Conchita muere en el centenario de su
establecimiento.
A Borges inquietaba El
Quijote leyendo El Quijote; Alfredo Quirós escogió Cervantes por lector
inquieto; entusiasmo clientelar de la entonces próxima Escuela Normal. Maestra
era Aurelia Suárez, mujer del carismático librero.
Recordando a su fabulosa hija ida,
siento también punto de nostalgia de aquel hombre menudo, liberal pajarita,
que, tras juvenil experiencia americana, mantuvo un mito cultural. A la vera de
la primitiva Cervantes, NOEL, altillo y cafetón,
cerca KOPA/Kopín, obra del extraordinario Juan Vallaure, estudiado
por su hijo Rafael y Sara Moro, MONTES, FONTELA, GUISASOLA,
CRISTAMOL, donde descubrí a Jaime Herrero, ECHEVARRÍA, QUESADA, AL PELAYO,
MARCHICA, ELÓSEGUI, DEPÓSITO PREVIO DE CENSURA, ATENEO, CENTRO TVE....SAN JUAN…
¿Cuántos navegaron, gracias a libreros, por la galaxia leyente? LEYENTE,
vocablo sublime, rima con ovetense.
Don Alfredo tuvo la corazonada de abrir su epígono de Cervantes/Quijote hasta el actual magnífico equipo, bajo el talento de Conchita, al que pertenecieron antes glorias de las Letras (Taibo, Ángel González, Manolo Lombardero...).
“Nunca segundas partes fueron
buenas”, que Cervantes incumplió al escribirlo, pues en esa entrega se
superó a sí mismo; Conchita fue más allá de su progenitor (faz y luz, apañadas
presentaciones…) en tiempos no menos fáciles para el libro.
Conchita muere con grandes, equipo y
espacio, en el centenario de la obra familiar.
3 comentarios:
Genial, no estimado Antonio; ......, lo siguiente.
Con ella se muere, una parte de la historia de tu Oviedín
Qué pena
La cultura ovetense vuelve a estar de luto.
Gran valedora de los escritores nobeles.
Q.E.P.D jg
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