por la Guerra misma.
En ocasiones que el Parlamento Europeo me mandató a Madrid,
me asusté, pese mi veteranía política, constatando cómo sus señorías se
despedazaban inmisericordes. Ya la almeriense Mabel Salinas me había advertido que es buen diputado español el ingenioso que se enfrenta, cuando en UE
se busca consenso.
Aplaudo a Alda desde mi envés del río/ría.
El futbol, deporte rey, granó con
primer punterazo a meta vacía en Río Tinto. En Vetusta había
sido cosa krausista con el Sporting de Oviedo y sus gentlemen posando en calzón
corto, cuclillas, atildados mostachos, pasivos brazos cruzados... La segunda
edición de La Regenta corrige errata empleando sport, generalista
anglicismo. El balompié destinado pronto a masas, que tardaron en asimilar
reglas difíciles de arbitrar, alcanzó cénit en frase legionaria,” ¡A mí
Sabino, que los arrollo!
En Asturias, el Sabino por
excelencia, pertenecía a exquisitez de la milicia, LA INTERVENCIÓN, que
disgustaba a José Larraz, el mejor ministro del régimen, partidario hasta el
harakiri de la CAJA ÚNICA DEL ESTADO. Luego, el general carbayón pasó a CASA
REAL. No era silente en absoluto pero se fue sin estampar Memorias, “lo
que interesa no debo escribirlo…”. Es uno de los ovetenses más preclaros
que me fue dado conocer, incluso diría de todos los tiempos, en cuya ancha
nómina figuran, entre otros, Feijoo, Casal, Uría, Ayala, Canella, los Alas,
los Adolfos clarinianos, Luis Fernández, los tres Buylla
Godino, Velasquita Giráldez, Paco Tuero, Jove, Puri Tomás,
Bousoño, Sara Suárez, Paulino Vicente, Silvio Itálico, Valero de Urría,
Alonso Quintanilla, Alfredo Martínez y descendientes, Luisón San
Miguel, Juan CUETO, Teodomiro Menéndez, Ángel González, Ignacio Quintana,
Alarcos, Luis Arce, Dolores Medio, Tolivar, Gamoneda, Emilio Vigil, Miaja,
Benito, Víctor Botas…sean o no de mis amplias temporalidad o ideología. No le
hace justicia el busto de un buen artista, fuera de escala, esquina a Toreno,
donde vivió. Queda mejor perpetuado en CALLE FERNÁNDEZ CAMPO al norte de la
ciudad, en que conviven modernidades del riojano Sánchez del Río y otros
vanguardismos con elegancias del Medioevo.
Fui solo uno en oírle, entre muchos. Ha dejado familia,
ponderada y culta, pero no debo callar su desazón con cuestiones que le
costarían el puesto. No me refiero al cualificado testimonio del 23-F y el
famoso aforismo “ni está ni se le espera” contra íntimo compañero
del arma artillera; la Historia completará relato tal Javier Cercas, en otro
tercio del ruedo ibérico, ennobleciendo la Literatura.
Pocos escritores han decidido aún digerir acontecimientos sistematizando
periodismo, primer borrador de la Historia,
Preston dixit.
Sabino estaba muy preocupado por unos papeles regios,
escapados a estricto control, y que un embajador de España había visto circular
en Golfo Pérsico. La respuesta de Palacio le intranquilizaría
más,” Los llevó PRADO y COLÓN de CARVAJAL”. Probablemente
colmó la proverbial paciencia sabiniana que esos mismos días
le sugiriesen invitar a Javier de la Rosa en El BODEGÓN, restaurante entonces
de Plácido Arango, de lo que el ovetense dedujo que se le utilizaba ante otros
comensales.
Sé poco más, pero me consta que le preocupaban relaciones que
hoy alarman a todos y que la corrupción le producía “asco”; a veces
usaba el bien expresivo “asquito”, diminutivo a modo de despectivo
superlativo. No arrolló, su carácter y servicio al
Estado eran de otras coordenadas, ante las que me descubro.
Es punterazo al aire, pues la meta está guardada, o debería,
por la exitosa Constitución.
¿HAY ALUMINIO EN EUROPA?
Un gran poeta
que conocí añoraba su “arboleda perdida”; la mía, francisca, sigue ahí, pese a
la amenaza de restaurante, frente a mí, pero la que tuve, nostalgia e
intermitencia estival, entre Salinas y San Juan, se destruyó en hormigón, el
primer tramo que lamenta Santiago Blanco en EL INMENSO PLACER DE MATAR A UN
GENDARME y el segundo en quema por partículas de aluminio de la antigua ENASA,
según me dijeron, pues solo constaté resultado sobre lecho de duna, a la que la
fuerza del recuerdo me impide ahora volver de vieyu.
