Mi abuelo, en sus días finales, con entereza, aseguraba que
la vida es siempre dura.
Cuando, a mi vez, entro en última etapa, valoro que mi
querido antepasado llevaba sabia razón. Begoña Pérez me dijo una mañana:”Hay 82
barreras arquitectónicas a corregir”. Discapacitado crónico luego, fatigo limitaciones
cotidianas, v. g. el RIDEA y la Casa del Pueblo, o la falta de pasamanos en el
acceso a este periódico, en el que me honro sabatinamente.
¡Cuántos establecimientos ocupan servicios adaptados con
depósitos varios!
¡Legión de pícaros utiliza aseos alternativos!
Horroriza, cómo la Excelentísima SRA. Fiscala Jefa del
Tribunal Superior obstaculiza a joven discapacitada el modesto puesto de Abogado
Fiscal suplente, papel en el que, por cierto, entonces Juzgados Municipales y
Comarcales, se iniciaron Ana Boto o María Eugenia Hidalgo.
Viví en Bruselas, a la que con Cabrera Infante llamaba Brubru, donde las instituciones están decididamente
contra barreras. Me alegra que FOMENTO renombre MOVILIDAD.
Tengo de antaño la convicción de que las transiciones
democrática y humanística tardaron en órganos del Estado, tal las Fuerzas Armadas
o la Policía, pero se logran casi plenamente, lo que no ha sido en la judicatura,
parte de cuyos integrantes no asume la Democracia, aún reconociendo generales
honestidad, preparación y ejemplaridad.
Asistí al importante debate convocado por el profesor
Junceda sobre la actualidad judicial y las demarcaciones, más de actualidad si cabe con el esperanzador
nombramiento del ministro Campo, colaborador que fue de mi gran amiga Carmeli Hermosín. Tengo para mí que el
mayor problema es la desigual carga de trabajo como han sostenido Ignacio
Vidau, Presidente saliente del TSJA, el Secretario Jaime Estrada, la magistrada
valdesana Huerta, y Álvaro Cuesta, miembro asturiano del Consejo del Poder
Judicial, evitando una Justicia de “dos velocidades”. Nuestra Autonomía, a la
que íntimamente venero, debería olvidarse para siempre de imposibles consensos
con ayuntamientos y abogados y de paso de la quimera que para arreglar la
España despoblada, problema sin duda lacerante, puede valerse en Asturias o en
el Estado de una inapropiada proximidad física
judicial. Abogué también porque a nadie se le vuelva a ocurrir la supresión de
Procuradores, fundamentales intermediarios del sistema.
En fin, esta sabatina puede parecer nimia pero insisto en su
inicial motivación: cualquier discriminación intolerable, aquí o en la Alabama
autobusera de Rosa Parks.
3 comentarios:
¡con un par!S
No es nimia la sabatina.E
Muy bien el gesto de recordar a Begoña.C
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