viernes, 17 de enero de 2020

CONFIESO ALGUNA PREOCUPACIÓN



Mi abuelo, en sus días finales, con entereza, aseguraba que la vida es siempre dura.

Cuando, a mi vez, entro en última etapa, valoro que mi querido antepasado llevaba sabia razón. Begoña Pérez me dijo una mañana:”Hay 82 barreras arquitectónicas a corregir”. Discapacitado crónico luego, fatigo limitaciones cotidianas, v. g. el RIDEA y la Casa del Pueblo, o la falta de pasamanos en el acceso a este periódico, en el que me honro sabatinamente.

¡Cuántos establecimientos ocupan servicios adaptados con depósitos varios!

¡Legión de pícaros utiliza aseos alternativos!

Horroriza, cómo la Excelentísima SRA. Fiscala Jefa del Tribunal Superior obstaculiza a joven discapacitada el modesto puesto de Abogado Fiscal suplente, papel en el que, por cierto, entonces Juzgados Municipales y Comarcales, se iniciaron Ana Boto o María Eugenia Hidalgo.

Viví en Bruselas, a la que con Cabrera Infante llamaba Brubru, donde las instituciones están decididamente contra barreras. Me alegra que FOMENTO renombre MOVILIDAD.

Tengo de antaño la convicción de que las transiciones democrática y humanística tardaron en órganos del Estado, tal las Fuerzas Armadas o la Policía, pero se logran casi plenamente, lo que no ha sido en la judicatura, parte de cuyos integrantes no asume la Democracia, aún reconociendo generales honestidad, preparación y ejemplaridad.

Asistí al importante debate convocado por el profesor Junceda sobre la actualidad judicial y las demarcaciones, más de actualidad si cabe con el esperanzador nombramiento del ministro Campo, colaborador que fue de mi gran amiga Carmeli Hermosín. Tengo para mí que el mayor problema es la desigual carga de trabajo como han sostenido Ignacio Vidau, Presidente saliente del TSJA, el Secretario Jaime Estrada, la magistrada valdesana Huerta, y Álvaro Cuesta, miembro asturiano del Consejo del Poder Judicial, evitando una Justicia de “dos velocidades”. Nuestra Autonomía, a la que íntimamente venero, debería olvidarse para siempre de imposibles consensos con ayuntamientos y abogados y de paso de la quimera que para arreglar la España despoblada, problema sin duda lacerante, puede valerse en Asturias o en el Estado de una inapropiada proximidad física judicial. Abogué también porque a nadie se le vuelva a ocurrir la supresión de Procuradores, fundamentales intermediarios del sistema.

En fin, esta sabatina puede parecer nimia pero insisto en su inicial motivación: cualquier discriminación intolerable, aquí o en la Alabama autobusera de Rosa Parks.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡con un par!S

Anónimo dijo...

No es nimia la sabatina.E

Anónimo dijo...

Muy bien el gesto de recordar a Begoña.C