El aluminio
debió ser así injustamente depredador y soy, humano, Fernando Díaz Platja dixit,
de naturaleza vengativa que no
quita reconocer la dieta de progreso que nos hemos dado. Ocurre, sin embargo,
que el aluminio cotiza a la baja en la londinense bolsa de metales y que está,
desde ha mucho, en lacerante crisis laboral en Galicia y Asturias, mejor
escribir Suroeste de Europa.
Los trabajadores se mueven y bien se aprecia, aunque mucho me intranquilizan sus
perspectivas de futuro. Hay quien con la mejor buena fe me menta la sacrosanta
globalización, sin convencerme en absoluto. Admito a efectos dialécticos que
hay una desmedida oferta mundial, los datos son indiscutibles, pero, en mi
caso, será porque no terminé carrera de economista o porque, antes de la
pandemia, que trato de evitar, inoculé el virus europeísta, creo a pies juntillas
que si Europa necesita aluminio debería satisfacerse en preferencia con el
propio. En absoluto sería negarse a que desembarquen envíos foráneos, siempre a
partir del excedente del autoconsumo; también sé que en Noruega los salarios
alumínicos son más altos y que la cantinela de los costes electrointensivos,
frente al dumping allende de las fronteras de la UE, ya se barajaba en mi
tiempo bruselense y no deberían ser anticompetitivos a estas alturas de la
película. Sería, en cualquier caso, bueno dilucidar el hipotético fraude ya en
vía criminal y los demás posibles delitos e irregularidades conexos.
Sé, en definitiva
que hay aluminio, tradición, incluso historia de luces y brumas, por lo que ha
de contar entre los proyectos imprescindibles de la reconstrucción económica
europea, evitando la deslocalización de un mineral de tanto valor añadido del
que dependen cientos de familias. Sin embargo, algo debe fallar, ¿será que en
Oviedo/Santiago, Madrid, Brubru…se ha
dejado escapar el empresariado de calidad que veía, o eso parecía, el nicho con
las correcciones actualizadas de la un tanto obsoleta mano invisible?
LA REPÚBLICA DE LA REPUTACIÓN
Conocí a Pau
Solamilla en los pasillos bruselenses, siguiendo, o mejor cerrando, el paso carismático
de otro catalán de primera, Raimon Obiols, lo que no es poco en esta época de
tontuna e insolidaridades nacionaliegas.
Ahora me topo en el escaparate de mi librería de cabecera con su libro LA REPÚBLICA
DE LA REPUTACIÓN, que ayuda a despejar el complejo momento que nos toca vivir,
“no apto para cardiacos”, como decían los futboleros en los partidos decisivos.
La REPUTACIÓN… Palabra mayor en la que
estamos inmersos a contrapié en todos los niveles, con luz comunitaria por
suerte al final del túnel, que no es de Sábato ni de Solanilla, sino del mayor
reto de cohesión económica desde el esplendoroso acceso español de 1986.
Hubo un
tiempo en que la tal reputación venía
en puro automatismo, con el poder que caía de lo más alto o, muy luego, subía en
la espuma plebiscitaria o popular, sin discusiones dispersoras; ahora la cosa
es más compleja y se precisan expertos del talante aportador de Pau. Mucho me
prestan también las opiniones de técnicos próximos de la calidad de Pedro
Cervilla y Pablo López Álvarez sobre la senda comunitaria a seguir.
La reputación patria, plagada, ¡perdón!, de
políticos de segunda fila, bastante resentida con los incontrolados rebrotes
virales y los devaneos del antiguo ostentador de la más alta magistratura
nacional, no es tema menor para estabilidad y futuro, por lo que la
contribución de Pau Solanilla es muy bienvenida.
El asturiano Jonás Fernández figura en el top 5 de los eurodiputados más influyentes en políticas económicas, según el ranking hecho público esta semana.
Jonás Fernández aparece concretamente en el tercer puesto, por detrás tan solo de la italiana Irene Tinagli y del alemán Sven Giegold y por delante del belga Johan Van Overtveldt y del francés Younous Omarjee.
El eurodiputado ovetense, economista, afronta su segunda legislatura consecutiva en Bruselas. Pese a ir en un puesto de la lista del PSOE que no estaba considerado de salida, revalidó su acta en Bruselas, donde además de mantener una presencia activa en los debates parlamentarios también ha asumido una amplia labor didáctica para tratar de acercar las instituciones a la sociedad asturiana y a sus electores, dada su profunda vocación europeísta. Antes de presentar su candidatura al Europarlamento trabajó con el exministro Carlos Solchaga.