LA REPÚBLICA DE LA REPUTACIÓN
“Buenos gestores hay muchos, pero líderes inspiradores más
bien pocos”
Conocí a Pau
Solamilla en los pasillos bruselenses, siguiendo, o mejor cerrando, el paso carismático
de otro catalán de primera, Raimon Obiols, lo que no es poco en esta época de
tontuna e insolidaridades nacionaliegas.
Ahora me topo en el escaparate de mi librería de cabecera con su libro LA REPÚBLICA
DE LA REPUTACIÓN, que ayuda a despejar el complejo momento que nos toca vivir,
“no apto para cardiacos”, como decían los futboleros en los partidos decisivos.
La REPUTACIÓN… Palabra mayor en la que
estamos inmersos a contrapié en todos los niveles, con luz comunitaria por
suerte al final del túnel, que no es de Sábato ni de Solanilla, sino del mayor
reto de cohesión económica desde el esplendoroso acceso español de 1986.
Hubo un
tiempo en que la tal reputación venía
en puro automatismo, con el poder que caía de lo más alto o, muy luego, subía en
la espuma plebiscitaria o popular, sin discusiones dispersoras; ahora la cosa
es más compleja y se precisan expertos del talante aportador de Pau. Mucho me
prestan también las opiniones de técnicos próximos de la calidad de Pedro
Cervilla y Pablo López Álvarez sobre la senda comunitaria a seguir.
La reputación patria, plagada, ¡perdón!, de
políticos de segunda fila, bastante resentida con los incontrolados rebrotes
virales y los devaneos del antiguo ostentador de la más alta magistratura
nacional, no es tema menor para estabilidad y futuro, por lo que la
contribución de Pau Solanilla es muy bienvenida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario