Aún con el duelo de la ida de mis compañeros Fernando Valle
y Paco Gonsalbes, llega la triste e irreparable noticia de León Garzón.
Llevaba tiempo sin saber de él. Recuerdo, no obstante,
nuestra primera conversación sobre una araucaria, especie arbórea infrecuente
que veía desde su casa, de la que apenas había una más en el Concejo.
Al
coincidir con un paseo que hice por la calle Uría con Stephen Hawking, León me
dijo “Le admiro como una inteligencia superior, parangonable con la de
Einstein”. Intimamos luego y le propuse entrar de concejal, lo que no dejaba de
turbarle pues antes, y pese a sus antecedentes familiares republicanos, no veía
diferencias insalvables entre la izquierda y la derecha.
Perdimos aquellas
elecciones pero fortalecimos nuestra amistad. Ese mismo verano, León tuvo un
infarto que nos sumió en gran preocupación. Luego dejé yo mismo las
consistoriales y nuestros contactos fueron diluyéndose hasta hoy que sé de su
muerte, la de un tipo de ciencia y de muchísima calidad personal.
2 comentarios:
Ya envié pésame mujer e hijos.JA
¿sABES DE QUÉ MURIÓ?L
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