PACHU GRANDE EN LA ESTÉTICA DE MÉJICA
Se clausura
estos días una exposición, poco publicitada, que por nada del mundo hubiera
querido perderme,” FRANCISCO GRANDE COVIÁN, LA ESTÉTICA DE LO SALUDABLE. A
través de la mirada de Juan Méjica” con la que de alguna manera se conmemoran
25 años del fallecimiento del ilustre colungués.
Gasté buena
amistad con el sabio investigador que fue alumno de mi abuelo Rogelio,
catedrático de Matemáticas y director del Instituto masculino. La exposición no
refiere apenas la vinculación ovetense de Pachu,
que vivió de adolescente en la calle Toreno, teniendo de vecino a otro ilustre
carbayón, Sabino Fernández Campo, del que he de volver a escribir con la movida
regia y que, por cierto, no se dice
en sus numerosas biografías, era hijo de un concejal.
En mi OVIEDO
AL FONDO dejé publicado:
“el 22 de junio de 1983, apenas transcurrido
un mes de mi primer mandato de Alcalde, llegaron de improviso hasta mi despacho
Gloria y Paco Grande Covián, dos de las personas más encantadoras y universales
que conozco. Venían con Leloir y la esposa de Juan Oró.
-Estamos enseñándoles Oviedo.
Pasábamos por debajo del arco del Ayuntamiento y se nos ocurrió saludar al
Alcalde y presentarle a este “premio Nóbel” argentino. Seguro que le gustará.
En efecto, su visita fue gratísima y
llena del estímulo que los Grande Covián dan siempre a su alrededor”
Un año
antes, el gran matrimonio GRANDE había pasado unos días en casa de mi madre en
Salinas, donde observé desayunaban todas las mañanas con aspirina infantil.
De
esa estancia recuerdo que dimos un paseo por el bellísimo casco viejo de
Avilés, acompañados por el inolvidable Manuel Ponga, y asistimos a un acto de
la activa Fundación Municipal de Cultura, que animaba el muy valioso Antonio
Ripoll.
También en
el magín que URRUSTI quiso entregar, en el irrepetible MARCHICA, de la calle
Dr. Casal, genio médico que tanto interesaba a GRANDE, su pieza SAN MATEO.
Paco no pudo llegar aquella tarde
setembrina pero estuvo Severo Ochoa en su lugar.
2 comentarios:
Esa Oviedo prestigiosa y poblada de grandes personajes, hoy casi todos desaparecidos, van convirtiendo a la capital del Principado en una nueva y nostálgica Comala. La Oviedo eterna.D
Muy buena reflexión
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