TOMÁS CERRA, EN LA RETAGUARDIA DE OVIEDO Y EL DEPORTE
Se fue silente, tal era. Apenas hablé nunca con él pero era
un referente, probablemente el máximo, de la retaguardia deportiva de Oviedo,
detrás del viejo mostrador de los primeros impares de la calle Regente Jaz, también en los partidos de la DEPORTIVA ASTUR, o en el judo,
del caserón de Santa Clara, antes de la discutida radical cirugía de Álvarez
Castelao. Después vino la cancha de la hogaño Arquitecto Reguera entre el
jockey y el baloncesto, pero Tomás, desde su mostrador comercial seguía
apoyando el esquí, el ping-pong, el ciclismo, la venta de las clásicas DUNLOP Y
SLAZENGER tenísticas que se medían por peso en onzas, las gafas de buceo…
Parece que, como protagonista, se le recordará más por sus records del tiro con
arco, en el que con su temple tranquilón emularía al legendario GUILLERMO TELL,
pero la irrupción ovetense de ese deporte medieval vino más de un mítico
programa televisivo, LA UNIÓN HACE LA FUERZA, y otro mantenedor, Armando Menéndez, comercial en RIVAS.
También parece resaltarse la antigua CERRA en el actual
CORTE INGLÉS. Los promotores habrán añadido esa finca a los palacetes de Pepe y
Carlos Tartiere que terminaron con el soleamiento vespertino de Uría. Antes la
zona había sido urbanizada por Anselmo González del Valle, cuya memoria también
desapareció con el derribo alevoso de Concha Heres. Las aceras de ese trozo de
ciudad tuvieron el estreno del cemento porland,
por primera vez fabricado en Tudela Veguín.
En fin, con Cerra se nos fue un trozo de ciudad y de silente
deporte.