RECUERDO A JOSÉ MARÍA VALVERDE

Caja: "El nacionalismo es una religión, y con un fanático no puedes discutir"

"En Cataluña creen en la raza catalana, y proclamar abiertamente que estás contra ellos es la muerte social"

Manuel Noval Moro 28.01.2020 | 01:01

Francisco Caja. F. RODRÍGUEZ

El profesor de Estética de la Universidad de Barcelona Francisco Caja ofreció ayer una conferencia en la sede de la Fundación Gustavo Bueno, en la que aseguró que el núcleo doctrinal del nacionalismo catalán es la fantasía de una raza catalana.

Hizo un abordaje teórico de esta idea hablando de la singularidad del nacionalismo, de que la pasión con la que defienden los nacionalistas sus ideas "se parece más a una religión que a una ideología política; el celo, las formas y la convicción con que la defienden es consecuencia de que toman la política como religión".

El concepto de "religión política", estudiado a finales de los años 30, surge en Alemania. Algunos teóricos creen, entonces, que "con el proceso de secularización la política ha acabado por convertirse en una religión, es una manera de aproximarse al fascismo o el nacionalsocialismo".

Caja sostiene que "todo nacionalismo tiene una fe, un credo, una liturgia, un rito". Son religiones seculares o civiles y en ellas es central el concepto de raza. Así ocurre en Cataluña, a su juicio.

La consecuencia es "la dificultad de discutir con ellos: son inasequibles al desaliento, al argumento y al documento; es una fe religiosa, y con un fanático religioso no puedes discutir; ellos creen en la raza catalana, aunque lo disfrazan convenientemene porque el fascismo está mal visto", asegura.

Y señala que la lengua en su caso "cumple la función de la sangre en otros nacionalismos". Así las cosas, el profesor cree que "solo cabe ser pesimistas; contra lo que se enfrenta uno es una actitud que no admite diálogo, no admite más que la sumisión o la entrega frente a ellos; pero no se trata solo de ser optimista o pesimista: es cuestión de ética, de adoptar una postura en la que te tienes que sentir confortable contigo mismo y con aquellos que te rodean".

"Se ha degradado el significado de dialogar a rendirse, y algunos no queremos rendirnos", señala Caja, consciente de que "proclamar abiertamente que estás contra el nacionalismo en Cataluña es la muerte social". De ahí que tenga que hablar en lugares como Oviedo.