Imagen: EFE
Hace días llamé la atención a un madrileño que arrojaba al
suelo colilla cigarra. Era en la terraza de RIVOLI, que, sin terco orbayu, es confortable espacio, ganado
al antiguo jardín de Tartiere. En Singapur le sancionarían sin más.
Rodrigo Grossi, que seguramente fue mejor concejal de Oviedo
que Alcalde de Llanes o Subjefe Provincial del retrógrado Movimiento, estaba muy empeñado en que perros y humanos
no ensuciaran. Me sirvió de silente aliado para calidad cívica en la oposición
democrática a mi alcaldía. No fue el único pues Rogelio Fuego, Pedro Amandi,
Jesús Zarracina, García Arias, Mori,
Bango, Landeta, Llano, Ovidio Sánchez, Eduardo González, Ignacio…, Tere Corominas, incluso en Pumarín, Polanco, me ofrecieron inestimables colaboraciones a diverso nivel en un
gobierno de la ciudad que les necesitaba.
Bien recuerdo el encomiable esfuerzo de Ignacio, Tito, Sánchez de Posada por reducir
excrementos caninos, y a Alberto Hinojal por las pilas inservibles, en tiempos
en que se daba escaso valor al mediambientalismo.
Tito, cardiólogo vocacional, es el gran impulsor de la mal llamada, aunque
mantiene popular nombre exitoso, PISTA FINLANDESA.
El BANDO pionero por la pureza del aire mereció fuerte y
extraña contrariedad sindical.
Al estar muy viajado me tocó constatar la lucha primigenia al
tabaquismo en algunos estados americanos y las restricciones de aerolíneas. En
la alcaldía NYC de Rudolf Giuliani se llegó a valorar la prohibición en las
calles de Manhattan, donde los empleados salían de los rascacielos para unas
caladas adictivas. En el neoyorkino LA GUARDIA pude ver cómo llamaban al orden
a un compañero abogado que, fumando en lugar autorizado, su humo traspasaba
línea convencional. En la City londinense fui testigo, frente a la estatua del
gran fumador Churchill, que saca Pepe Monteserín en CON MUCHO BUSTO, por indebidas humaredas. También estuve en el
inicio de las prohibiciones italianas coincidiendo con la celebración de las
“noches blancas romanas”.
El humo, cancerígeno, transmisor viral, … ¡sucio!.
Mi mujer y yo pensábamos que cuando la norma llegase a España
habría incumplimientos por doquier en lo que erramos afortunadamente. Nuestro
pueblo ha adquirido serena madurez tal constatamos en Asturias con el Covid,
ante el que, Barbón dixit, no hay que bajar la guardia, por más que
sea expresión nacida en mi denostado, antipedagógico, antihigiénico y
antideportivo, boxeo. Rubén Suárez, que tristemente acaba de fallecer, me dijo
en noche de tardofranquismo, en las
dependencias de cierre de este periódico, contra pronóstico entonces
generalizado:” El cambio democrático será
sin trauma”.
Paco Ignacio Taibo II narra en delicioso libro (“La Libertad, La Bicicleta”) cómo su
padre recogía puntas de tabaco que refumaba su abuelo en prisión.
Libremos las calles de colillas, como ya se hace por
convicción de escupitajos y, casi, aunque no del todo, de restos animalarios.
El buen recibimiento a madrileños incluye exigencias del Paraíso Natural y la Señora Pandemia.
2 comentarios:
Estupendo Antonio, como siempre.El PSOE deberia haber copiado y puesto en marcha en los municipios donde gobierna ó gobernaba lo que tu hiciste.Madrid , ahora , un asco
Un abrazo para ti y E.AA
Bien,tb foto
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